miércoles, 29 de noviembre de 2017

No hay quinto malo

No hay quinto malo Informe mensual de la obra del Señor en la IPUL Baltimore

domingo, 26 de noviembre de 2017

Celebrando la Cena del Señor

Celebrando la Cena del Señor Santa Cena, IPUL BALTIMORE

La Santa Cena

Jesús instituyó la ordenanza de la Santa Cena, llamada también "la
Cena del Señor", la noche que fue entregado (Lucas 22:19–20; 1
Corintios 11:23–25), cuando Él y sus discípulos celebraron la Pascua
juntos por última vez. Las palabras y acciones de Jesús dieron a la
Pascua un significado fresco. Para los creyentes, la Santa Cena es un
rito que reemplaza la Pascua judía.

¿Cómo empezó la primera Cena del Señor?

Aunque tanto el bautismo como la Santa Cena simbolizan nuestra
relación con Cristo, representan diferentes aspectos. Porque el
bautismo está asociado con el nuevo nacimiento, necesitamos ser
bautizados una sola vez. En contraste, celebramos la Santa Cena a
menudo porque nos recuerda nuestra necesidad diaria por Cristo.
En esta lección examinaremos tres importantes verdades acerca de la
ordenanza de la Santa Cena. Primero, consideraremos el significado de
los emblemas de la Santa Cena. Segundo, examinaremos el significado
pasado, presente y futuro de la Santa Cena. Finalmente, observaremos
la advertencia que dio Pablo y hablaremos de lo que significa tomar la
Santa Cena indebidamente.


Los emblemas de la Santa Cena

Explicar el significado de la Santa Cena.

Emblema es otro término para símbolo. La ceremonia de la Santa Cena
usa pan y jugo de uvas como emblemas que significan o representan el
cuerpo y la sangre de Cristo.
En la última Cena, Jesús "tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les
dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto
en memoria de mí" (Lucas 22:19). El pan es un alimento básico para la
vida. Así, el pan era el mejor símbolo que Jesús pudo escoger para
representar la vida que Él estaba ofreciendo. En otra ocasión, Jesús
usó el mismo símbolo cuando dijo: "Yo soy el pan de vida" (Juan 6:48),
y "el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del
mundo" (6:51). El pan partido representa el cuerpo partido de Cristo.

Explique el significado simbólico de las emblemas de la Santa Cena.

Jesús usó el jugo de las uvas para representar su sangre. Nuestro
Señor declaró: "Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por
muchos es derramada para remisión de los pecados" (Mateo 26:28). En
Lucas 22:20, las palabras son dadas en diferente orden: "Tomó la copa,
diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros
se derrama." En otras palabras, el nuevo pacto vino a través de la
sangre de Cristo. Hebreos 9:16–18 describe este pacto como testamento.
Ahí leemos que el testamento no entra en efecto mientras la persona
que lo hizo viva. Entra en efecto después de la muerte de la persona
que lo hizo. La sangre de Cristo es la firma de su muerte. Él selló el
pacto con su sangre. Su muerte hizo que el nuevo pacto entrara en
efecto. ¡Qué maravilloso pensamiento! Somos "herederos de Dios y
coherederos con Cristo" a través de este pacto (Romanos 8:17).

¿Cuándo se hizo efectivo el nuevo pacto entre Dios y sus hijos?

Los pactos bíblicos vienen con condiciones. Bajo el antiguo pacto,
nuestra relación con Dios se basaba en la obediencia a la Ley. Sin
embargo, bajo el nuevo pacto, nuestra relación con Dios se basa en la
fe en el sacrificio que los símbolos de la Santa Cena representan. El
pan de la Santa Cena y el jugo hacen que la muerte de Cristo sea real
para nosotros. La Santa Cena nos recuerda que dependemos de Jesucristo
de la misma manera que nuestro cuerpo necesita el pan y la bebida
diaria.
La iglesia Católica Romana enseña que el pan y el jugo (vino) se
convierten en la sangre y el cuerpo de Cristo. No creemos que esta
enseñanza sea verdadera. Jesús estaba físicamente presente cuando
compartió la primera Santa Cena con sus discípulos. Cuando Él dijo,
"Esto es mi cuerpo" y "Esto es mi sangre", Él estaba usando una
metáfora (una figura retórica en la cual una cosa representa otra).
Otros dos ejemplos del uso de metáforas por Jesús, se encuentran en
Juan 10 cuando dijo, "Yo soy la puerta de las ovejas" (v. 7) y "Yo soy
el buen pastor" (v. 14).


