sábado, 18 de junio de 2011

Escatología: ¿ESTARÁ LA IGLESIA EN LA GRAN TRIBULACIÓN?


¿ESTARÁ LA IGLESIA EN LA GRAN TRIBULACIÓN?

ÁLVARO TORRES FORERO

La controversia ha sido grande alrededor de este tema, algunos estudiosos han pensado que a la iglesia le tocará estar en este periodo de tiempo en el que la ira del hombre y el juicio de Dios dominarán la vida humana.

Sin embargo tenemos el mejor de los árbitros para inclinarnos hacia un lado u otro. El Señor por su Palabra nos da luz y guía segura en este asunto; la regla no debe ser otra que la de que todo pensamiento se sujete a la voluntad de Dios.

¿Qué es la Gran Tribulación?

Se ha llamado Gran Tribulación a un período determinado de la historia humana en que Dios manifestará su justicia y hará que los hombres conozcan la severidad de sus juicios y la firmeza de su carácter. Este Período de tiempo tendrá una  duración de siete años.  Este número resulta del estudio cuidadoso de Daniel 9:24-27.

»Setenta semanas  están determinadas

sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad,

para terminar la prevaricación,

poner fin al pecado

y expiar la iniquidad,

para traer la justicia perdurable,

sellar la visión y la profecía

y ungir al Santo de los santos. 

Sabe, pues, y entiende

que desde la salida de la orden

para restaurar y edificar a Jerusalén

hasta el Mesías Príncipe,

habrá siete semanas y sesenta y dos semanas;

se volverán a edificar la plaza y el muro

en tiempos angustiosos.

Después de las sesenta y dos semanas

se quitará la vida al Mesías, 

y nada ya le quedará.

El pueblo de un príncipe que ha de venir 

destruirá la ciudad y el santuario,

su final llegará como una inundación,

y hasta el fin de la guerra

durarán las devastaciones.

Por otra semana más  confirmará el pacto con muchos;

a la mitad de la semana

hará cesar el sacrificio y la ofrenda.

Después, con la muchedumbre de las abominaciones, 

vendrá el desolador, hasta que venga la consumación

y lo que está determinado

se derrame sobre el desolador"».

A Daniel se le reveló que se había determinado 70 semanas sobre su pueblo. Este periodo fue diseñado por Dios para terminar con la transgresión de Israel.

En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia. Zacarías 13:1.

Esta era de 70 semanas debía comenzar con el decreto para reconstruir y restaurar la ciudad de Jerusalén. El tal decreto fue dado por Artajerjes, rey de Persia en el año 445 antes de Cristo, los 490 años debían ser divididos en tres periodos de tiempo (Un periodo de 7 semanas, 62 semanas y 1 semana, o sea 49 años, 434 años y 7 años respectivamente).

El fin del primer periodo señala la restauración de la ciudad de Jerusalén después de la cautividad en Babilonia en tiempos tempestuosos según el libro de Esdras y Nehemías; el fin del segundo periodo de 62 semanas (434 años) señala el rechazo de Cristo por los judíos como nación y la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén más o menos en abril del año 32 seguida por su crucifixión. Desde marzo 445 a. C., la fecha del documento de Artajerjes, al mes de abril del 32, hay exactamente 483 años de acuerdo a la cronología judía, esto deja una ausencia de 7 años pendientes.

¿Qué sucederá durante este tiempo?

»En aquel tiempo  se levantará Miguel,  el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo.

»Será tiempo de angustia, 

cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces;

pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo,

todos los que se hallen inscritos en el libro.

Volvamos a Daniel 12: 1 y lo que precede a la última parte de Daniel 11:36-45. Se nos cuenta el ascenso al poder de un gran gobernante a quien se le llama el rey (V.36).

Nadie os engañe de ninguna manera!, pues no vendrá sin que antes venga la apostasía  y se manifieste el hombre de pecado,  el hijo de perdición, 4el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto, que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. (2 Tes. 2: 3 y 4)

El advenimiento de este impío, que es obra de Satanás, irá acompañado de hechos poderosos, señales y falsos milagros, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. (2 Tes. 2: 9 y 10)

Este no es otro que el anticristo, quien es blasfemo, egocéntrico y desconocedor de la ley, de todo orden establecido, de toda tradición y forma religiosa (V.37), quien gana su ascenso por su genio y poder militar (V.38, 39) sobre el Medio Oriente (Siria, Egipto y Palestina) y se establece así mismo en Jerusalén y Tierra Santa (V.40-45); los judíos apóstatas (Dn. 12:10) le rendirán su concurso, pero un remanente fiel será leal a Dios. Es en favor de ellos que Dios mueve al ángel Mi­guel. (Daniel 12:1). Esto acontecerá en la segunda mitad de la septuagésima semana de Daniel (Daniel 12:7) tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo (3.5 años).

