domingo, 22 de octubre de 2017

INSPIRACIÓN

Grau, J. (1973). Introducción a la Teología (Vol. 1, pp. 182–186):

2.a PEDRO 1:19–21


1. ¿Qué es la inspiración?

Una influencia externa que produce en su objeto efectos que van más
allá de sus poderes ordinarios intrínsecos.
Se trata de un término derivado de la traducción latina de la Vulgata:
«inspirare», para verter el concepto original bíblico: «soplo de
Dios».
Textos: Génesis 2:7; 2.a Timoteo 3:16 (verbo «inspirar»); 2.a Samuel
22:16; Job 32:8; Hechos 17:25; Salmo 33:6 (nombre inspiración).
Podemos comprobar que en estos textos tiene sentidos diversos, pero
siempre de alguna manera se hace referencia a la acción poderosa de
Dios. El origen de tal actividad es siempre divino.


2. El sentido técnico dei vocablo

Aplicado a los autores bíblicos o a los libros de la Biblia:

a) Autores inspirados: 2.a Pedro 1:21
Los hombres de Dios recibieron el impacto del Espíritu Santo de
manera que, como resultado, sus testimonios —orales o escritos—
trascienden la mera autoridad humana y se convierten en órganos de la
verdad revelada de Dios.
b) Libros inspirados: 2.a Timoteo 3:16
Los escritos bíblicos son productos determinados por la
inspiración divina que obraba en los autores.


3. ¿Qué significa, pues, el término "inspiración" ("soplo de") de Dios?

Tanto el vocablo hebreo («NeSHâMâH») como la expresión griega
(«theópneustos»), indican el poder omnipotente y creador de la Palabra
de Dios (Salmo 33:6). Se usa esta palabra cuando se describen las
operaciones de Dios. Ninguna otra hubiese enfatizado tanto el hecho de
que la Escritura es producto de la acción poderosa de Dios y de que
sus autores fueron objeto de la influencia omnipotente de Dios que
obró en ellos y por ellos, para bien de todos. En ocasiones, como es
el caso de 2.a Pedro 1:19–21, se usan expresiones sinónimas para
expresar la misma verdad.
Dudar de la inspiración de Dios, es dudar de su misma omnipotencia.
El «soplo de Dios» es portador del poder de la Palabra de Dios.
Examinemos algunos textos clave:


A) 2.a Pedro 1:19–21

En los versículos anteriores (16–18) se presentan los mismos apóstoles
como testigos audiovisuales de la verdad de Cristo.
En los versículos 19–21 se indica que la «palabra profética» es
todavía «más segura», porque recoge el testimonio, no de una
generación, sino de muchos siglos y, sobre todo, porque es «palabra
profética», es decir, se trata de la palabra de unos hombres
inspirados por Dios (véanse lecciones 3.a y 4.a).

1) ¿Qué es la «palabra profética»?
a) Toda la Escritura, ya que toda ella es palabra
profética. El profeta no es, primeramente, el que ve el futuro sino el
que transmite mensaje de parte de Dios.
En la división judía de las Escrituras (LEY, PROFETAS y SALMOS)
la segunda sección encierra más que lo que nosotros solemos entender
por profetas (Josué, Jueces, Samuel, Reyes, etc.).
Sería, cuando menos, todo el Antiguo Testamento.
b) Una sola sección de la Escritura
Aun cuando fuera así, lo que se dice de una sección es verdad de
toda ella.
Creemos que 2.a Pedro 1:20 es paralelo de 2.a Timoteo 3:16; la
«palabra profética» sería «toda la Biblia» y cada una de sus partes.
Porque toda la Escritura testifica de Cristo: Lucas 24:27.

2) ¿De dónde viene esta «profecía de la Escritura»?

a) Negativamente:
«.… toda profecía de la Escritura no es obra de la propia
iniciativa (solución, o explicación); que no por voluntad de hombre
fue traída la profecía.…» (trad. Bover-Cantera).

b) Positivamente:
«.… sino que, llevados del Espíritu Santo, hablaron los hombres
de parte de Dios» (trad. Bover-Cantera).
Esta versión se ajusta más literalmente al texto original que la
de la Biblia Reina-Valera, la cual aquí es tributaria de la Vulgata
latina. No aparece en el griego la palabra «inspirados», sino
«llevados», o «movidos» (B. de Jer. y Nácar-Col.), «impulsados» (Nuevo
Testamento Hispanoamericano), expresiones todas ellas sinónimas, en
este caso, de la «inspiración», o acción del Espíritu Santo en los
hagiógrafos, según Warfield y los mejores exegetas, de acuerdo con la
lógica del contexto.
(Cf. traducciones en el mismo sentido indicado: francesa de L.
Ségond e inglesa King James.)
«.… llevados, impulsados por el Espíritu Santo, hablaron algunos
hombres de parte de Dios» (Nuevo Testamento Hispanoamericano).