El pasado, el presente y el futuro en la Santa Cena

Identificar tres beneficios de recibir la Santa Cena.

Muchos países han separado un día como día de fiesta nacional, así
como el día de la Independencia para recordar su pasado y celebrar su
libertad. Para los creyentes, la Santa Cena provee esa función. Jesús
dijo: "Haced esto en memoria de mí" (Lucas 22:19). La Santa Cena tiene
un significado en el pasado porque nos recuerda la muerte de Cristo,
nos recuerda que nuestra vida depende de lo que Él hizo en la cruz, y
provee una oportunidad de agradecerle por ese sacrificio. Recordar el
pasado debe inspirarnos para ser fieles en el futuro. La Santa Cena es
una conmemoración que nos recuerda que compartimos no solamente su
muerte pero también su naturaleza.
Sin embargo, la Santa Cena no señala sólo al pasado. También tiene un
gran valor para el presente. Jesús prometió: "He aquí yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:20). Jesús
es un huésped activo que no lo vemos cuando nos reunimos a compartir
la Santa Cena. Nuestro compañerismo con Él es especialmente real
cuando nos unimos con Él para participar de los símbolos que
representan su muerte. Además, la Santa Cena nos une el uno al otro.
Jesús oró pidiendo que todos los creyentes fueran "perfectos en
unidad" (Juan 17:23). Consideremos la iglesia en Nigeria, África. A
mediados de los setenta las tribus del Yoruba y del Hausa casi
desaparecen a la tribu Igbo. Hoy en día el liderazgo de la iglesia de
Nigeria —una de los más fuertes en África— está conformado por
individuos de las tres tribus. Al sudeste de Ruanda, las tribus de los
Tutsi y de los Hutu siguen siendo enemigos a pesar de una guerra muy
grande, donde millones de personas murieron. En ese tiempo, las
Asambleas de Dios no tenían más de seis iglesias con pocos creyentes.
Hoy en día, a pesar de la continua enemistad entre las dos tribus, hay
más de 130 iglesias de Asambleas de Dios en la región, que incluyen
miembros tanto de la tribu de los Tutsi y de los Hutu. No importa
cuales sean nuestras diferencias, todos estamos bajo el nuevo pacto a
través de Jesucristo. Celebramos esa comunidad cuando participamos de
la Santa Cena como un solo cuerpo.
Así, la Cena del Señor reconoce y proclama públicamente nuestra
relación del nuevo pacto con el Señor a través de su muerte. "Al comer
el pan y beber la copa significa que proclamamos y aceptamos los
beneficios del sacrificio de Cristo" (Stamps 1992, 1768). Uno de esos
beneficios, como lo veremos en un capítulo posterior, es la sanidad de
nuestros cuerpos. Muchos pastores han testificado de las sanidades que
personas han recibido durante la Santa Cena.
La Santa Cena también tiene un significado para el futuro. En la
primera Cena del Señor, Jesús dijo: "Y os digo que desde ahora no
beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba
nuevo con vosotros en el reino de mi Padre" (Mateo 26:29). Pablo
escribió que cuando compartimos la Santa Cena, "la muerte del Señor
anunciáis hasta que él venga" (1 Corintios 11:26). La Santa Cena mira
hacia adelante al regreso de Cristo, el que será seguido por "la cena
de las bodas del Cordero" (Stamps 1992, 1868). La ordenanza de la
Santa Cena nos ayuda a mantenernos firmes y fieles "aguardando la
esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran
Dios y Salvador Jesucristo" (Tito 2:13).

Explique el significado de la Santa Cena en el pasado, el presente y el futuro.


Preparación para la Santa Cena

Describir cómo una persona puede tomar la Santa Cena de manera indebida.

La Cena del Señor es una ocasión muy seria que no debemos tomar a la
ligera. Pablo advirtió a los Corintios que "cualquiera que comiere
este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del
cuerpo y de la sangre del Señor" (1 Corintios 11:27). Participar de la
Santa Cena de manera indigna es compartir con irreverencia, egoísmo y
un espíritu divisivo "sin ninguna intención o deseo de alejarse de un
pecado conocido" (Stamps 1992, 1768).

¿Cómo puede un cristiano evitar tomar la Santa Cena de manera indigna?

