sábado, 23 de enero de 2010

Una más del Hno. Álvaro: Líderes más allá del cargo.


Líderes más allá del Cargo.

 "Ahora pues,  Jehová Dios mío,  tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre;  y yo soy joven,  y no sé cómo entrar ni salir".   1ª. Reyes 3:7

 

Comenzaremos diciendo que tener un cargo y ser líder son dos cosas muy distintas. El cargo es una investidura ya sea por un nombramiento o por una elección. Pero el liderazgo real es un perfil del carácter. Seguramente que el liderazgo se puede desarrollar pero básicamente es una marca de carácter. El líder palpita con el corazón del pueblo y comparte su  visión y su destino. El hombre líder que tiene una visión y una misión no muere con el cargo porque él sobrevive a la investidura.

1.-   El Corazón del Líder.

Para un líder de carácter espiritual, obviamente después de Dios, lo que lleva sobre su corazón es el pueblo, porque además este es "el especial tesoro" de Dios, como lo llevaba el sumo sacerdote sobre el pectoral. Esas piedras preciosas sobre su corazón le recordaban que su misión era presentar al pueblo delante de Dios. Por eso el líder esta movido no por un deber sino por una pasión.

      Recordemos el caso de Moisés cuando Dios estuvo a punto de destruir a Israel:"Que perdones ahora su pecado,  y si no,  ráeme ahora de tu libro que has escrito. Exo 32:32 

Igual caso tenemos en el Nuevo Testamento: "Verdad digo en Cristo,  no miento,  y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón.

Porque deseara yo mismo ser anatema,  separado de Cristo,  por amor a mis hermanos,  los que son mis parientes según la carne;"  Rom 9:1 – 3.  Esta pasión y este amor no tienen nada que ver con un cargo sino con una comprensión de la relación del líder con el pueblo y del pueblo con Dios.

  2- Sentido de pertenencia.

Cuando un líder siente pertenecer a una casta privilegiada llega a la conclusión que él tiene derecho a mejor suerte que el pueblo y que ellos deben servir para su bienestar directa o indirectamente.

Pero no ha sido así en el caso de los líderes en el pueblo de Dios ni en la Iglesia cristiana es muy hermoso ver el caso de David y como el pueblo reconoció su liderazgo: Vinieron todas las tribus de Israel a David en Hebrón y hablaron,  diciendo: Henos aquí,  hueso tuyo y carne tuya somos.

Y aun antes de ahora,  cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú quien sacabas a Israel a la guerra,  y lo volvías a traer.  Además Jehová te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel,  y tú serás príncipe sobre Israel.   2ª. Sam 5:1 - 2.

Esta identidad del líder con su pueblo produce la admiración del pueblo y la sujeción de este a su líder. El razonamiento es simple: Si lo hacía cuando no era rey seguro que siendo rey lo hará con mayor razón. Para David no era el hecho de ser el gobernante, cuando no lo era y no tenía experiencia se le midió al gigante. Y así fue toda su vida.

3.- Amor a sus Hombres.

David era un hombre con un sentido de pertenencia y con alto grado de valoración de sus hombres, al tiempo que por su Dios, eso lo llevo a ser amado mas allá de su investidura.

Hay un incidente muy hermoso narrado en 2ª. De Samuel: "Y David dijo con vehemencia:  ¡Quién me diera a beber del agua del pozo de Belén que está junto a la puerta!

Entonces los tres valientes irrumpieron por el campamento de los filisteos,  y sacaron agua del pozo de Belén que estaba junto a la puerta;  y tomaron,  y la trajeron a David;  mas él no la quiso beber,  sino que la derramó para Jehová,  diciendo:

Lejos sea de mí,  oh Jehová,  que yo haga esto.  ¿He de beber yo la sangre de los varones que fueron con peligro de su vida?  Y no quiso beberla.  Los tres valientes hicieron esto".                                                                                                               2ª.Sa 23:15 - 17 

Eso es ejemplo de un líder con conciencia del valor de sus hombres y consciente de la grandeza de su Dios. Esas cosas no se hacen por el cargo que se ocupa sino porque de veras se es un líder con corazón de líder. Jesús no tiene un pueblo por lo que hizo sino que hizo lo que le dio un pueblo porque amó a la humanidad.

