viernes, 27 de julio de 2012

Providencia Divina


Providencia
Esta palabra no aparece en la Biblia, pero se utiliza en teología para señalar a esa característica de Dios que hace provisión de todas las cosas para los seres humanos. El concepto es totalmente bíblico y, por lo tanto, coherente con el concepto hebreo de la Deidad. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay (Hch. 17:24) da a sus criaturas todo lo que necesitan (Los ojos de todos esperan en ti, y tú les das su comida a su tiempo. Abres tu mano, y colmas de bendición a todo ser viviente. [Sal. 145:15–16]).
En la literatura intertestamentaria comenzó a usarse el término griego pronoia, que los traductores (Biblia de Jerusalén) interpretaron como providencia. Sin embargo, pronoia no se usa con el sentido de providencia en el Nuevo Testamento como característica de Dios, sino como un acto del hombre. El orador Tértulo, se dirigió a Félix, diciéndole: Como debido a ti gozamos de gran paz, y muchas cosas son bien gobernadas en el pueblo por tu prudencia [pronoia]... (Hch. 24:2–3). En versiones antiguas de RV se utilizaba el vocablo providencia para traducir el griego prognosis. Pero en RV60 se corrigió, diciéndose “anticipado conocimiento de Dios” (... a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios... [Hch. 2:23]), lo cual es más correcto.
El concepto de Providencia señala a un Dios que lo hizo todo, que proporciona todo a sus criaturas y, además, que controla soberanamente la historia. Un Dios que está en control de los eventos. Esto debe conducir al creyente a una actitud de permanente confianza en él, en su buena voluntad, que es agradable y perfecta (Ro. 12:2), sabiendo que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien (Ro. 8:28), pues el que no escatimó ni a su propio Hijo ... ¿cómo no nos dará también en él todas las cosas? (Ro. 8:32).
Dios proveerá para todas las necesidades de los que confían en él (No os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud.... vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas [Lc. 12:29–30]).
Entonces, entrando ya en materia la teología cristiana normalmente define la providencia como la incesante actividad del Creador mediante la cual, con gran bondad y misericordia:
Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras. Sal. 145.9;
para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos y llover sobre justos e injustos. Si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. Mt. 5.45–48;
·      mantiene a sus criaturas en ordenada existencia:
porque en él vivimos, nos movemos y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: “Porque linaje suyo somos”. Hch. 17.28;
Y él es antes que todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Col. 1.17;
Él, que es el resplandor de su gloria, la imagen misma de su sustancia y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. He. 1.3;
·      guía y dirige todos los acontecimientos, circunstancias, y acciones libres de ángeles y hombres:
Sal. 107;
Dijo Jehová a Satanás:
—Todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él.
Y salió Satanás de delante de Jehová. Job 1.12;
Dijo Jehová a Satanás:
—Él está en tus manos; pero guarda su vida. Job 2.6;
Ahora, pues, no os entristezcáis ni os pese haberme vendido acá, porque para salvar vidas me envió Dios delante de vosotros. Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales no habrá arada ni siega. Dios me envió delante de vosotros para que podáis sobrevivir sobre la tierra, para daros vida por medio de una gran liberación. Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre del faraón, por señor de toda su casa y por gobernador en toda la tierra de Egipto. Gn. 45.5–8;
·      y encamina todo hacia el fin propuesto, para su propia gloria:
Él nos dio a conocer el misterio de su voluntad,
según su beneplácito,
el cual se había propuesto en sí mismo,
de reunir todas las cosas en Cristo,
en el cumplimiento de los tiempos establecidos,
así las que están en los cielos como las que están en la tierra.
En él asimismo tuvimos herencia,
habiendo sido predestinados
conforme al propósito del que hace todas las cosas
según el designio de su voluntad,
a fin de que seamos para alabanza de su gloria,
nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. Ef. 1.9–12
Este punto de vista en cuanto a la relación de Dios con el mundo debe diferenciarse de:
a)    el panteísmo, que absorbe al mundo dentro de Dios;
b)    el deísmo, que lo separa totalmente de él;
c)     el dualismo, que divide el control del mundo entre Dios y otro poder;
d)    el indeterminismo, que sostiene que no está bajo ningún control;
e)    el determinismo, que postula un control de tipo tal que aniquila la responsabilidad moral del hombre;
f)     la doctrina del azar, que niega que el poder que controla los acontecimientos sea racional; y
g)    la doctrina del destino, que niega que sea benevolente.
Las Escrituras presentan la providencia de Dios como función de la soberanía divina. Dios es el Rey de toda la creación, y hace lo que su voluntad dispone:
Jehová estableció en los cielos su trono
y su reino domina sobre todos. Sal. 103.19;
Todo lo que Jehová quiere, lo hace,
en los cielos y en la tierra,
en los mares y en todos los abismos. Sal. 135.6;
Esta fuerte convicción satura toda la Biblia. 

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