lunes, 29 de julio de 2024

La cuestión hermenéutica

1. ¿CUÁL ES LA HERMENÉUTICA BÁSICA?


Benjamin L. Merkle, De La Discontinuidad a La Continuidad: Un Estudio de La Teología Dispensacionalista Y La Teología Del Pacto (Bellingham, WA: Editorial Tesoro Bíblico, 2020).


¿Literal o simbólica?

La primera y más amplia cuestión tiene que ver con la aproximación básica a las Escrituras empleada por cada sistema. La división entre dispensacionalistas y teólogos del pacto se ha interpretado generalmente como una cuestión de interpretación literal versus no literal, o espiritual. Vern Poythress sugiere que casi todos los problemas entre estos dos sistemas están relacionados con la cuestión de una interpretación literal.5 John Feinberg, sin embargo, argumenta: "Ambas partes afirman interpretar literalmente, y sin embargo derivan sistemas teológicos diferentes. Esto sugiere que la diferencia no es el literalismo frente al no literalismo, sino distintas maneras de entender lo que constituye una hermenéutica literal".6 Tradicionalmente, los dispensacionalistas han visto la interpretación literal como la interpretación histórico-gramatical. En otras palabras, una interpretación literal tiene como objetivo entender el significado que quiso transmitir el autor tomando el texto a la luz de su contexto histórico y literario. De hecho, los dispensacionalistas tradicionalmente se distinguen por hacer hincapié en su uso sistemático de una interpretación literal.7

Sin embargo, los teólogos del pacto también suelen afirmar que interpretan la Biblia literalmente, es decir, que la interpretan de manera no alegórica y de acuerdo con el significado que quiso darle el autor (lo cual permite la existencia de lenguaje figurado o simbólico). Además, los teólogos del pacto también emplean el principio de la Reforma de la analogía de la fe, a saber, "la Escritura interpreta la Escritura", lo que no se opone a la interpretación histórico-gramatical, sino que más bien subraya la importancia del contexto bíblico completo a la hora de interpretar. Así pues, las partes de la Escritura deben entenderse a la luz del todo y el todo a la luz de las partes. Esta dinámica abre la posibilidad de una interpretación no literal o espiritual, especialmente en lo que respecta a los textos proféticos del Antiguo Testamento.

Si ambos tipos de sistemas afirman seguir una interpretación histórico-gramatical, ¿qué explica las diferencias entre ellos? La respuesta, en parte, es la prioridad que se da al Antiguo Testamento o al Nuevo Testamento. Herbert Bateman explica que "la prioridad del Testamento es una preferencia presuposicional de un testamento sobre el otro que determina el punto de partida hermenéutico histórico-gramatical literal de una persona"8. Feinberg coincide con esta valoración cuando afirma que uno de los temas fundamentales del debate es "la relación del progreso de la revelación con la prioridad de un Testamento sobre el otro".9

Mientras que los dispensacionalistas y los teólogos del pacto están de acuerdo en que el Nuevo Testamento cumple con el Antiguo Testamento, estos últimos tienden a subrayar que el Nuevo Testamento tiene prioridad para la comprensión del Antiguo Testamento, y los primeros empiezan con el Antiguo Testamento y pasan al Nuevo Testamento, pero advierten en contra de la reinterpretación del Antiguo Testamento a la luz del Nuevo Testamento.10 Esta se convierte en la cuestión distintiva en lo que se refiere a la interpretación literal o simbólica de diversos pasajes del Antiguo Testamento, especialmente las profecías sobre la restauración de Israel. Dado que los teólogos del pacto tienden a subrayar la prioridad del Nuevo Testamento, permiten que la revelación posterior influya en su comprensión del Antiguo Testamento. Aunque los teólogos del pacto pueden emplear la misma hermenéutica básica que los dispensacionalistas (interpretación histórico-gramatical), entienden un pasaje determinado a la luz de la revelación más completa de Jesucristo contenida en el Nuevo Testamento. Así pues, el Nuevo Testamento aclara la comprensión adecuada del Antiguo Testamento, y este debe entenderse en relación con su cumplimiento en Jesucristo. Los dispensacionalistas coinciden con esta visión del Nuevo Testamento como cumplimiento del Antiguo. Discrepan, sin embargo, con la conclusión que se extrae. Los dispensacionalistas creen que la hermenéutica básica de una persona debe permanecer anclada en el Antiguo Testamento, y que el cumplimiento neotestamentario del Antiguo Testamento no elimina las promesas o el significado de los textos veterotestamentarios en sus respectivos contextos.