4. Respeto profundo por la investidura

El líder de verdad tiene sentido de la ubicación y eso lo hace ser respetuoso por la autoridad. El hombre que siente su dignidad sabe que no puede rebajarse a desconocer el don de Dios en otro.

Cuando David fue perseguido por Saúl  el  derecho a su defensa, a salvar su propia vida no lo llevo a olvidarse que el ungido de Jehová era Saúl.

Hno. Álvaro Torres.


 
 
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor IPUC
http://www.adonayrojasortiz.blogspot.com/
 




sábado, 9 de enero de 2010

Respecto al uso de pantalón en las mujeres:

Este Documento es del Presidente Nacional de Conquistadores Pentecostales, nuestro estimado hermano Carlos Arciniegas:

La ropa debe diferenciar entre hombre y mujer
 
Deuteronomio 22:5 No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.
Para que este mandamiento exista, primero Dios tiene que tener ropa especialmente identificada para el hombre y ropa especialmente identificada para la mujer. Si es así, ¿Cuál es cuál? ¿Qué ropa distingue al hombre? No vemos a las mujeres usando pantalones en la historia hasta 1920. Tiene como 80 años en la historia que las mujeres usan pantalones. No vemos a los hombres usando faldas o vestidos tampoco (con la excepción de homosexuales o algo muy raro).
En todo el mundo, hay letreros que indican el baño de las mujeres y el baño de los hombres. Siempre es lo mismo, para la mujer se indica una figura con falda o vestido y cabello largo, y para el hombre se indica con una figura con pantalón y cabello corto. Si no fuera así, se confundirían las personas a donde ir para usar el baño. Pero ¿por qué peleamos con los pantalones que son para mujeres cuando el mundo secular y pagano ya resolvió esto sin duda? Los únicos que se confunden sobre si el pantalón es identificado con hombre o mujer son las cristianas rebeldes quienes quieren usar ropa de hombre. Los pantalones son la ropa que se identifica con los hombres, y las faldas o vestidos son la ropa identificada con las mujeres. Si una mujer ve un hombre con falda, ¿Lo va a aceptar como una falda para hombres? No creo. Va a pensar correctamente que este está usando ropa de mujer. Es muy simple. Pero la mujer quiere ponerse el pantalón libre de asociación y uso exclusivamente para el hombre.
La Biblia habla de los "calzoncillos" de los hombres en Éxodo 28:42; 39:28; Lev. 6:10, 16:4; y Ezequiel 44:18. Todas estas referencias refieren a los pantalones en los hombres. Esto fue especialmente para los sacerdotes que subían regularmente al altar en una plataforma elevada sobre el pueblo. Dios específicamente usa las palabras "para cubrir su desnudez." Los hombres y las mujeres usaban algo como batas que llegaban a sus rodillas o más abajo. La bata del hombre y la bata de la mujer fueron muy diferentes para distinguir entre uno y el otro. En Lucas 12:35, dice "Estén ceñidos vuestros lomos" que refiere que la costumbre del día era de levantar la parte de abajo cuando el hombre se fue a trabajar, metiéndola en el cinturón. Esto forma un estilo de pantalón flojo.
Normalmente la gente de los tiempos bíblicos usaba dos prendas como batas. Uno se consideraba como ropa interior, y de tener nada más esto puesto, se consideraba como la persona estuviera desnudo. Los reyes y príncipes usaron hasta una tercera prenda, abierta, y esto llegó a ser más común entre todos. Siempre usaban un cinturón sobre el vestido mas cerca al cuerpo para detener la ropa de interferir con actividades físicas.
La ropa de las mujeres era muy diferente a la de los hombres en detalles pero no en forma. Aunque los dos usaban un estilo de bata para nosotros hoy en día, para ellos en su día fueron muy diferentes. Deuteronomio 22:5 se base en el punto que sí hubo diferencia entre los dos, y era visible muy fácilmente. El vestido de la mujer era siempre más adornado, más elaborados, y más largos que el equivalente de los hombres. Las mujeres siempre usaban velos, con la excepción de siervos y mujeres pobres. Pero las prostitutas nunca usaban velos y su ropa era más pegada a sus cuerpos, más para revelar que para cubrir y esconder.
Nada más porque una pieza de ropa es vendido en la sección de mujeres en una tienda no la hace diferente de la ropa del hombre. Si es algo que un hombre usara, es una abominación a Dios que lo usas.
En 1991 en una revista de modas del vestir, dice así sobre el uso de pantalones de las mujeres, es "para los rebeldes social, o para la tentadora quien usa el vestirse como hombre es para rebelarse en contra de su posición femenina impuesta por la sociedad."[1] El fondo de toda esta discusión, la mujer cristiana tiene que contender con el uso de pantalones siendo una forma de rebelión.
El asunto en todo esto no es como uno se viste sino que es la rebelión en contra de Dios porque Dios se impone en nuestras vidas. Las mismas mujeres que rechazan Deuteronomio 22:5 son las que rechazan que la mujer debe ser sumisa a su esposo. No están de acuerdo. Con la mujer, el asunto es de tomar la autoridad del hombre como Eva hizo en el huerto. Se dice, "¿Quién tiene los pantalones puestos en tu familia?", habla de quien tiene la autoridad. Para los hombres rebeldes, esto se ve más bien en el homosexualismo y en hombres portándose y vistiéndose como mujeres, o siendo libre de sus obligaciones conyugales.
Aunque unos discuten acerca del uso de los pantalones en la mujer, debemos decir que el hombre es la persona que tiene problemas con el ojo, y la mujer que usa pantalón se le marca entre sus piernas por medio del pantalón y eso es el tropiezo para él. Allí está todo el asunto, de provocar a otros de pensar en algo que no debe.
La mujer que inventó la mini-falta dijo que lo hizo con el propósito de encender los deseos sexuales en los hombres y promover el desenfreno sexual. ¿Por qué es necesario decir que esto es malo para las mujeres cristianas? ¿No es obvio?
La autora, Margaret Kent, (ella no es una cristiana) en su libro, "Como Casarte con el Hombre de Tu Selección" [2], dice que la mujer debe usar ropa para manipular a los hombres. Ella recomienda que usen ropa que es pegada al cuerpo, que sigue las curvas del cuerpo, que revela el cuerpo. Dice "el poder del vestuario… puede ser un principal factor en atraer a los hombres… agita su imaginación sexual sin satisfacer su curiosidad sobre tu cuerpo… los pantalones son buenos porque son apretados y siguen las curvas del cuerpo. Las blusas que se abren en frente con botones mandan una señal de fácil acceso."
Todo el chiste aquí es de excitar "la imaginación sexual sin satisfacer su curiosidad sobre tu cuerpo."  O sea, crear interés sin satisfacerlo. Por esto la ropa del mundo llama la atención a las partes sexuales del cuerpo femenino y no se trata de esconder el cuerpo, o al menos las partes sexuales.
Debemos entender que el asunto del vestirse inmodestamente viene del movimiento de la liberación de la mujer en los últimos años de 1800. Estas mujeres son las mismas que promueven el lesbianismo, el unisexo, y atacan a Dios y los mandamientos de Dios para la mujer (y el hombre) que no les gustan. Ellas rechazan que la mujer debe ser sujeta, que debe dedicarse al hogar y en su lugar ellas promueven que la mujer debe salir de la casa para trabajar. Ellas han hecho una versión de la Biblia que es "sin sexismo" (según ellas), en que cambian todas las referencias de Dios a ser  "Ella" en lugar de "Él."
Típico de estas mujeres liberadas son otras indicaciones que parecen como el sexo opuesto, mujeres con el cabello cortito, quieren a los hombres con el cabello largo, las mujeres que tratan de edificar cuerpos musculares como hombres, y mujeres que rehúsan cosas que se identifican como femeninas.
Conclusion:
10 RAZONES POR LAS QUE HOY EN DÍA SI ES PECADO EL USO DEL PANTALON EN LA MUJER
 
