Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana Baltimore, MD. Martes 6 de Octubre de 2020
¿A QUIÉN SIRVES?
Pero gracias a Dios que, aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina que os transmitieron; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. (Romanos 6.17 y 18)
De esclavos del pecado a esclavos de la justicia.
Somos esclavos de aquel a quien obedecemos. La Biblia enseña que nadie puede servir a dos señores, y máxime si son opuestos en sus intereses. Cuando éramos esclavos del pecado, alguien nos habló del Dios de amor, comenzamos a oír las buenas nuevas de salvación, a prestar atención al mensaje, comprendimos lo que había hecho Jesús a favor nuestro, y aprendimos que debíamos creer ese mensaje y, consecuentes con nuestra fe, comenzamos a obedecer el evangelio, nos arrepentimos de nuestros pecados, bajamos a las aguas bautismales para recibir perdón de pecados invocado el nombre de Jesús en nuestras vidas, sepultamos al viejo hombre de pecado e iniciamos una nueva vida con Cristo. Paradójicamente la obediencia nos liberó. Sí, nos libró del poder de pecado, pero nos convirtió en siervos de Jesucristo. No podemos dejar de obedecer su voz, porque entonces estaríamos estropeando su perfecta obra en nosotros.
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Domingos 8 AM Y 2 PM
https://www.facebook.com/pentecostalesdebaltimore/
https://www.youtube.com/c/ipulbaltimore/
pentecostalesdebaltimore@gmail.com
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¿A QUIÉN SIRVES?
Pero gracias a Dios que, aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina que os transmitieron; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. (Romanos 6.17 y 18)
De esclavos del pecado a esclavos de la justicia.
Somos esclavos de aquel a quien obedecemos. La Biblia enseña que nadie puede servir a dos señores, y máxime si son opuestos en sus intereses. Cuando éramos esclavos del pecado, alguien nos habló del Dios de amor, comenzamos a oír las buenas nuevas de salvación, a prestar atención al mensaje, comprendimos lo que había hecho Jesús a favor nuestro, y aprendimos que debíamos creer ese mensaje y, consecuentes con nuestra fe, comenzamos a obedecer el evangelio, nos arrepentimos de nuestros pecados, bajamos a las aguas bautismales para recibir perdón de pecados invocado el nombre de Jesús en nuestras vidas, sepultamos al viejo hombre de pecado e iniciamos una nueva vida con Cristo. Paradójicamente la obediencia nos liberó. Sí, nos libró del poder de pecado, pero nos convirtió en siervos de Jesucristo. No podemos dejar de obedecer su voz, porque entonces estaríamos estropeando su perfecta obra en nosotros.
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
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