«adopción» (υἱοθεσία) |
Muchas personas tienen experiencia con la adopción, ya sea porque han adoptado o porque han sido adoptados o porque conocen a alguien que ha adoptado a un hijo. Para algunos, esto causa preguntas difíciles de contestar y puede resultar en sentimientos confusos y problemáticos. Para otros, es algo alegre. Independientemente de lo que se opine, no podemos permitir que nuestras experiencias en la tierra determinen nuestro entendimiento de la verdad bíblica de la adopción.
Hoy en día, la adopción es una oportunidad de criar a un hijo. También es la forma de crecer una familia. La adopción romana era bastante distinta de la adopción que solemos practicar hoy en día. Crecer una familia era un aspecto central de la adopción romana. Sin embargo, a diferencia de la adopción moderna, no estaba centrada en el hijo. Una pareja sin hijos adoptaba a alguien que pudiera continuar el linaje familiar y la presencia en la comunidad, heredar las posesiones materiales de la familia, ofrecerles cuidado en la edad anciana y asegurarse de que se les entierra de forma digna. La adopción normalmente estaba centrada en los padres y, sobre todo, en la familia. Como resultado, el objeto de la adopción era normalmente un familiar lejano que fuera un adulto responsable. Como el propósito principal era continuar el linaje familiar, era importante encontrar alguien ideal para adoptar. No se podía adoptar a mujeres porque legalmente no podían cumplir los deberes que se pedían de una persona adoptada. La palabra griega para «hijo» (υἱός) está incluida en la palabra para «adopción» (υἱοθεσία). La Biblia de Las Américas que tiene una traducción más literal traduce esta palabra como «adopción como hijos». No se adoptaban niños porque había un alto índice de mortalidad infantil y sobre todo porque todavía no habían demostrado ser dignos o capaces. Por último, se prefería elegir un familiar por los lazos familiares y porque se les conoce mejor que a alguien externo. Con estos datos sobre la adopción romana queremos poner la enseñanza bíblica dentro de su contexto. La práctica del primer siglo destaca la posición que tenemos como hijos de Dios.
La palabra griega para adopción, υἱοθεσία, solo se usa cinco veces en el Nuevo Testamento y solo la usa Pablo (Romanos 8:15; 8:23; 9:4; Gálatas 4:5; Efesios 1:5). Esta palabra familiar se usa para describir nuestra relación con Dios, a quien llamamos «Padre».
Por eso nuestra identidad como hijos adoptados es tan increíble. Pablo dice en Efesios: «Porque Dios nos escogió en Cristo» y «nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo» (Efesios 1:4-5 NBLA). No se centre demasiado en las palabras teológicas «escogió» o «predestinó». La parte clave que quiero destacar es la adopción. La «adopción» da un enfoque a estos términos. Las personas que eran adoptadas tenían todos los derechos y las responsabilidades de los herederos biológicos.
Así que, ¿qué implicaciones tiene para nosotros este entendimiento de la adopción? Piénselo. Ninguno de nosotros tenía ningún derecho o expectativa de formar parte de la familia de Dios. Esto es cierto también para la audiencia del primer siglo. Incluso los hombres adultos de la iglesia primitiva (que en general, eran buenas opciones para adoptar), no tenían ni el estatus social adecuado ni las relaciones familiares como para esperar ser adoptados por Dios. Las palabras de Pablo habrían sido recibidas con un gozo y una gratitud increíbles. Y el impacto habría sido incluso mayor para las mujeres, pues no podían recibir o experimentar la adopción en la sociedad. Además, en Roma la adopción era personal. Los padres no querían a cualquier persona, querían individuos específicos. Dios no solo quería poblar el cielo y la nueva tierra con cualquier persona, Dios nos conoce y nos quiere específicamente a ti y a mí. No lo merecemos, pero como dice Pablo: es «mediante Jesucristo». Agradezcamos a Dios juntos como hijos suyos.
Joseph D. Fantin |
El Dr. Fantin cree firmemente que un entendimiento adecuado de la Palabra de Dios permitirá crecer al creyente en su relación con Cristo, amar a Dios y a los demás, llevar el amor de Cristo al mundo, construir la iglesia y, sobre todo, glorificar a Dios. Está comprometido con la enseñanza del método exegético para ayudar a sus estudiantes a entender, aplicar y enseñar la Biblia para lograr estos objetivos. La investigación del Dr. Fantin incluye el mundo del primer siglo, el idioma griego y la lingüística, el método exegético y la exégesis del Evangelio de Juan y Hebreos. Él y su esposa Robin tienen dos hijos: Jillian y David. |
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