domingo, 5 de julio de 2009

Algunas Características de un buen siervo de Jesucristo III


CARACTERÍSTICAS DE UN BUEN SIERVO DE JESUCRISTO

No permitas que nadie te desprecie por ser joven. Al contrario, trata de ser un ejemplo para los demás cristianos. Que cuando todos oigan tu modo de hablar, y vean cómo vives, traten de ser puros como tú. Que todos imiten tu carácter amoroso y tu confianza en Dios.

1 Timoteo 4: 12 TLA

INTRODUCCIÓN

SIERVO DE JESUCRISTO: no es solo aquel que de tiempo completo ha sido llamado a trabajar en la obra de Dios, sino que realmente lo es todo aquel que ha sido salvo, El amor de Cristo  nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron;  y él por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.[1]

A todos nos ha llamado el Señor a servir.

¿Cuál debe ser la actitud de alguien que es guiado por un ministro joven?

Algunos tienen la tendencia a menospreciar la poca edad y la  inexperiencia de sus líderes espirituales. Pero no menosprecie a su ministro porque es joven.

Tanta gente hay que predica a Jesucristo solo por dinero o fama. Han desplazado y pervertido el modelo de servicio que la Biblia enseña. Es por eso que vamos a ir a la Biblia y examinaremos las normas y principios que tienen que ver con el ministerio.

Hay por lo menos cinco áreas de nuestra vida en las que el ministro debe ser ejemplo:

         i.            la manera de hablar,

       ii.            la conducta,

      iii.            la caridad,

     iv.            la fe y

       v.            la pureza sexual.

En el capítulo tres Pablo habla de los requisitos ministeriales personales: Palabra fiel:  «Si alguno anhela obispado, buena obra desea». Pero es necesario que el obispo sea:

        I.            irreprochable, alguien a quien no se le pueda acusar de nada malo.

      II.            marido de una sola mujer, debe tener una sola esposa.

    III.            sobrio, controlar todos sus deseos.

    IV.            prudente, pensar dos veces lo que va a hacer.

      V.            decoroso, debe comportarse correctamente.

    VI.            hospedador, recibir con gusto en su hogar a los visitantes.

  VII.            apto para enseñar; saber enseñar.

VIII.            que no sea dado al vino, no debe ser borracho.

    IX.            ni amigo de peleas; ni violento.

      X.            que no sea codicioso de ganancias deshonestas,

    XI.            sino amable,

  XII.            apacible, tranquilo.

XIII.            no avaro,[2] no estar preocupado sólo por el dinero.

Luego deja ver el apóstol los requisitos familiares del pastor:

        I.            que gobierne bien su casa,

      II.            que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad  (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); 

Y se agregan otros dos requisitos personales:

XIV.            que no sea un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. No debe ser alguien con poco tiempo de haber creído en Jesucristo, pues puede volverse orgulloso, y entonces recibirá el mismo castigo que Satanás.

  XV.            También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.[3]

Adicional a esto hemos estado estudiando en estos meses anteriores y en este capítulo cuatro los requisitos funcionales del ministerio. ¿Qué es lo que hace a alguien un buen ministro de Jesucristo? Seguro que no es la popularidad ni la cantidad de gente que tiene en su congregación.

Ya hemos estudiado seis de las características de un buen siervo de Jesucristo descritas en este pasaje de 1 de Timoteo 4:

Un buen ministro de Jesucristo:

  1. ADVIERTE DEL ERROR A LA CONGREGACIÓN

Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo.[4]

Un buen siervo de Jesucristo:

2.       ES UN ESTUDIANTE EXPERTO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS

nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido.[5]

Un excelente siervo de Jesucristo:

3.       DESECHA LO QUE NO SIRVE

Desecha las fábulas profanas y de viejas.[6]

Un buen siervo de Jesucristo es:

4.       DISCIPLINADO EN SU PIEDAD PERSONAL

Ejercítate para la piedad.[7]

Un excelente ministro de Jesucristo es:

5.       LABORIOSO

por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios[8]

Un buen siervo de Jesucristo:

6.       ENSEÑA CON AUTORIDAD

Esto manda y enseña.[9]

Un buen ministro de Jesucristo:

7.       ES EJEMPLO DE VIRTUD A LOS CREYENTES

sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.[10]

Modelo, imagen, patrón. El ejemplo personal es la retórica más poderosa. Una vida piadosa.