1. Es PECADO porque no tengo base bíblica para usarlo. 1 de Pedro 4:11
2. Es PECADO porque ofendo a mas de uno en la Iglesia
1 de Corintios 8:12-13
3. Es PECADO porque algunos en la sociedad me critican por usarlo.   1 de Pedro 2:12
4. Es PECADO porque es una obsesión su uso. 1 de Corintios 6:12 y 1 de Corintios 10:23
5. Es PECADO porque la Iglesia acordó no usarlo y aun así lo hago.
    Hebreos 13:17
6. Es PECADO porque la mayoría de las veces la prenda es indecorosa. 1 de Timoteo 2:9, 1 de Pedro 3:3-4
7. Es PECADO porque pongo en primer lugar lo material que lo espiritual. Mateo 6:31-33, 1 de Pedro 2:11
8. Es PECADO porque lo uso para no avergonzarme frente a mis amigas. Filipenses 2:15, Efesios 5:8-11
9. Es PECADO porque no queremos hacer diferencia entre la corriente del mundo y Dios. 1 de Pedro 4:1-4, Mateo 5:14-16
10. Es PECADO porque amamos mas las cosas del mundo.       
                1 de Juan 2:15-17, Santiago 4:4
 
"Con todo eso si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre ni las Iglesias de Dios" 1 Cor. 11:16

-¿Alguna pregunta?