Miremos un poco más lo que pasa los últimos siete de esta era. Al principio de este período el anticristo establece un pacto con la masa de los judíos apóstatas.

Por otra semana más confirmará el pacto con muchos;

a la mitad de la semana

hará cesar el sacrificio y la ofrenda.

Después, con la muchedumbre de las abominaciones,

vendrá el desolador, hasta que venga la consumación

y lo que está determinado

se derrame sobre el desolador". (Daniel 9:27)

Después de tres años y medio él rompe el pacto, lo que probablemente les permite el restablecimiento de su religión antigua y se sienta en el lugar Santísimo del templo renovado, lo que es llamado por Daniel y Jesús mismo la abominación desoladora. Esta probablemen­te es una estatua o imagen suya colocada allí con el requerimiento de que todos lo adoren.

Ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y sus habitantes adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada… Se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablara e hiciera matar a todo el que no la adorara. (Apocalipsis 13: 12 y I5)

Esta, será, pues, la gran tribulación.

Por tanto, cuando veáis en el Lugar santo la abominación desoladora de la que habló el profeta Daniel—el que lee, entienda—… porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. (Mateo 24:15 y 21).

Para resumir, la tribulación es sobre todo en conexión con Israel y es el juicio de Dios sobre ellos. La Tribulación, sin embargo afecta a todo el mundo.

Este período de tribulación, no se cumplió con los sufrimientos que vivieron los judíos a mano de los romanos en el año 70 después de Cristo, porque la venida del Señor del cielo, que se profetiza en Mateo 24:30 y que debe seguirle inmediatamente, no ha lomado lugar después de la caída de Jerusalén, obviamente.

En Jeremías 30: 4-9 el profeta tiene una visión de la liberación última de Israel (de debajo) del yugo extranjero y de su restauración al favor Divino. Pero antes que esto suceda, el profeta ve a la nación pasando por la Angus­tia de Jacob:

Estas, pues, son las palabras que habló Jehová acerca de Israel y de Judá. Así ha dicho Jehová:

«¡Hemos oído gritos de terror y espanto!

¡No hay paz!

¡Inquirid ahora, considerad si un varón da a luz!,

porque he visto que todos los hombres

tenían las manos sobre sus caderas

como la mujer que está de parto,

y que se han puesto pálidos todos los rostros.

¡Ah, cuán grande es aquel día!

Tanto, que no hay otro semejante a él.

Es un tiempo de angustia para Jacob,

pero de ella será librado. 

»Aquel día, dice Jehová de los ejércitos,

yo quebraré el yugo de su cuello y romperé sus coyundas, 

y extranjeros no volverán a ponerlo en servidumbre,

sino que servirán a Jehová, su Dios, y a David, su rey, a quien yo les levantaré.

Ezequiel ve el mismo fin  alcanzado por medio de un proceso de purga al pasar ellos bajo la vara:

Os haré pasar bajo la vara y os haré entrar en los vínculos del pacto. (Ezequiel 20.37)

Lo que la Biblia llama repetidas veces El día del Señor hace referencia generalmente a la Gran Tribulación que viene antes de la restauración final de Israel (Joel 1; 15-20, 3; 14-21. Isa. 2; 10-22), aunque en algunos casos hace referencia a algún juicio más inmediato.

Así que es importante aclarar que la venida de Cristo, cuando pondrá su pie sobre el monte de los Olivos (Hechos 1: 11 y 12. Mateo 24:30. Zacarías 14:4), no es el mismo evento que su venida para recoger su Iglesia.

La Escritura revela que aquellos que han muerto en la fe salvadora en el Señor Jesús serán levantados de los muertos, junto con los creyentes vivos en el fin del siglo, que serán levantados para encontrar al Señor en los aires, cuando la trompeta del Señor suene  (I Tes. 4:13-17; I Cor. I5:5I al 57).

Entre el arrebatamiento y la venida de Cristo hay un período de 7 años durante el cual la iglesia es juzgada para su recompensa, las Bodas del Cordero se realizarán y en la tierra reina el anticristo y ocurre la Gran Tribulación.

Otras consideraciones

Además de todo esto hay razones adicionales de peso para determinar que la Iglesia no pasará por la Tribulación:

1)      Si el Señor viene con sus santos, tiene que haberlos reunido con Él primero. 