La iglesia de Corinto enfrentaba varios problemas mayores, incluyendo
inmoralidad sexual e idolatría. Pablo específicamente les instruyó no
participar de festines idólatras y de la Cena del Señor (1 Corintios
10:14–22). Ellos también tenían un problema con una actitud divisiva
(1:10–12) que se extendió dentro de la celebración de la Santa Cena;
"las divisiones" surgieron cuando ellos se reunían y dejaban a los
pobres olvidados y con hambre (11:18–22). Los creyentes de Corinto
olvidaron demostrar amor el uno por el otro. Al no reconocerse el uno
al otro como "cuerpo del Señor," ellos comían y bebían "juicio" para
ellos mismos (11:29). En otras palabras, cuando se criticaban o se
rechazaban el uno al otro, criticaban y rechazaban el cuerpo de
Cristo. Era como si criticaran y rechazaran a Jesús mismo. Los
resultados de sus acciones eran serios; de hecho, algunos habían
muerto y otros estaban "enfermos y debilitados" (11:30). El problema
no era que ellos habían pecado, porque todos hemos pecado (Romanos
3:23). El problema radicaba o bien en la ignorancia del peligro de la
división o en rehusar arrepentirse del pecado. De cualquier manera, su
comportamiento precipitó el reproche de Pablo en 1 Corintios 11:27.
Algunos han respondido a la advertencia de Pablo rehusando tomar la
Santa Cena juntos, pero esa no fue la intención de Pablo. Negarse a
participar en la Santa Cena es un error por dos razones:

1. Nuestro Señor mandó a sus discípulos: "Tomad, comed… Bebed
de ella todos" (Mateo 26:26–27). Pablo repitió el mandato de Cristo a
los Corintios cuando escribió: "Haced esto en memoria de mí [Cristo]"
(1 Corintios 11:24). Si nos rehusamos a tomar parte en la Cena del
Señor, desobedecemos directamente el mandato de Cristo.
2. Rehusar los elementos es declarar: "Rechazo arrepentirme,
y rechazo creer que el cuerpo y la sangre de Cristo fueron el
sacrificio eficaz que necesitaba para limpiar mis pecados" (Menzies y
Horton 1993, 118).

Así que la respuesta apropiada a la advertencia de Pablo es
"examinarnos" a nosotros mismos, "juzgarnos" a nosotros mismos, y
confesar nuestros pecados antes de compartir la Santa Cena (1
Corintios 11:28, 31).


Ford, J. (2008). Introducción a la teología: Una perspectiva
pentecostal (Libro de texto de estudio independiente). (M. Gallardo,
Ed., M. Tobar, Trans.) (pp. 95–98). Springfield, MO: Global
University.



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ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com

jueves, 9 de noviembre de 2017

EL ESPIRITU SANTO

El Misterio de la Piedad
Eliseo Duarte
November 1, 2017


EL ESPIRITU SANTO


Esta es otra manifestación de Dios, y designa especialmente la función
de actuar o moverse en las vidas de hombres y mujeres.

El Espíritu Santo, no es la supuesta tercera persona de la trinidad;
porque Dios es Uno, y es Espíritu y hay un solo Espíritu en él:

Efe. 4:4.
"Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor,
allí hay libertad". 2 Cor. 3:17.

El Espíritu Santo es Dios operando salvación, y derramando bendición
sobre su pueblo; el Espíritu Santo está en todas partes, pero esos
términos se usan para mostrar que el Espíritu de Dios está obrando en
el corazón de los creyentes.

El Espíritu Santo es Jesucristo que habita dentro de nosotros en el
poder de su vida de resurrección:

"Cristo en vosotros, la esperanza de gloria". Col. 1:27.
"No os dejaré huérfanos, vendré a vosotros". Jn. 14:18.
"Si sois vituperados por el Nombre de Cristo, sois bienaventurados,
porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros". 1 Pedro
4:14.

Este título, Espíritu Santo, también nos demuestra que Jesucristo es
el verdadero Dios:

"Y después de estos derramaré mi Espíritu sobre toda carne". Joel 2:28.

Pedro citando esta profecía en su discurso en el día de pentecostés dijo:

"Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los postreros días,
dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne." Hech. 2:16-17.

Note que fue Dios quien dijo: Derramaré de mi Espíritu; y Juan el
Bautista hablando sobre Cristo dijo:

"Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que
viene tras de mi, cuyo calzado no soy digno de llevar, es más poderoso
que yo. Él OS BAUTIZARÁ EN ESPÍRITU SANTO Y FUEGO". Mat. 3:11.