Paz de Cristo
 
 
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor IPUC
http://www.adonayrojasortiz.blogspot.com/
 




SANIDAD DIVINA EN EL MINISTERIO DE LOS DISCÍPULOS, EN HECHOS, Y EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA


LA SANIDAD EN EL MINISTERIO DE LOS DISCIPULOS

Así como fue la voluntad de Dios sanar a los enfermos en los días cuando Jesús ministró en la tierra, del mismo modo lo fue cuando Él extendió este ministerio a sus discípulos, dándoles poder para sanar a los enfermos, resucitar muertos y echar fuera demonios. El ministerio de Jesús, cuando estaba aquí en la carne, estaba casi totalmente limitado a la esfera de su presencia física. De allí que la bendita influencia de su compasión y poder fue engrandecida al investir a otros con la misma habilidad divina: Entonces llamando a sus doce discípulos, Jesús les dio poder sobre espíritus inmundos para expulsarlos y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.[1]

1. Se les da poder a los doce y son enviados.

Después llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, y les dio autoridad sobre los espíritus impuros.  Les mandó que no llevaran nada para el camino, sino solamente bastón. Ni bolsa, ni pan, ni dinero en el cinto; sino que calzaran sandalias y no llevaran dos túnicas.  Y añadió: —Dondequiera que entréis en una casa, posad en ella hasta que salgáis de aquel lugar. Y si en algún lugar no os reciben ni os oyen, salid de allí y sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, para testimonio a ellos. De cierto os digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para los de Sodoma y Gomorra que para aquella ciudad.

Y, saliendo, predicaban que los hombres se arrepintieran. Y echaban fuera muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban. [2]

Entonces, llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus impuros,  para que los echaran fuera y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Jacobo hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo,  el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo,  Simón, el cananita,  y Judas Iscariote, el que también lo entregó.

A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones diciendo: «Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel.  Y yendo, predicad, diciendo: "El reino de los cielos se ha acercado".  Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.[3]

2. Se les da poder a los setenta y son enviados.

Después de estas cosas, el Señor designó también a otros setenta,  a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir. Y les dijo: «La mies a la verdad es mucha, pero los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. Id; yo os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa ni alforja ni calzado; y a nadie saludéis por el camino. En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: "Paz sea a esta casa". Si hay allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros. Quedaos en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den, porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa. En cualquier ciudad donde entréis y os reciban, comed lo que os pongan delante y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: "Se ha acercado a vosotros el reino de Dios". [4]

Los resultados de esta comisión fueron bastante evidentes:  Regresaron los setenta con gozo, diciendo: — ¡Señor, hasta los demonios se nos sujetan en tu nombre![5] Jesús no fue sorprendido frente a este informe que los demonios estaban sujetos a su nombre. Les dijo: —Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Os doy potestad de pisotear serpientes y escorpiones,  y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.[6]

Mateo 10:8 es muy significativo en revelar la voluntad de Dios para sanar, no a algunos, sino a muchos. Los discípulos no debían ser ahorrativos en el uso del poder sanador que les fue dado. Jesús dijo, De gracia recibisteis, dad de gracia.

Sin duda alguna, el poder dado a los doce y a los setenta es el mismo poder prometido por Jesús que sería en calidad permanente y que fue recibido por la iglesia en el día de Pentecostés:

Y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador,  para que esté con vosotros para siempre:  el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce; pero vosotros lo conocéis, porque vive con vosotros y estará en vosotros.[7]

Ciertamente, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.[8]

pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.[9]

 

LA SANIDAD EN LA IGLESIA PRIMITIVA.