B) 2.a Pedro y la instrumentalidad profética

(Cf. lecciones anteriores sobre apostolado y tradición apostólica.)
El profeta, y el apóstol luego, fueron objeto de una operación
especial del Espíritu Santo que les hizo órganos capaces de la
Revelación divina. No sólo fueron guiados, orientados o controlados.
Las palabras «impulsados», «movidos», «llevados», etc., que traducen
el original de 2.a Pedro 1:21, implican mucho más que simple dirección
u orientación. Entrañan la misma idea de «inspiración» que se da en
2.a Timoteo 3:16, según Warfield en: The inspiration and authority of
the Bible.
Estos hombres que hablaron de parte de Dios, fueron tomados por el
Espíritu Santo de manera total y absoluta y conducidos a la meta
querida por Dios. Así, lo que hablaron —bajo la operación del Espíritu
que obraba en ellos— no procedía de ellos sino de Dios. De ahí que la
palabra profética sea segura, porque es palabra dada por inspiración
divina. Pero esta palabra tiene que permanecer.


C) De la palabra hasta el escrito profético

2.a Pedro 1:16–21 traza un puente entre la inspiración personal y la
inspiración de los escritos que fluyen de aquélla.
«Algunos hombres hablaron de parte de Dios.» Pero su testimonio nos
llega por sus escritos (Romanos 1:1–4). Era la situación a que se
refiere Pedro (2.a Pedro 1:20 = = «profecía de la Escritura»).
De modo que Pedro une el hablar y el escribir al considerar el hecho
de que los órganos de la Revelación fueron tomados y movidos por el
Espíritu para darnos la Palabra profética de verdad.
Es palabra segura por ser profética («inspirada», «movida» por Dios),
pero es tanto más segura cuanto que ha quedado fijada en escritos
igualmente infalibles por ser el producto de la acción del soplo de
Dios en sus autores (v. 19).
2.a Pedro 2:21 es el gran texto de la instrumentalidad humana en el
hecho de la revelación. Pero también lo es de la instrumentalidad
escriturística, porque ambas se dan cita en el testimonio profético.
Este texto abre el camino al otro de Pablo que le es afín y paralelo
(2.a Timoteo 3:16).


4. ¿Qué significa la instrumentalidad humana?

Es útil la analogía con Cristo —Palabra encarnada—: la humanidad del
Salvador no implicó jamás pecado, pero sí limitaciones. Así, el
elemento humano en las Escrituras (unos idiomas concretos, el
transfondo de unas culturas determinadas, de un tiempo y unas
civilizaciones dadas, etcétera) no implica tampoco nunca error, pero
sí limitaciones y ciertas dificultades que la crítica textual y el
estudio del fondo histórico-literario-geográfico de cada libro ayudan
a superar. «Tenemos el tesoro en vasos de barro.…» podría decirse
también del elemento humano en la formación de la Biblia. Pero el gran
milagro de Dios que llamamos «inspiración» ha hecho posible que, no
obstante, y pese a todos los condicionamientos humanos, tengamos el
gran tesoro: el registro infalible de la Palabra de Dios dada a los
hombres.
Parafraseando otro texto, también podríamos decir aquí: «¡Gracias a
Dios por su don inefable!»


CUESTIONARIO:

1. ¿Qué significa el término «inspiración» en su sentido bíblico?


2. ¿Qué texto enseña que los autores de la Escritura eran inspirados?


3. ¿Cuál es el tema de 2.a Pedro 1:19–21: la interpretación o
la inspiración de la Biblia?


4. ¿Qué significó la instrumentalidad humana para la Biblia?


Grau, J. (1973). Introducción a la Teología (Vol. 1, pp. 182–186).
Barcelona: Editorial Clie.

--
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com

No hay comentarios:

Generalidades de la Escatología Bíblica

NO DEJE DE LEERLO