domingo, 1 de junio de 2008

2 TIMOTEO 2, 1 DE 6


Las metáforas del ministerio según 2 Timoteo 2

 

En este interesante capítulo el apóstol Pablo usa varias figuras que ilustran lo que es ser ministro del evangelio de Cristo, que nos ayudan a entender cuáles son sus responsabilidades y sus recompensas…

En algunas maneras, Timoteo contrastaba marcadamente con aquellos que habían desertado del Apóstol. En vista de la oposición al evangelio, es necesaria siempre una presentación poderosa. Pero el poder proviene de la gracia que es en Cristo Jesús, lo cual significa que contamos con el apoyo del favor inmerecido de Dios, no dependiendo de una habilidad natural.

Las ilustraciones que siguen están diseñadas para alentar a Timoteo a perseverar aun cuando la tarea se ponga difícil.

El pasaje de cerca de 2.000 años no ha perdido la agudeza de estos paralelos comunes.

I.                    Un Soldado…
Toma tu parte en los sufrimientos como un buen soldado de Cristo Jesús. Ningún soldado en servicio activo se enreda en los asuntos de la vida civil, porque tiene que agradar a su superior[1].

La metáfora militar muestra el deber de la unidad de propósito.

El llamamiento de Timoteo al servicio se halla en Hechos 16.3: «Quiso Pablo que éste fuese con él». La expresión «que fuese» literalmente significa «llevarle al campo como soldado, reclutarlo». Este fue el momento de reclutamiento de Timoteo.

Pablo veía en la vida del soldado una ilustración de la vida del cristiano. La imagen de la milicia o la batalla era frecuente en el lenguaje cristiano del primer siglo. Timoteo, hijo mío, las cosas que te pido hacer están de acuerdo con las profecías que se dijeron acerca de ti. Si cumples con ellas serás como un buen soldado que sabe pelear. Serás un soldado que confía en Dios y a quien no se le puede acusar de nada malo.[2]

¿Cuáles son las características de un buen soldado?

  1. Recibe adiestramiento adecuado

El objetivo de este adiestramiento es aprender a obedecer.

Sin cuestionamiento alguno el soldado debe obedecer la voz de mando.

El soldado no sabe las razones de la orden, deja esas decisiones al cuerpo de mando.

La obediencia es clave en la vida del cristiano, debe acatar la voz de Dios aún en aquello que no pueda entender la razón de por qué.

  1. Está bajo autoridad – Disciplina

Todo cristiano ya es un soldado en el ejército de Dios; lo que ocurre simplemente es que algunos son leales y otros no. Jesucristo, el Capitán de nuestra salvación, nos ha reclutado («tomó», v. 4) y debemos recibir de Él nuestras órdenes.

  1. Sufre penalidades

Timoteo estaba desalentado debido a la persecución que enfrentaba, pero debía haber esperado persecución. Tú, como buen soldado de Jesucristo, debes estar dispuesto a sufrir por él.[3]

El sacrificio es parte de la vida del soldado. Los cristianos deben aprender a cómo soportar las penas por Cristo.

El siervo de Jesucristo debe estar dispuesto a sacrificarse a sí mismo, sus deseos y fortuna por Dios y sus semejantes.

No te avergüences, pues, de dar testimonio a favor de nuestro Señor; ni tampoco te avergüences de mí, preso por causa suya. Antes bien, con las fuerzas que Dios te da, acepta tu parte en los sufrimientos que vienen por causa del evangelio[4]. No es según nuestras limitadas fuerzas, con las que sería imposible resistir, sino con el poder infinito de Dios, él puede capacitar a una persona para soportar hasta la misma muerte.

Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución[5]; es tema de la Escritura el sufrimiento del siervo de Dios.

Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia,

porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados seréis cuando por mi causa os insulten, os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.

»Gozaos y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en los cielos, pues así persiguieron a los profetas que vivieron antes de vosotros.[6]

"Si el mundo los odia a ustedes, sepan que a mí me odió primero. Si ustedes fueran del mundo, la gente del mundo los amaría, como ama a los suyos. Pero yo los escogí a ustedes entre los que son del mundo, y por eso el mundo los odia, porque ya no son del mundo. Acuérdense de esto que les dije: 'Ningún servidor es más que su señor.' Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán; y si han hecho caso de mi palabra, también harán caso de la de ustedes. Todo esto van a hacerles por mi causa, porque no conocen al que me envió.[7]

  1. No puede desertar

La vida cristiana no es un patio de juego; es un campo de batalla.

El soldado requiere lealtad. La suprema virtud del soldado es que es fiel hasta la muerte. El siervo de Jesucristo le debe lealtad en todos los azares y avatares de la vida, hasta las mismas puertas de la muerte. Ser siervo de  Jesucristo implica un arduo trabajo.

  1. Es valiente hasta la muerte

Nosotros mismos no tenemos la fuerza, sino que por la gracia del Señor podemos soportar y resistir contra las asechanzas del diablo.

6.       El que milita, no se enreda en los negocios de la vida.

¡Dónde estaría un ejército si cada soldado tuviera un trabajo a tiempo parcial que le alejara de sus deberes militares!

 Los soldados cristianos no deben enredarse con el mundo; su primera lealtad es a Cristo.

Ser soldado requiere una dedicación plena, concentrarse en su servicio.

El código romano rezaba: prohibimos a los hombres comprometidos en el servicio militar que se comprometan en ocupaciones civiles.

Seguro que el superior de Timoteo proveerá para todo lo necesario.

  1. Solamente agrada a aquel que lo tomo por soldado.

Nuestra tarea principal es agradar al Señor; no a otros, ni siquiera a nosotros mismos.



[1] 2 Timoteo 2: 3 y 4

[2] 1 Timoteo 1: 18 al 20

[3] 2 Timoteo 2: 3

[4] 2 Timoteo 1: 8

[5] 2 Timoteo 3: 13

[6] Mateo 5: 10 al 12

[7] Juan 15: 18 al 21


 
 
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor IPUC
http://www.adonayrojasortiz.blogspot.com/
 



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