martes, 23 de enero de 2024

ἐλπίς (elpis) esperanza, espectativa



El Nuevo Testamento menciona al menos cinco veces que la «esperanza» es una de las virtudes cristianas esenciales (junto con la «fe» y el «amor»). El Nuevo Testamento revela dos características prominentes de la esperanza cristiana que nos anima a regocijarnos, a estar llenos y firmes en esperanza en los días difíciles (Romanos 12:12; 15:13; 1 Tesalonicenses 1:3).

La primera característica de la esperanza cristiana es su certeza.

La esperanza en el Nuevo Testamento a menudo se refiere a nuestra expectativa de una salvación futura en Cristo. Se basa en las promesas seguras de liberación espiritual y de vida eterna. En términos bíblicos, la esperanza es una anticipación segura y deseosa de una bendición futura porque se centra en los planes y propósitos de Dios. No son deseos idealistas o un optimismo sin fundamento («espero que mi equipo gane esta temporada» o «espero conseguir esta promoción»). Tampoco es una seguridad en uno mismo o en el poder del pensamiento positivo («sé que puedo con esto» o «si lo deseo con suficiente fuerza, se hará realidad»). La esperanza bíblica está basada en lo que Dios dice que hará en nuestras vidas y en nuestro mundo. Fíjese en las descripciones de Pablo en Romanos 8:18-25 donde usa frases como «anhelo profundo» y «aguardar ansiosamente». Los cristianos tienen una esperanza segura porque descansa en el Dios fiel que nos ha mostrado Su amor fiel en Cristo (Romanos 5:5-6).

La segunda característica de la esperanza bíblica es su contexto difícil.

El Nuevo Testamento habla de la esperanza en contextos en los que no se ha cumplido con nuestras expectativas y las promesas no se han cumplido aún. Esperamos ansiosamente ciertas bendiciones que no hemos visto aún. Pablo lo expresa de forma concisa en Romanos 8:24-25: la esperanza que se ve no es esperanza. Esperamos lo que no poseemos ahora mismo, pero lo anticipamos igualmente. La naturaleza de la esperanza cristiana es que la necesitamos más y brilla más fuerte cuando estamos en nuestros momentos más oscuros, en los sufrimientos y las tragedias de un mundo quebrantado. La esperanza no es ciega a los problemas de la vida real. Entendemos la realidad, pero esperamos con ansia la solución de Dios. Esto nos recuerda a las referencias de Romanos 8:22-23: «gemimos en nuestro interior» y ¡la creación gime también!

La esperanza cristiana abarca un contexto más amplio de la sociedad humana y de la cultura también. No se trata de mí o de usted, como si todo el universo girara alrededor de nuestros sentimientos o problemas. En Romanos 8:18-22, Pablo explica la historia de la creación de Dios (pasado, presente y futuro) en términos muy realistas. Es una pequeña visualización de la historia del mundo desde Génesis hasta Apocalipsis: lo que ocurrió, la solución y cómo Dios lo transformará todo.

Los cristianos anticipan con seguridad el cumplimiento del plan de Dios de restaurar y renovar toda la creación a su diseño original. La esperanza nos permite ver nuestra propia situación y la del mundo a través de los ojos de nuestro Dios soberano y Su propósito misericordioso en Cristo.

Buist M. Fanning 

Buist Fannin ha enseñado en el Seminario Teológico de Dallas más de cuarenta años y a la vez ha servido en distintos roles de liderazgo en su iglesia local y enseñando a obreros cristianos en diez países. Su pasión es conocer más a Dios, que el mundo lo conozca y ver la transformación en las vidas de las personas a través del mensaje de la Biblia. Sus enseñanzas principales y sus intereses de investigación son la sintaxis griega y el análisis del discurso del Nuevo Testamento; la crítica y los trasfondos del Nuevo Testamento y la exégesis y teología de Romanos, las epístolas pastorales, Hebreos, Santiago, Pedro, Judas y Apocalipsis.

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ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com


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