Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana Baltimore, MD. Lunes 5 de Octubre de 2020
NO MORIRÁ
y sabemos que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. (Romanos 6.9)
Jesucristo tiene el poder de una vida indestructible.
¿Se pude usted imaginar conocer a alguien desde la infancia, ser amigo de su familia, verlo llegar a la edad adulta, viajar con él, comer con él, oír sus enseñanzas, contemplar los milagros que efectuó, verlo padecer, y finalmente morir vilmente en una cruz y ser sepultado? Seguramente sí puede, eso no es difícil de imaginar. Pero lo que sí es muy difícil de imaginar es lo que ocurrió tres días después. Ese mismo ser a quien conocimos personalmente y que murió y fue sepultado apareció vivo, no era una aparición fantasmagórica, era Él mismo en carne y hueso. De nuevo sus amigos lo vieron, lo oyeron, lo tocaron, comieron con Él, y no solo una vez, ni una sola persona, la Biblia dice que fueron más de quinientos hermanos los testigos de su resurrección. No les quedaba atisbo de duda, estaban plenamente convencidos de que Jesucristo había vencido la muerte. Jesús dijo: Yo soy la Resurrección y la Vida. El miedo a la muerte desapareció.
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Domingos 8 AM Y 2 PM
https://www.facebook.com/pentecostalesdebaltimore/
https://www.youtube.com/c/ipulbaltimore/
pentecostalesdebaltimore@gmail.com
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NO MORIRÁ
y sabemos que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. (Romanos 6.9)
Jesucristo tiene el poder de una vida indestructible.
¿Se pude usted imaginar conocer a alguien desde la infancia, ser amigo de su familia, verlo llegar a la edad adulta, viajar con él, comer con él, oír sus enseñanzas, contemplar los milagros que efectuó, verlo padecer, y finalmente morir vilmente en una cruz y ser sepultado? Seguramente sí puede, eso no es difícil de imaginar. Pero lo que sí es muy difícil de imaginar es lo que ocurrió tres días después. Ese mismo ser a quien conocimos personalmente y que murió y fue sepultado apareció vivo, no era una aparición fantasmagórica, era Él mismo en carne y hueso. De nuevo sus amigos lo vieron, lo oyeron, lo tocaron, comieron con Él, y no solo una vez, ni una sola persona, la Biblia dice que fueron más de quinientos hermanos los testigos de su resurrección. No les quedaba atisbo de duda, estaban plenamente convencidos de que Jesucristo había vencido la muerte. Jesús dijo: Yo soy la Resurrección y la Vida. El miedo a la muerte desapareció.
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
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