Juan nos está diciendo que Cristo es el que derrama de su Espíritu y
ÉL es el que nos bautiza.

En la celebración de la fiesta de los tabernáculos, donde Israel
conmemoraba su peregrinación por el desierto y mediante el
derramamiento de un jarrón de agua por el sumo sacerdote, recordaban
que Dios les dio agua de la peña y fuentes del duro pedernal, y cuando
ellos hacían memoria de esta gloria de Dios de Israel.

"En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la
voz, diciendo: Si alguno tiene sed venga a mí y beba. El que cree en
mí, como dice la escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en El;
pues aún no había venido él Espíritu Santo, porque Jesús no había sido
aún glorificado (Exaltado a gloria)". Juan 7: 37-39.

Como Ud. puede ver claramente, Jesucristo es el bautizador y desde
luego hay que venir a Él, para ser llenos del Espíritu Santo. Veamos
otra evidencia de esto: En el discurso de Pedro en el día de
pentecostés, él hace un recuento del ministerio de Jesús, su muerte,
resurrección, ascensión y exaltación por la diestra de Dios:

"y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha
derramado esto que vosotros veis y oís". Hech. 2:22-23.

Así que los términos OTRO CONSOLADOR que aparece en Juan 14:16 no se
refiere, a otro Espíritu, sino a otra manifestación del mismo Espíritu
mostrándonos ciertas características y la naturaleza de su ministerio.

Así como cuando Él estuvo entre los hombres consoló a todos los que
sufrían, sanándoles y perdonándolos. Así ahora en el poder de su vida
resucitada, en el poder de su Espíritu, consuela a los afligidos.
Usted puede notar que en el verso 18, El dijo:

"No os dejaré huérfanos, vendré a vosotros".

En el caso del pronombre "nosotros" se refiere al ministerio del Padre
y del Hijo, en una nueva etapa de la redención, habitando en el
creyente y consolándolo y a través de sus hijos dando consolación a
otros. Esto podemos verlo también en el caso de la oración:

"Y todo lo que pidiereis al Padre en mi Nombre, lo haré (no hará,
hablando de otro) para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si
algo pidieres en mi Nombre, Yo lo haré". Juan 14: 13-14.

Note que si le pide al Padre en el Nombre del Hijo, o si le pide al
Hijo, el que responde o hace es UNO solo no dos, porque sólo hay un
Dios. El objeto de orar al Padre en el Nombre del Hijo es para que el
Padre sea glorificado en el Hijo, es decir, donde habita.

Nos quedan algunos textos que debemos aclarar ya que son usados, con
frecuencia por los trinitarios, como argumentos para defender la
supuesta trinidad o pluralidad de Dios.

El Bautismo de Jesús:

Dicen las teorías trinitarias que en el bautismo había tres: El Hijo,
que está siendo bautizado; el Espíritu Santo, que descendió; y el
Padre que dijo: "Este es mi hijo amado".

Como ya se dijo en la explicación del evangelio según San Mateo, Jesús
como el retoño de Israel, de David, heredero del trono de Israel,
tenía que ser ungido, como los reyes y sacerdotes, puesto que Él es el
Rey de Israel y el Sumo Sacerdote, y de ese acontecimiento partió, o
inició Jesús su ministerio.

La manifestación audible y visible, es decir, la voz y la paloma era
para Juan el Bautista, porque él tenía el encargo de presentar a
Cristo a Israel.

Juan 1:29-34, nota que dice: "Vi al Espíritu que descendía del cielo
como paloma" (no que él sea una paloma).

Es discutible si alguna otra persona oyó la voz y vio el símbolo.

En el día de Pentecostés también hubo dos señales visibles y audibles:
lenguas como de fuego y hablaron en otras lenguas (idiomas). ¿Sería
una persona las lenguas de fuego y otra los otros idiomas? Una
manifestación visible y otra audible no hacen dos personas o seres, o
el ruido y el humo de un motor no hacen dos motores.

La fórmula bautismal de Mateo 28:19:

Los seguidores de la tradición trinitaria, argumentan que la fórmula
dada por el Señor en la gran comisión, prueba la existencia de tres
personas.

Lo que sucede es que no se lee el texto con la debida atención. Veámoslo:

"Por tanto id y haced discípulos a todas las naciones bautizándolos
en. EL NOMBRE (singular) del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo."

