jueves, 6 de octubre de 2016
Riqueza
“la obediencia a la ley de Dios podría traer de manera colectiva prosperidad material al pueblo (Levítico 26:3–5, 9, 10; Deuteronomio 11:26–32; 28:1–14; 30:11–20; Josué 8:30–35). Y permítanme recalcar ese ‘podría traer’. Prosperidad, o acumulación de posesiones materiales, puede ser una señal de una bendición de Dios, pero también puede que no lo sea.
Dándole una mirada cercana al pacto entre Dios e Israel no podemos generalizar y decir que Dios debe, o debía, bendecir materialmente como premio la fidelidad de Israel. En caso de que se diera alguna bendición material por parte de Dios, esta siempre sucedía como resultado de la obediencia a la ley de Dios. No podemos, sin embargo, reducir el pacto a bendiciones materiales, pues como veremos pronto la prosperidad puede ser asociada algunas veces con idolatría e infidelidad (Ezequiel 7:19, 20; Deuteronomio 32:15). En ningún lugar en las Escrituras encontramos promesas de prosperidad para cualquiera en cualquier situación, aunque se le pidan a Dios fielmente, y la persona sea justa. Es cierto que algunos personajes prosperaron, pero no todos. Por tanto, sería irresponsable aplicar textos bíblicos específicos, para generalizarlos, como doctrina para cualquier persona en nuestras iglesias”
http://ref.ly/o/rqtaspls/77816 via the Logos Bible Android app.
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