sábado, 4 de octubre de 2008

2 de Timoteo 2, 4 de 6


Las metáforas del ministerio

según 2 Timoteo 2


 

iv.                    Es un obrero…


Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.[1]

 

«Haz de tu parte todo lo posible para presentarte a Dios de modo que obtengas su aprobación, como un obrero que no tiene por qué avergonzarse y que maneja correctamente la palabra de la verdad» (NVI)

 

Moviliza todo esfuerzo para presentarte a Dios habiendo pasado la prueba, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, como el que divide rectamente la palabra de la verdad.

 

Analicemos este importante versículo:

 

A Timoteo lo estaban atacando los falsos maestros, así como atacan a la iglesia aún hoy. ¿Qué debemos hacer? Primero, recordar a los hermanos que se aferre a lo esencial y no discuta sobre palabras vanas y filosofías huecas.

 

Segundo, asegurarnos de trazar bien la Palabra, siendo diligentes en manejarla cuidadosamente. «Trazar bien» implica «cortar» la Palabra con cuidado, de la manera en que un ingeniero construye una carretera, de modo que la gente entienda el programa de Dios para todas las edades.

 

Pablo exhorta a Timoteo a que se presente, entre los falsos maes­tros, como verdadero maestro de la verdad.

 

El ejemplo personal de Timoteo debe servir como un arma  poderosa contra el error doctrinal.

 

El Apóstol está profundamente consciente que la contienda sobre cuestiones de poca importancia son una pérdida de tiempo, y quiso advertir de ello a Timoteo. No siempre se reconoce que los debates triviales son nocivos, pero Pablo utiliza aquí una palabra fuerte (ruina, perdición), que enfatiza el efecto desastroso sobre otros. El verso que analizaremos hoy es una joya de consejo positivo para el creyente. El objetivo es producir un obrero aprobado por Dios.

 

Esto requiere esfuerzo, sin embargo, ninguno puede hacer más que lo mejor.

 

Hay dos cosas esenciales en este pasaje: no avergonzarse de la palabra de verdad, y un correcto manejo de ella. Lo último reforzará lo primero.

 

Lo que aquí manda el apóstol a Timoteo está dirigido especialmente a los ministros de Dios, pero tiene validez para todo creyente.

 

Este versículo contiene varias partes importantes:

1.       Procura:

·         Esto es, que hubiese en Timoteo el deseo, el interés, el esfuerzo, la preocupación, un afán, unas ganas de realizar el trabajo, Haz todo lo posible.

2.       Con diligencia:

·         O sea, con esmero, cuidado, empeño, prontitud.

·         Si en algo se requiere diligencia, es en el ministerio.

3.       Presentarte a Dios:

·         No, ante el consistorio de ancianos, los directivos, ni junta local, ni ante a la vista de los Hombres.

·         La palabra que usa para presentarse es una palabra griega que se usa especialmente con el sentido de presentarse uno para un servicio. Las siguientes palabras y frases todas desarrollan esta idea de utilidad para el servicio.

4.       Aprobado:

·         La palabra original para uno que ha pasado la prueba, también se usa para describir cualquier cosa que ha sido probada y hallada útil para el servicio. Por ejemplo, describe el oro o la plata que han sido purificados de toda aleación en el fuego. Esta misma palabra aplicada al dinero quiere decir que es genuino, de legal circulación. Esa misma palabra griega se usa para una piedra que es útil para colocarse en un cierto lugar del edifi­cio. Una piedra que tuviera un defecto se marcaría con una letra A ma­yúscula, que quiere decir que fue probada y encontrada defectuosa.

·         Timoteo había de ser probado para poder ser un instrumento idóneo para la obra de Cristo y todos nosotros también debemos ser probados para poder ser aprobados.

·         Saludad a Apeles, aprobado en Cristo.[2]  Eso quiere decir que Apeles había sido probado en medio de difíciles circunstancias y había permanecido fiel a la fe, y por lo tanto era digno de confianza. Alguien que pasó una prueba y salió genuino, real, legitimo, aceptado después de ser puesto a prueba.

·         Es preciso que entre vosotros haya divisiones, para que se pongan de manifiesto entre vosotros los que son aprobados. [3] Dios lleva a cabo sus propios planes para fortalecer en tiempos de prueba a los cristianos genuinos y castigar a los incrédulos por sus obras impías. Los verdaderos creyentes aprobados son quienes rechazan las cosas del mundo, aman y obedecen a Dios, se apegan por la fe a nuestro Señor Jesucristo, y demuestran su lealtad no solamente en la iglesia, donde es relativamente fácil, sino también en el mundo.