Note que Él mandó que los discípulos fueran bautizados en el Nombre.
Un solo Nombre, no en los nombres; así que para obedecer este
mandamiento hay que saber a qué o cuál nombre se refirió Jesús ya que
Padre, Hijo, y Espírltu no son nombres, sino títulos que es muy
distinto. Los apóstoles sabían a qué nombre se refirió .Jesús; pues él
dijo en su oración, registrada en San Juan 17.

"Padre Justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y
éstos han conocido que tú me enviaste. Y les he dado a conocer tu
nombre, y lo daré a conocer aun para que el amor, con que me has amado
esté en ellos, y Yo en ellos". Juan 17: 25-26.

Como los Apóstoles conocían el Nombre, por eso ellos no tuvieron
dificultad de entender el mandamiento de Jesús, y el día de
Pentecostés cuando nació la iglesia y Pedro predicó el mensaje
registrado en Hechos 2 los oyentes preguntaron a Pedro y a los otros
apóstoles:

Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentios, y
bautícese cada uno de vosotros en el NOMBRE DE JESUCRISTO para perdón
de los pecados y recibiréis el don del Espíritu Santo. Hech. 2:38.

Aquí vemos a los Apóstoles obedeciendo el mandamiento del Señor Jesús
en Mat. 28:19.

Lo mismo sucedió cuando Felipe le predicó a los samaritanos, fueron
bautizados en el nombre del Señor Jesús. Hech. 8: 12-16.

Los gentiles fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús Hech. 10:
43-48 y Hech. 19:1-6.

Todos los bautismos realizados y registrados en los Hechos fueron en
el nombre de Jesucristo, y usted no puede encontrar que los Apóstoles
o ministro alguno hubiera bautizado a alguien en los títulos Padre,
Hijo y Espíritu Santo.

Así que los que en lugar de invocar sobre los candidatos el Nombre de
Jesucristo, le invocan los títulos, no están obedeciendo al
mandamiento sino repitiéndolo. Si yo le pregunto a Ud. ¿cuál es el
nombre de su padre, madre e hijo? Y usted me responde, padre, madre e
hijo, ¿me habrá respondido?. Claro que no; me está repitiendo lo que
yo le pregunto.

Hay sólo un bautismo, como hay una sola fe y un solo Señor. Ef. 4:6.

Si Ud. no está bautizado en el Nombre de Jesucristo, no está bautizado
correctamente. Además de estas pruebas irrefutables, Pedro nos dice:

"Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la
cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay
salvación; porque no hay otro Nombre bajo el cielo, dado a los hombres
en que podamos ser salvos". Hech. 4: 11-12.

El Apóstol Pedro, al decir que el Nombre de Jesucristo es para perdón
de los pecados, estaba cumpliendo u obedeciendo lo que dice el
evangelio

"Llamarás su Nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus
pecados". Mat. 1:21.

"Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de
pecados en todas las naciones comenzando desde Jerusalén". Luc. 24:47.

"A quienes remitiéreis los pecados, le son remitidos; y a quienes se
los retuviéreis, les son retenidos". Jn. 20:23.

Ellos remitieron los pecados de los conversos por el bautismo en el
Nombre de Jesucristo. Porque sólo en ese Nombre hay perdón de pecados.
Ananías, el discípulo de Damasco que bautizó a Saulo, le dijo:

"Ahora pues, por qué te detienes?. Levántate y bautízate, y lava tus
pecados invocando su Nombre" Hech. 22:16.

El anciano Juan escribiendo a la iglesia de todos los tiempos, dijo:

"Os escribo a vosotros hijitos, porque vuestros pecados os han sido
perdonados por su Nombre". 1 Juan.2:12.

La gloria que tuvo Cristo antes que el mundo fuese:

"Ahora pues, Padre glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que
tuve contigo antes que el mundo fuese". Juan 17:5.

Otras versiones dicen: Con aquella gloria que tuve en TI.

Ya hemos explicado que no había un hijo en la eternidad, porque la
calidad de hijo se refiere al tiempo. Dios habita la eternidad. En
consecuencia era el hijo (humanidad de Cristo) orando por su
glorificación ya que todo el plan de Dios fue hecho antes de la
fundación del mundo.

El cordero de Dios fue ordenado y destinado antes de la fundación del
mundo. 1 Pedro 1: 19-20.

El cordero de Dios fue inmolado desde el principio del mundo. Apc. 13:8.

Ya vimos en los Hechos y en las epístolas que la glorificación de
Cristo, fue su exaltación al trono del universo; como Él lo había
dicho:

"¿Pues que si vieras Hijo del hombre subir a donde estaba primero?" Jn. 6:62.

