sábado, 19 de abril de 2008

TEMAS PARA EL MES DEL ADOLESCENTE "Ministerio Juvenil Edificante" 1

MINISTERIO JUVENIL EDIFICANTE

 

 

Y Tú… ¿Qué estás sembrando en los adolescentes?

Ec.11:6

 

 

INTRODUCCIÓN.

 

Sembrar es esparcir semilla en la tierra para que germine y dé luego algún fruto.

 

La siembra es un arte que tiene sus condiciones.  Todo el que siembra espera cosechar algo, pero para lograr este objetivo es necesario SABER sembrar.

 

¿Qué significa esto de saber sembrar?

Si le preguntamos a un agricultor, él respondería:

- Para SABER SEMBRAR y lograr un buen fruto lo que se necesita primero es AMOR por lo que se va a hacer, ¿Por qué? Porque no va a ser fácil la labor, habrá que soportar sol, lluvia, tiempo, duro trabajo… y para hacer todo esto se necesita verdadero afecto, pues como ustedes saben, el amor es sufrido … todo lo soporta (I Cor: 13)  

 

Lo segundo es tener la SEMILLA seleccionada, es decir, que no esté pasada del tiempo o podrida.

 

Y lo tercero,  que a su vez es los primordial y básico, es preparar el TERRENO  - ¿Preparar el terreno? ¿Por qué?: - Claro, porque hay terrenos que perecen ser estériles con muy poca o sin capa vegetal… - ¿Cómo puede un terreno sin humus germinar semillas? . – Es muy sencillo y a la vez complicado:

 

Hay que preparar buen y suficiente abono, picar el terreno con gran profundidad, después regar el material orgánico preparado, aplicar cal para que mate insectos y microbios tanto del terreno como del abono, revolcar luego con mucho cuidado y esperar un "tiempito"  para sembrar.

 

Todo este proceso hace que el terreno que era estéril ahora sea un terreno fértil, dispuesto para recibir la semilla seleccionada, germinarla y dar un buen fruto de ella.

 

 

DESARROLLO:

 

De la ilustración anterior, podemos tomar como ejemplo nuestro trabajo con los adolescentes.

 

A veces surge un problema en nuestras congregaciones y es que nos preocupamos más por los mayores, por los comités, por los trabajos de la Iglesia y hasta les dedicamos tiempo en la formación y quizás sin pensarlo, descuidamos a nuestros adolescentes.

Algunos  (padres, hermanos, líderes…) quieren ver frutos agradables en ellos, pero a la fuerza; hay quienes añoran verlos orando, ayunando, sirviendo, duchos en la Biblia, puros, etc, que sin duda, la intención es muy buena, pero no podemos esperar estos buenos frutos en ellos, si no hemos hecho el proceso de la siembra.

 

¿Sabe usted cuántos adolescentes hemos perdido por la imprudencia nuestra, exigiendo buenos resultados, cuando ni siquiera hemos seleccionado la semilla para sembrar?

 

  • ¿Qué significa seleccionar una buena semilla?

 

La buena semilla, viene a ser en este caso esa palabra que transmitimos a nuestros adolescentes. Lo que usted comunica, ¿es de Dios de veras o son caprichos tuyos? Hay una verdad indiscutible y es que cuando Dios habla a través de nosotros algún efecto sucede en el receptor, pues la palabra de Dios es poderosa, es tan poderosa que hasta los muertos, si Dios  les permitiera oír su voz, se levantarían, Ejemplo: Ezeq. 37; Jesús y Lázaro. ¿Recuerda usted en Gen 1, acerca de la creación: "Y dijo Dios… y fue así"?. Así  que la semilla es la palabra.  Hermanos pastores, líderes de jóvenes y demás, es tarea nuestra buscar la Unción, para que cuando hablemos sea Dios mismo el que convenza a través de su palabra y no nosotros mismos a través de la fuerza.  Esto es seleccionar una buena semilla.

 

 

  • ¿Qué significa preparar el terreno?

         

El terreno, sin duda, son nuestros adolescentes de los 12 – 18 años.  Ante nuestros ojos y por las actitudes de ellos, algunos parecen ser terrenos estériles, sin frutos buenos ¿Cuál es nuestra tarea ante esta percepción? Sencillo, Preparar esos terrenos CON AMOR, hacernos amigos de ellos, sacar no la tarjeta roja para expulsarlos de nuestro contorno, sino la tarjeta de la comprensión y la Empatía, unirnos en oración y formación por ellos, acercarnos de manera prudente y empezar a ayudarlos y a prepararlos a recibir la buena semilla.  Esto se puede logar de la mano del Gran sembrador, del Señor Jesucristo.

 

 

 

REFLEXIÓN.

 

 

Le invito a conocer el terreno donde piensa sembrar la semilla.  Es importante saber que el comportamiento de los adolescentes es diametralmente opuesto al de los mayores.

 

Esta época de adolescencia es una época tempestuosa, generalmente su mayor interés es el sexo.  Por lo general el adolescente es de buen humor  "chistoso", rebosa emocionalmente, teme que piensen que es como un niño y procura portarse como un adulto, comienza a tener atracción hacia el sexo opuesto, cree que todo es un juego, quiere estar a la moda, etc. si con todo esto usted considera que el terreno es infructuoso, pues prepárelo primero antes de sembrar. No lo prepare con rabia y/o a la fuerza, recuerde que es con amor, pues  "con misericordia y verdad se corrige el pecado y con el temor  de Jehová, los hombres se apartan del mal". (Prov. 16:6)

 

 

CONCLUSIÓN.

 

Por la mañana siembra tu semilla, es decir, aprovéchalo que lo tienes cerca, … y  a la tarde no dejes reposar tu mano, como quien dice, la tarea no es sembrar solamente, sino seguir cuidando a medida que vaya germinando.

 

El agricultor después de haber sembrado y ver su semilla convertidas en plántula, fumiga, desyerba y está pendiente de microbios o zorras pequeñas que quieren acabar el cultivo.  Esta es nuestra tarea con nuestros adolescentes.

 

Siembra, pero mira cómo y dónde vas a sembrar.  Que el trabajo con los jóvenes sea un ministerio edificante y no derrochador.  Si así lo haces, guiado con el poder del Espíritu Santo, verás un gran fruto en el mañana, pero … ESPERA CON PACIENCIA   

 

           

 

 

 

Hecho por:

ELISEO ESTAPER  B

Líder Auxiliar  C.P.



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