El libro de Hechos comienza con el escritor, Lucas, haciendo referencia a su primer tratado, el Evangelio de Lucas, que narra acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar. El ministerio de Cristo sobre la tierra es descrito como lo que Él enseñó e hizo. La palabra hizo, se refiere entre otras cosas a los milagros de sanidad por él efectuados. Se nos dice aquí que durante los años de ministerio antes de su muerte, sepultura, resurrección, y ascensión, Jesús comenzó a hacer y a enseñar. La principal deducción es que Él continuó haciendo y enseñando después de su regreso al Padre. Esto lo logró mediante sus discípulos, que son todos los creyentes, miembros de su cuerpo.

Cristo (la Cabeza viviente) todavía ministra mediante la iglesia (su cuerpo). El libro de Lucas es el registro inspirado sobre lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar en su ministerio terrenal; mientras el libro de Hechos contiene su relato inspirado de lo que Jesús continuó haciendo y enseñando después de su ascensión al cielo. Reconocemos entonces al libro de Hechos como otra revelación más de la voluntad de Dios referente a la sanidad de los enfermos.

Si los creyentes cristianos son miembros del cuerpo de Cristo, del cual Cristo es la cabeza motivadora y guiadora, entonces lo que Cristo hizo mientras estuvo corporalmente presente sobre la tierra debería continuar sucediendo mediante los miembros de su cuerpo espiritual.

Cuando Pedro dijo al hombre paralítico en la puerta del templo, la Hermosa, En el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda[10], tomándolo por la mano derecha y lo levantó era como si Jesucristo se extendiera y lo tocara, mediante Pedro, un miembro de su propio cuerpo.

Si Cristo hubiera estado presente físicamente y hubiera podido tocar al paralítico, ciertamente habría sido sanado y habría podido caminar. ¿Por qué no sería lo mismo cuando Pedro, un miembro de su propio cuerpo, tocó al enfermo en el nombre de Jesús?

La multitud corrió al pórtico de Salomón atónita ante el milagro.

Al ver esto Pedro, habló al pueblo: «Israelitas, ¿por qué os admiráis de esto? ¿o por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiéramos hecho andar a este? El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando este había resuelto ponerlo en libertad. Pero vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diera un homicida, y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios resucitó de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. Por la fe en su nombre, a este, que vosotros veis y conocéis, lo ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a este esta completa sanidad en presencia de todos vosotros.[11]

En otras palabras, Pedro estaba diciendo, "Jesús está vivo. No está muerto. ¿Por qué entonces no debiera estar aún manifestando el mismo poder y milagros que ejecutó antes de su crucifixión?"

El Cristo viviente obrando a través de su cuerpo, la iglesia, es la verdadera imagen del ministerio cristiano de hoy. Esto está demostrado en los siguientes ejemplos en el libro de Hechos:

Sanidades mediante los apóstoles:

Episodio Bíblico

Instrumento

Cita Bíblica

El hombre paralítico

Pedro

Hch. 3:1–10

Muchos sanados

Pedro

Hch. 5:12–16

Prodigios y milagros

Esteban

Hch. 6:8

Avivamiento en Samaria

Felipe

Hch. 8:5–8

Eneas

Pedro

Hch. 9:32–35

Tabita es resucitada

Pedro

Hch. 9:36–42

Hombre cojo en Listra

Pablo

Hch. 14:8–10

Pablo levantado en Listra

Hch. 14:19, 20

Demonio echado fuera

Pablo

Hch. 16:16–18

Milagros especiales

Pablo

Hch. 19:11, 12

Eutico

Pablo

Hch. 20:7–12

En la isla de Malta

Pablo

Hch. 28:8, 9

 

Nada ha cambiado, concerniente a las provisiones de Dios para las necesidades de la humanidad desde los días apostólicos. Cristo ha muerto y ha resucitado, el Espíritu Santo ha sido derramado, y la gran comisión está aun en vigencia. La ruina del pecado y sus horrendos resultados todavía están manifestados en nuestro mundo hoy. Los médicos, con todo su conocimiento y dedicación, todavía están confundidos por las aflicciones y enfermedades. Nadie puede probar que el Dios que nunca cambia haya alterado su voluntad respecto a la sanidad de enfermedades. Él es Jehová-Rapha: Yo soy Jehová tu sanador.[12]

 

LA SANIDAD A TRAVÉS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA

Los testimonios escritos de testigos que están por encima de sospecha no dan lugar para dudar que los milagros de sanidades de la era apostólica continuaron operando a través de la comunidad de creyentes.