2)      No encontramos en toda la Biblia ninguna escritura que conecte directamente a la Iglesia con la Gran Tribulación. Israel sí es identificado; se menciona las naciones, pero no la iglesia como cuerpo de creyentes.

3)      El libro de Apocalipsis trata principalmente de los siete (7) años de la septuagésima semana de Daniel (Daniel 9:27). Después de la visión del Cristo glorificado y en los capítulos 2 y 3 de las siete iglesias que resumen la dispensación de la Iglesia desde Pentecostés hasta el levantamiento; Juan nos comienza a mostrar lo que sucederá después de estas cosas.  Esto es, después del periodo de la Iglesia desde el capítulo 6 al 19 de
Apocalipsis nos da un cuadro de la Tribulación, lo importante de todo esto es que la iglesia no se menciona a partir del capítulo 4 ya directa o indirectamente. Los ancianos del capítulo 4 representan la iglesia victoriosa y reinante que tiene coronas cine arrojar a los pies del Señor.

4)      La promesa a Tiatira (Apocalipsis 2:28) Le daré la estrella de la mañana. En Apocalipsis 22:16 Cristo se identifica como la Estrella resplandeciente de la mañana. Esta promesa parece hacer mención a los vic­toriosos y a su recompensa en Cristo, que hayan sido recogidos a la presencia de Cristo antes de la Salida del Sol, ya que la estrella de la mañana se ve a la hora más oscura de la noche, antes que despierta el día.
En cambio la salida del Sol de Justicia (Malaquías 4:1-2) es una promesa a Israel de la venida de Cristo en la claridad del Día de su gloria, que brilla sobre Él, después de la Angustia de Jacob.

Cuando comience el día milenial la estrella de la mañana habrá aparecido y los Santos le habrán sido reuni­dos secretamente a su presencia, para después venir con Él para compartir en la administración del reino que comenzará con la salida del Sol de justicia. (La venida personal de Cristo a la tierra).

5)      La promesa a Filadelfia, la Iglesia del amor fraternal, la Iglesia de los últimos días. Por cuanto has guarda­do la palabra de mi paciencia yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra (Apocalipsis 3:10). No podemos imaginar cuál otra hora de prueba pueda referirse aquí la Palabra de Dios. Nótese que originalmente dice: te mantendré fuera, no le guardaré dentro, ni a través.

6)      El tiempo de la Gran Tribulación es definitivamente un período de ira y de visitación a un mundo impío, un mundo sin Dios y una Iglesia apóstala. Al tiempo que un juicio contra un Israel caído. El más temible de estos juicios son Las Copas de Apocalipsis 16. Observe el lenguaje de Apocalipsis 15: las siete plagas postreras porque en ellas se consuma la ira de Dios. Copas de la ira de Dios. La seguridad del Señor para los suyos es que ellos no vendrán a condenación (juicio), Juan 5:24. Que Dios no nos  ha escogido para ira (I Tes. 5:9). Que nos salvará de la ira por Jesucristo. (Romanos 5:9) Que el creyente es librado de la ira que vendrá. (I Tes. 1:10).

7)      La Tribulación aunque afecta a toda la tierra se menciona especialmente en conexión con Israel, Jeremías 30; 4 al 9, Daniel 12;1, Mateo 24:15 al 21.

8)      La promesa hecha a la Iglesia en conexión a su reunión con Él no tiene señales precursoras y tampoco tiene un tiempo determinado. En cambio la etapa de las Semanas de Israel está rodeada de datos, como tiem­po, tiempos y medio tiempo, cuarenta y dos meses, 1.260 días, 2.300 días, etc. Pero reales detalles no son mencionados en relación a la Iglesia y su destino.

Mucho más se podría decir en conexión a este período de tiempo, pero faltando el espacio solo agregaremos el simbolismo Bíblico.

El Señor señala con toda claridad en Lucas 17:26-30 la analogía entre los días de Noé y el diluvio y los días de Lot cuando Dios destruyó las ciudades de Sodoma y Gomorra hasta que el justo Lot aban­donó la ciudad. Seguro que si Dios se preocupó de Lot, con mucha más razón la iglesia que fue comprada con su sangre.

No nos olvidemos que José se casó con su esposa gentil durante su época de "rechazado" y antes de que viniera el hambre. Cristo se casa con su Esposa en el tiempo del rechazo de Israel y antes de la Tribulación.


 
 
Paz de Cristo!

ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor 
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia 
Reuniones Martes, Jueves y Sábado 7 PM, Domingos 8 AM y 10 AM.
Calle 30 # 22 61, Cañaveral, Floridablanca.
http://adonayrojasortiz.blogspot.com/
 

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