La sujeción del Hijo:

1 Cor. 15: 24-28.

Este pasaje ha sido motivo de mucha confusión y discusión. La
principal razón de la controversia, de esta sección es por la
violación de las reglas elementales de la interpretación, aislando
estos versículos del contexto.

Si examinamos lo dicho a la luz de todo el capítulo no tendríamos
problema, ya que esta es una declaración del evangelio. El  evangelio
consiste en que Cristo fue muerto por nuestros pecados conforme a las
Escrituras, que fue sepultado y que resucitó; conforme a las
Escrituras. Y que apareció a los apóstoles y a los hermanos y al
último como un abortivo a Pablo. Con esta declaración el Apóstol
corrige a los Corintios, quienes influidos por la filosofía griega,
estaban creyendo. en la inmortalidad sin la resurrección de los
muertos, versículo 12.

En los versos 13 al 19, Pablo muestra la inutilidad de la profesión
cristiana si no hubiera resurrección.

"Mas ahora, Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que
durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre,
también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como
en Adán 'todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero
cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son
de Cristo, en su venida, luego el fin, cuando entregue el reino al
Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y
potencia", ver. 20-24.

Note que estos versos nos dicen que, como la muerte entró por un
hombre, Adán, también por un hombre la resurrección, como en Adán
todos son mortales, en Cristo todos (los que son de él) serán
vivificados, es decir, que la resurrección parte de Cristo, como la
muerte entró por Adán. Y esta resurrección que se operó en Cristo en
primera instancia, seguirá luego con los que son de él en su venida.
Después de mostrarnos lo que la resurrección implica para el cristiano
como nuestra esperanza, se traslada al fin. Observe la transición que
hay entre el verso 23 y 24 con la expresión:

Luego al fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya
suprimido todo dominio, toda autoridad y toda potencia.

El fin a qué hace mención el apóstol, es la consumación del plan de la
redención; cuando el primero de la resurrección, es decir, Cristo haya
traído o sujetado todo bajo sus pies, inclusive la muerte, venciéndola
en los impíos. A este fin es al que se refiere el apóstol cuando dice
que el Hijo entregará el reino al Dios y Padre, esto es la consumación
del plan de Dios en la redención del hombre; después de haber vencido
la muerte en su propio cuerpo, y en los santos en su venida, y
finalmente en los impíos.

Ya que todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que
hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que
hicieron lo malo, a resurrección de condenación. Jn. 5:29.

"Y haber suprimido todo dominio, autoridad y potencia. Porque preciso
es que él reine hasta que haya puesto a sus enemigos debajo de sus
pies. Y el postrer enemigo que será vencido es la muerte".

¿Por qué se habla del hijo trayendo y sujetando todo al que le sujetó
a Él todas las cosas? Porque el mundo que Dios creó lo entregó a un
hombre: Adán. Gén. 1:27-29; Sal. 8:3-8. Este hombre entregó al diablo
todo lo que Dios había puesto bajo su dominio y se constituyó en
esclavo de satanás. Rom. 6:16.

El diablo cuando tentó al Señor, le mostró todos los reinos de la
tierra, y le dijo:

"A ti te daré toda esta potestad; y la gloria de todos; porque a mí me
ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tu postrado me
adorares, todos serán tuyos." Lc. 4: 5-7.

Hay que entender que el diablo es una criatura y si Dios como tal
hubiera luchado con él para vencerlo y despojarlo de lo que le robó al
primer hombre, hubiera sido la lucha del pez grande devorando al
chico. Por esto vino un segundo hombre. El primer hombre es de la
tierra y fracasó. Vino el segundo hombre que es el Señor del cielo;
este hombre es la manifestación de Dios en Carne, o el Hijo.

Dios prometió traer todo bajo su dominio por medio de este hombre, y
cuando esto suceda, se habrá consumado el plan de Dios y Dios será
todo en todos.

"¿Será quitado el botín del valiente? ¿Será rescatado. el cautivo del
tirano?. Pero así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado
del valiente, y el botín. Será arrebatado al tirano; y ta pleito yo lo
defenderé y yo salvaré a tus hijos". Is. 49: 24-25.

El pasaje mencionado al Principio nos habla de la redención partiendo
de la muerte y resurrección de Cristo hasta el fin cuando Dios será
todo en todos.



--
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Generalidades de la Escatología Bíblica

NO DEJE DE LEERLO