Si se logra probar que algunos milagros fueron ejecutados en el segundo siglo después de Cristo, ninguna razón que afirme que no podían ser ejecutados en el siglo veintiuno, puede ser sostenida en la actualidad.

La era apostólica, debe admitirse, fue peculiarmente favorecida. Mientras que aún vivían los hombres que habían visto al Señor, y lo habían acompañado durante su ministerio terrenal, había posibles secretos de poder en su posesión que una generación futura quizá no tendría. Es fácil ver entonces que este período puede ser especialmente distinguido por los dones del Espíritu. Pero sin embargo, el Salvador parece ser cuidadoso en enseñar que habría un aumento más bien que una disminución de poder sobrenatural, después de su partida: Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo.[13] De cierto, de cierto os digo: el que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.[14]

Pero concediendo ciertas marcadas ventajas poseídas por los seguidores inmediatos de Cristo, encontramos en la historia que no hay una terminación abrupta de milagros con la expiración de la era apostólica. Por lo tanto debemos comenzar a formularnos la pregunta del por qué debería haber cualquier terminación de estos mientras permanezca la iglesia, y sea perpetuado el ministerio del Espíritu.

En verdad, la historia muestra que la sanidad por el poder directo de Dios continuó a través de la entera era eclesiástica hasta el tiempo presente.

Note los testimonios de algunos de los patriarcas de la iglesia:

ü  Muchos endemoniados a través del mundo entero y en su ciudad han sido sanados y están sanando por medio del ministerio de muchos de nuestros hombres cristianos, quienes los exorcizan [echando fuera demonios] en el nombre de Jesucristo, que fue crucificado bajo Poncio Pilato, dejando impotentes a los demonios poseedores y echándolos fuera de los hombres, cuando éstos no podían ser curados por todos los otros exorcistas, o por aquellos que usaban encantamientos y drogas. Justino Martyr, 165 d.C.

ü  Aquellos que de verdad son los discípulos recibiendo la gracia de Él, en su nombre ejecutan milagros a fin de promocionar el bienestar de otros, según el don que cada uno ha recibido de Él … Otros todavía sanan a los enfermos imponiendo las manos sobre ellos, y son sanados. Aún más, como he dicho, los muertos han sido levantados, y permanecieron entre nosotros durante años. Ireneo, 192 d.C.

ü  Porque el dependiente de uno de ellos que era expuesto a ser tirado al suelo por un espíritu maligno fue liberado de su aflicción, como también lo fue el familiar de otro, y el pequeño hijo de un tercero. Y cómo muchos hombres de rango, por no decir nada de las personas comunes, han sido liberados de demonios y sanados de enfermedades. Tertuliano, 216 d.C.

ü  Y algunos dan evidencia de haber recibido mediante su fe un poder maravilloso por las sanidades que ejecutan, invocando ningún otro nombre sobre aquellos que necesitan su ayuda sino el del Dios de todas las cosas, y de Jesús … Porque por estos medios hemos visto también a muchas personas libradas de tristísimas calamidades, y de distracciones de la mente, locura, y un sin número de otras enfermedades que no podían ser curadas ni por hombres ni por diablos. Origen, 250 d.C.

ü  Que ellos [jóvenes ministros], entonces, con ayuno y oración, hagan sus intercesiones, y no con voluntad arreglada, o con palabras escogidas de sabiduría humana, sino como hombres que han recibido el don de sanidad confiadamente, para la gloria de Dios. Clemente de Alejandría, 275 d.C.

ü  A través de los cristianos, muchos paganos son sanados de cualquier enfermedad que tengan, por lo tanto, abundantes son los milagros en nuestro medio. Teodoro de Mopsueste, 429 d.C.

ü  En 500 d.C. Gregorio el Grande donó su fortuna heredada, y se convirtió en un misionero en Gran Bretaña, orando por la gente y ungiéndolos con aceite en el nombre del Señor, citando ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia para que oren por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados.[15]

Desde el día de Gregorio hasta la reforma, el mundo atravesó una era de oscurantismo, tanto en lo relacionado al progreso de las cosas espirituales como el avance del aprendizaje. Pero con el despertar espiritual que vino como consecuencia de la reforma, regresó la evidencia de las obras sobrenaturales de Dios.

