Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana Baltimore, MD. Miércoles 14 de Octubre de 2020
ESPERA LO MEJOR
Y no solo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. (Romanos 8.23)
Anhelamos con ansias la transformación definitiva.
El verso anterior viene hablando del anhelo de libertad de la creación, que también cayó en maldición por el pecado del hombre. Ahora se nos dice que no solo la creación está esperando la glorificación de los hijos de Dios, sino que también nosotros mismos, quienes aunque tenemos el Espíritu Santo somos plenamente conscientes de que no hemos recibido aún todos los beneficios de la salvación. Acá se nos habla del Espíritu Santo como de las primicias, ese adelanto, esos primeros frutos que anticipan lo abundante que será la cosecha final. En otra parte se nos habla del mismo Espíritu Santo como de las arras de nuestra herencia, como de ese pago inicial que asegura que al final habrá mucho más. Todo lo que se refiere a nuestra mortalidad, la enfermedad, el dolor, la tristeza, las lágrimas, el sufrimiento, etc., y hasta la misma muerte, desaparecerá para siempre cuando el Señor transforme por completo nuestro ser y nos revista de inmortalidad.
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Domingos 8 AM Y 2 PM
https://www.facebook.com/pentecostalesdebaltimore/
https://www.youtube.com/c/ipulbaltimore/
pentecostalesdebaltimore@gmail.com
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ESPERA LO MEJOR
Y no solo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. (Romanos 8.23)
Anhelamos con ansias la transformación definitiva.
El verso anterior viene hablando del anhelo de libertad de la creación, que también cayó en maldición por el pecado del hombre. Ahora se nos dice que no solo la creación está esperando la glorificación de los hijos de Dios, sino que también nosotros mismos, quienes aunque tenemos el Espíritu Santo somos plenamente conscientes de que no hemos recibido aún todos los beneficios de la salvación. Acá se nos habla del Espíritu Santo como de las primicias, ese adelanto, esos primeros frutos que anticipan lo abundante que será la cosecha final. En otra parte se nos habla del mismo Espíritu Santo como de las arras de nuestra herencia, como de ese pago inicial que asegura que al final habrá mucho más. Todo lo que se refiere a nuestra mortalidad, la enfermedad, el dolor, la tristeza, las lágrimas, el sufrimiento, etc., y hasta la misma muerte, desaparecerá para siempre cuando el Señor transforme por completo nuestro ser y nos revista de inmortalidad.
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
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