Los sistemas a ambos lados del espectro tratan de determinar la relación entre los Testamentos. Si el Nuevo Testamento tiene una cierta prioridad sobre el Antiguo Testamento, ¿qué sucede con el significado de un texto del Antiguo Testamento cuando es usado por un autor del Nuevo Testamento? ¿Es suficiente una interpretación histórico-gramatical para entender el uso del Antiguo Testamento en el Nuevo? Además, si Jesús es el cumplimiento de todas las promesas del pacto, ¿ven los autores del Nuevo Testamento un futuro cumplimiento para el Israel nacional? Jonathan Lunde argumenta que la pregunta central con respecto al uso del Antiguo Testamento en el Nuevo es: "Cuando los autores del NT apelan a los textos del AT para apoyar o validar sus argumentos, la relación entre sus significados y lo que originalmente pretendían sus antepasados veterotestamentarios se convierte en la pregunta central"11. Para distinguir entre los diversos sistemas, trataré (1) el correcto papel de la tipología y (2) las profecías del Antiguo Testamento sobre la restauración de Israel.

El correcto papel de la tipología

La tipología es un factor clave para determinar las diferencias entre los diversos sistemas en el espectro de la discontinuidad a la continuidad. Mark Karlberg sostiene que "la resolución de las persistentes diferencias de interpretación entre los evangélicos depende, en gran medida, de una evaluación adecuada de la naturaleza y función de la tipología del Antiguo Testamento".12 Poythress llega a sugerir que un mayor debate sobre este tema puede tener la capacidad de acercar a los dispensacionalistas y a los teólogos del pacto.13

En su mayoría, los dispensacionalistas tienden a descartar o minimizar el papel de la tipología en la hermenéutica bíblica. El problema que ven con la tipología es la posibilidad de cambiar o eliminar el significado del tipo en su contexto veterotestamentario después de su cumplimiento en el antitipo del Nuevo Testamento. Tal enfoque comprometería la prioridad del Antiguo Testamento y violaría el énfasis en el uso de una hermenéutica sistemáticamente literal o histórico-gramatical.14 Para algunos, esto significa negar cualquier papel de la tipología en su interpretación, mientras que para otros significa una comprensión muy controlada de la tipología, limitada a las formas en que los autores neotestamentarios identifican los tipos del Antiguo Testamento.15 Detrás de esta postura también se encuentra la convicción de que Israel no es un tipo de la iglesia y que la iglesia no cumple o experimenta las bendiciones del pacto prometidas a Israel en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, muchos dispensacionalistas clásicos y revisados ven las bendiciones del nuevo pacto que la iglesia disfruta como el resultado de un pacto independiente del nuevo pacto establecido con Israel en Jr 31:31–34 y Ez 36:24–28.

Sin embargo, algunos dispensacionalistas y la mayoría de los teólogos del pacto ven un mayor papel para la tipología en la comprensión de cómo el Nuevo Testamento utiliza el Antiguo. David Baker define la tipología como "el estudio de los tipos y las correspondencias históricas y teológicas entre ellos"16. Además, define un tipo como "un evento, persona o institución bíblicos que sirve de ejemplo o patrón para otros eventos, personas o instituciones"17. Baker considera que hay dos principios que sustentan la tipología: (1) es histórica, y (2) implica una correspondencia real. Edward Glenny identifica cuatro criterios necesarios para establecer tales conexiones tipológico-proféticas entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento: (1) el tipo debe estar vinculado a un hecho histórico (personas, acciones, eventos, instituciones); (2) el vínculo con el antitipo debe ser identificable dentro de las Escrituras; (3) debe existir un patrón entre el tipo y el antitipo; y (4) debe haber una escalada o progresión del tipo al antitipo.18