El siguiente es un extracto de "Las Confesiones de Fe" de los waldenses, un grupo profundamente espiritual de cristianos que rechazó la autoridad papal e intentó basar sus creencias en la Biblia no mas, del siglo doce, seguidores de Pedro Waldo: En cuanto al ungimiento de los enfermos, sostenemos como un artículo de fe y lo profesamos sinceramente de corazón que las personas enfermas, cuando lo piden, pueden legalmente ser ungidas con el aceite de unción por aquél que se une con él en oración para que pueda ser efectiva la sanidad del cuerpo, según el diseño, fin y efecto mencionados por los apóstoles; profesamos que tal unción ejecutada según el diseño y la práctica apostólica, sanará y será provechosa.

Los Pietistas (incluyendo a los Moravios), a fines de los años 1600, Alemania. Los Pietistas enfatizaban una experiencia espiritual y una vida cristiana. El conde Zinzendorf, 1725 d.C., del movimiento de Moravia (Hermanos Unidos), describe muchos milagros de sanidad en respuesta a la oración.

John Wesley, 1750 d.C., graduado de la universidad de Oxford y fundador de la Iglesia Metodista, registró en su diario varios casos de sanidades. Los Metodistas, S.XVIII, Inglaterra, particularmente en las campañas de Wesley y Whitefield y las campañas que siguieron después en América del Norte.

Campañas de Avivamiento y Reuniones en el Campo, 1800, América. Se informa que se ocurrían mas tarde unas demostraciones físicas en las campañas de avivamiento en América del Norte, un período llamado el Segundo Despertamiento que empezó con unas reuniones en el campo en el estado de Kentucky y se extendió por toda la frontera americana.

La gente "Santidad," 1800, Tennessee y Carolina del Norte.

Los irvinguitas, 1800, Inglaterra y America. El Espíritu se cayó entre la congregación Londinense de una Iglesia de Escocia pastoreado por un pastor prominente llamado Eduardo Irving y empezó con María Campbell y Santiago y Margaret MacDonald.

Los Lectores (Lasare), 1841-43, Suecia.

Los Avivamientos, 1859, Irlandia.

Debemos notar que un historiador alemán atribuyó el hablar en lenguas a Martín Lutero, y un amigo de Dwight Moody dijo que algunos de los seguidores de Moody hablaban en lenguas.

El movimiento pentecostal moderno empezó el 1o de enero de 1901, en un pequeño colegio bíblico en Topeka, Kansas. El colegio era operado por Charles Parham, un ministro con un trasfondo en el movimiento Santidad. Los estudiantes empezaron a buscar el bautismo del Espíritu con el hablar en lenguas, y Agnes Ozman fue la primera entre los alumnos de experimentar el hablar en lenguas. El avivamiento pronto se extendió a muchas denominaciones y alrededor del mundo.

Eso nos trae a nuestra historia reciente en el siglo XX.

En este breve repaso de la historia, un despliegue de testigos fue presentado cuyos incuestionables testimonios remueven cualquier duda de que la sanidad divina ha continuado desde los días del Antiguo Testamento, durante la vida de Cristo, los días de sus discípulos y apóstoles, después de la muerte de los apóstoles, y a través de las edades hasta nuestra propia generación. Jehová-Rapha—el Señor tu Sanadores el mismo ayer, y hoy, y por los siglos[16]. Dios ha mostrado su voluntad de sanar en cada era de la historia del mundo. Innumerables milagros de sanidad en el día presente dan testimonio de que su voluntad no ha cambiado hasta esta hora presente. La Biblia y la historia están en perfecto acuerdo en este punto.



[1] Mateo 10: 1

[2] Marcos 6: 7 al 13

[3] Mateo 10: 1 al 8

[4] Lucas 10: 1 al 9

[5] Lucas 10: 17

[6] Lucas 10: 18 al 20

[7] Lucas 14: 16 y 17

[8] Lucas 24: 49

[9] Hechos 1: 8

[10] Hechos 3: 6

[11] Hechos 3: 12 al 16

[12] Éxodo 15: 26

[13] Hechos 1: 8

[14] Juan 14: 12

[15] Santiago 5: 14 y 15

[16] Hebreos 13: 8


 
 
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor IPUC
http://www.adonayrojasortiz.blogspot.com/
 




Generalidades de la Escatología Bíblica

NO DEJE DE LEERLO