·         No es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba[4].  Como uno que, después de un examen completo de parte de nada menos que el Juez Supremo, tiene la satisfacción de saber que éste se ha agradado de él y lo elogia.

5.       Como obrero:

·         Timoteo debe ser un obrero, es decir, un trabajador,  no un parlanchín. La figura del obrero era significativa a Pablo por su experiencia como fabricante de tiendas. Un obrero es un hábil artesano que no hace las cosas por salir del paso sino que pone todo su empeño por hacer de su obra lo mejor.

·         porque estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Y esto no es sorprendente, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan de ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.[5]

·         Valdría la pena hacer aquí un ligero repaso de la parábola de los obreros de la viña relatada en Mateo 20.

6.       Que no tiene de que avergonzarse:

·         Muchos se avergüenzan de lo que dicen. ¡Cuánta mediocridad se observa en muchos púlpitos y tribunas! ¡Qué superficialidad en la exposición de las Escrituras! El ministro de Dios tiene que trabajar de tal modo que no tenga por qué avergonzarse de lo que predica.

·         Otros se avergüenzan de lo que hacen. Pero la obra del buen ministro del evangelio debe ser de tal naturaleza que no le produzca vergüenza ni le cause temor de verse avergonzado cuando oiga el veredicto divino al respecto en el tribunal de Cristo.

·         Otros se avergüenzan de lo que son. El Ministro de Dios no debe avergonzarse de nada.  Su corazón debe estar firme confiado en Jesús.

·         para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.[6]

·         conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, tanto si vivo como si muero.[7]

7.       Que usa bien la palabra de verdad:

·         que usa correctamente la palabra de verdad.

·         El verbo griego que se traduce que traza bien realmente significa cortar un camino recto y sugiere la realización de una exégesis correcta. Este debe ser el objetivo de todo verdadero maestro de la Palabra. Interpretar lo que en realidad no existe en el texto no es provechoso para nadie, pero es lamentablemente común.

·         Se exhorta a Timoteo a dividir recta­mente la palabra de la verdad.

·         La palabra griega que traducimos por dividir rectamente es interesante. Los griegos mismos usaban la palabra en tres contextos diferentes. La usaban para trazar una carretera recta a través del campo, para arar un surco derecho en un terreno, y para el trabajo de un albañil consistente en cortar y ajustar una piedra para que encajara correc­tamente en un lugar de la estructura del edificio.

·         Así es el que el hom­bre que divide rectamente la palabra de la verdad traza una carretera derecha a través de la verdad y se niega a dejarse seducir por sen­deros agradables pero irrelevantes; ara un surco derecho en el cam­po de la verdad; toma cada sección de la verdad y la coloca en su posición correcta, como un constructor hace con una piedra, no permitiendo que ninguna parte usurpe o se coloque indebidamente desequilibrando toda la estructura.

·         En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa [8]. El evangelio es la verdad redentora de Dios. El calificativo de verdad enfatiza el contraste entre la inconmovi­ble revelación especial de Dios, por una parte, y las charlas sin valor de los seguidores del error, por la otra.

·         La idea que Pablo desea dar es claramente ésta: usa rectamente la palabra de verdad en vez de librar batallas verbales completamente inútiles que confunden a los oyentes, en vez de prestar atención a charlas profanas y vanas.

·         El hombre que usa correctamente la palabra de verdad, no la cambia, no la pervierte, no la mutila ni la distorsiona, ni hace uso de ella con un propósito malo en el pensamiento. Por el contrario, interpreta las Escrituras en oración y a la luz de las Escrituras Aplica su sentido glorioso, en forma valiente y con amor, a situaciones y circunstancias concretas, haciéndolo para la gloria de Dios, la conversión de los pecadores y la edificación de los creyentes.

·         Es una labor que exige competencia, estudio y oración para ser claro y preciso en la exposición de la Palabra, de forma que se explique llanamente el sen­tido del texto dentro de su contexto inmediato y del contexto general de las Escrituras.



[1] 2 Timoteo 2: 15

[2] Romanos 16: 10

[3] 1 Corintios 11: 19

[4] 2 Corintios 10: 18

[5] 2 Corintios 11: 13 al 15

[6] 1 Juan 2: 28b

 

[7] Filipenses 1: 20

[8] Efesios 1: 13


 
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor IPUC
http://www.adonayrojasortiz.blogspot.com/
 



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