Los dispensacionalistas progresivos consideran la tipología como un aspecto de la interpretación histórico-literaria, ya que "se refiere a los patrones de semejanza entre las personas y los acontecimientos de la historia anterior con las personas y los acontecimientos de la historia posterior".19 Darrell Bock aboga por una hermenéutica complementaria, lo que significa que la revelación anterior puede tener un significado añadido o ampliado si es un complemento del significado original. El significado del Nuevo Testamento puede desarrollar o complementar el significado del Antiguo Testamento, pero no de manera que niegue lo que el autor del Antiguo Testamento quiso decir originalmente.20 En otras palabras, el antitipo del Nuevo Testamento no contradice el significado del tipo del Antiguo Testamento en su contexto, sino que lo desarrolla o amplía a la luz de la revelación progresiva. Por consiguiente, esta hermenéutica incluye tanto una lectura "histórico-exegética" como una lectura "teológico-canónica" de cualquier texto dado. La primera se ocupa de comprender el mensaje del autor original a su público inmediato en su contexto histórico concreto. La segunda intenta comprender un texto a la luz de la revelación posterior.

Mientras que los dispensacionalistas progresivos dan cabida a un cumplimiento parcial de algunas promesas del pacto veterotestamentario dentro de Cristo y la iglesia, no creen que tales conexiones agoten o cumplan completamente esas promesas del pacto del Antiguo Testamento. Feinberg argumenta: "Si el antitipo del NT cancela el significado del tipo del AT, el NT debe decírnoslo. Las reinterpretaciones neotestamentarias de los pasajes del AT no son cancelaciones explícitas ni implícitas del significado del AT. De la misma manera, los antitipos del NT no cancelan explícita ni implícitamente el significado de los tipos del AT. Pensar que puedan hacerlo es malinterpretar la tipología".21

Los teólogos del pacto admiten que la revelación posterior puede proporcionar una mayor claridad a la revelación anterior, lo que abre la posibilidad de un significado desarrollado o ampliado más allá de lo que el autor original pudo haber percibido. Los pactualistas progresivos Gentry y Wellum abogan, por tanto, por la lectura de las Escrituras a la luz de tres contextos: textual (el contexto inmediato), histórico (el contexto precedente) y canónico (el canon completo).22 Los teólogos del pacto también entienden los tipos veterotestamentarios como sombras que apuntan divinamente hacia adelante a las realidades tipológicas que culminan en Jesucristo y el nuevo pacto.23 Así pues, los tipos del Antiguo Testamento dan paso al antitipo del Nuevo Testamento. Las diferentes comprensiones de la tipología en estos sistemas pueden verse mejor quizás en la forma en que interpretan las profecías del Antiguo Testamento sobre la restauración de Israel.

Las profecías del Antiguo Testamento sobre la restauración de Israel

Una cuestión clave que influye en la comprensión de la tipología es la forma en que cada sistema interpreta las profecías veterotestamentarias sobre la restauración de Israel. Tal vez el texto más conocido, o al menos más discutido, de las profecías de restauración del Antiguo Testamento sea Amos 9:11–15 y su posterior uso en Hechos 15:14–18. Saucy señala, "La cita de Santiago de la profecía de Amós para apoyar a los gentiles en la iglesia (Hch 15:13–18) es otro texto crucial en la discusión entre los dispensacionalistas tradicionales y los no dispensacionalistas".24 En Amós 9:11–15 Dios promete la futura restauración del pueblo de Israel en términos muy concretos y geográficos (por ejemplo, tierra, muros, cultivos, derrota de enemigos, etc.). En Hechos 15:14–18 la iglesia de Jerusalén se enfrentó a la cuestión de cómo incorporar a los gentiles creyentes en la iglesia. El apóstol Santiago ve la salvación de los gentiles y su incorporación al pueblo de Dios como algo que concuerda con o cumple lo prometido en Amós 9:11–12.

Los dispensacionalistas tradicionales (clásicos y revisados) creen que Hechos 15:16–17 confirma la profecía veterotestamentaria de restauración al pueblo de Israel. La Nueva Biblia de Estudio de Scofield afirma, "Santiago declara que Amós 9:12 muestra que, al regreso de Cristo, no sólo habrá creyentes judíos… sino también creyentes gentiles 'que son llamados por mi nombre' ".25 La lógica aquí es que como habrá gentiles junto a los creyentes judíos cuando Cristo regrese, la iglesia no debe hacer que los creyentes gentiles se conviertan en prosélitos judíos por medio de la circuncisión. En otras palabras, la referencia de Santiago a Amós 9:11–12 en Hechos 15:16–17 está confirmando la realidad futura de la inclusión de los gentiles durante el reino milenial pero no aborda específicamente la situación actual, aparte de afirmar que Dios está llamando ahora a un pueblo gentil para sí mismo. Puesto que Amós 9:11–12 va dirigido a la nación de Israel, no puede encontrar su cumplimiento en la iglesia. Además, el uso de una hermenéutica histórico-gramatical enfatiza que se debe permitir que tanto el contexto del Antiguo Testamento como el del Nuevo mantengan su propio significado sin que una revelación posterior cambie o anule una revelación anterior.

Los dispensacionalistas progresivos creen que Hechos 15:16–17 introduce un cumplimiento ya-todavía no de la profecía de restauración del Antiguo Testamento. Kenneth Barker afirma, "Lo que sucedió en Hechos 15 constituye una etapa en el cumplimiento progresivo de toda la profecía en Amos 9 (cf. Hechos 15:12–15). Es un caso de cumplimiento directo, pero no de cumplimiento final y completo, como indican claramente los versículos siguientes en Amós (9:13–15)".26 El dispensacionalismo progresivo afirma que Amós 9:11–12 se ha cumplido parcialmente a través de la inclusión de los gentiles en la iglesia. Sin embargo, esto no niega su futuro, el cumplimiento más completo para el Israel nacional en el reino milenial. Al igual que los dispensacionalistas tradicionales, los dispensacionalistas progresivos mantienen una clara distinción entre Israel y la iglesia. Dado que Amós registra promesas específicas para el Israel nacional, los dispensacionalistas progresivos no ven ninguna razón para descartar estas promesas para el Israel nacional.27 Sin embargo, su hermenéutica complementaria permite un cumplimiento parcial de Amós 9:11–12 en cuanto a la inclusión de los gentiles en la iglesia debido al reino inaugurado de Jesús (cf. Hch 2:29–36). Bock sostiene que este tipo de hermenéutica "defiende que debemos seguir leyendo el Antiguo Testamento como si nos dijera algo sobre Israel en el plan de Dios, al tiempo que somos sensibles a cómo el Nuevo Testamento complementa esa esperanza expresando el cumplimiento actual en Cristo".28

Los teólogos del pacto arguyen que Hechos 15:16–17 debe tomarse como el cumplimiento de Amos 9:11–12. Lehrer argumenta: "La restauración de la nación de Israel en Amós 9 es interpretada por Dios en Hechos 15 para referirse a la reunión de los elegidos de Dios, tanto judíos como gentiles, para ser salvos y reunidos en la iglesia".29 Los teólogos del pacto argumentan que el trono de David ha sido restaurado en la resurrección de Jesús y su ascensión a la diestra del Padre (cf. Sal 110:1; Hch 2:29–36) y que el reino de Dios ha sido ahora inaugurado en Jesucristo. Sobre esta base, los teólogos del pacto ven la promesa de restauración a Israel en Amós 9:11–12 como cumplida en Jesucristo a través de la inclusión tanto de judíos como de gentiles en la iglesia. Mientras que existen diferencias entre ellos sobre cómo llegan a esta conclusión, las razones más influyentes por las que lo hacen son (1) su hermenéutica da prioridad al Nuevo Testamento, (2) la naturaleza del género profético, y (3) su comprensión del cumplimiento de las promesas del pacto de Israel en Cristo y la iglesia.




26 Kenneth Barker, "The Scope and Center of Old and New Testament Theology and Hope," en Dispensationalism, Israel, and the Church, 327.

27 Sobre las promesas al Israel nacional, véase Amos 9:11: "Levantaré el tabernáculo caído de David … cerraré sus portillos … levantaré sus ruinas … lo edificaré".

28 Darrell Bock, "Hermeneutics of Progressive Dispensationalism," en Three Central Issues in Contemporary Dispensationalism, 92–93.

29 Steve Lehrer, New Covenant Theology: Questions Answered (n.c.: Steve Lehrer, 2006), 88.


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ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com


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