¡Qué tremendo problema crean aquellos que no practican lo que predican!

Toda vida que carece de virtud espiritual realmente carece de impacto en los demás. Y no me refiero con impacto a la apariencia o a la superficialidad, sino a la profundidad, a la transformación.

Pablo nos invita a ser como él:

Por tanto, os ruego que me imitéis.[11]

Sed imitadores míos, así como yo lo soy de Cristo.[12]

Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.[13]

Alguno dirá: ¡Pero claro era el apóstol Pablo!

Pues bien no sólo era Pablo, como él y con él había muchos buenos siervos de Jesucristo que también eran ejemplo a los hermanos:

Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros, ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis.[14]

Hermanos, sed imitadores de mí y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.[15]

Vosotros vinisteis a ser imitadores nuestros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con el gozo que da el Espíritu Santo.[16]

Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta e imitad su fe.[17]

No hay mayor impacto en el oyente que una vida ejemplar.

Ninguno tenga en poco tu juventud.

Lo que a Timoteo le faltaba en experiencia y edad tenía que ser contrarrestado con una vida ejemplar. Timoteo tenía que ganarse ese respeto.

¿Qué edad tenía Timoteo? No lo sabemos a ciencia cierta, pero lo seguro era que Timoteo ya no era un adolescente. Para los griegos un hombre se consideraba joven hasta los cuarenta años. Así que podemos suponer que tenía menos de cuarenta años.

Una vida ejemplar ¿en qué aspectos?

Ø  PALABRA: Las conversaciones.

¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos?, porque de la abundancia del corazón habla la boca.[18] Con las conversaciones se revela el estado del alma.

Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.[19]

La conversación que debe caracterizar a un siervo de Dios:

Por eso, desechando la mentira, Excluya la mentira. No distorsione la verdad, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros. Que se pueda confiar en lo que se dice. Hable la verdad siempre. Mentirle a otro quebranta la unidad, crea conflicto y destruye la confianza.

Airaos, pero no pequéis;  no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. No permitamos que la ira se convierta en pecado. Indignación tal que lleva a palabras hostiles, malas palabras, paleas, eso debe estar erradicado de la vida del ministro.

El que robaba, no robe más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. No hay lugar en la vida del siervo del Señor para chistes verdes, para vulgaridades. Eso no quiere decir que no nos podamos reír, claro que el humor sano es necesario y útil.

Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia. [20]

Ø  CONDUCTA: El estilo de vida. La manera en que una persona se conduce, se comporta.

Vivimos de acuerdo a nuestras convicciones. Lo que creemos en nuestro corazón se convierte en un estilo de vida.

Un hombre es lo que vive no lo que dice. Eso es lo que impactaba del ministerio de Jesús: Cuando terminó Jesús estas palabras, la gente estaba admirada de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.[21]

¿Y cómo enseñaban los escribas? Los maestros judíos de la época de Jesús decían pero no hacían. Eso acaba con cualquier ministerio:

En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; pero no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, pero no hacen. Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. Antes bien, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres, pues ensanchan sus filacterias  y extienden los flecos de sus mantos; aman los primeros asientos en las cenas, las primeras sillas en las sinagogas, las salutaciones en las plazas y que los hombres los llamen: "Rabí, Rabí".

»Pero vosotros no pretendáis que os llamen "Rabí", porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni seáis llamados maestros, porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. El que es el mayor de vosotros sea vuestro siervo,  porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

»Pero ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.

»¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación.

»¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito y, cuando lo conseguís, lo hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.

»¡Ay de vosotros, guías ciegos!, que decís: "Si alguien jura por el Templo, no es nada; pero si alguien jura por el oro del Templo, es deudor". ¡Insensatos y ciegos!, porque ¿cuál es mayor, el oro o el Templo que santifica al oro? También decís: "Si alguien jura por el altar, no es nada; pero si alguien jura por la ofrenda que está sobre él, es deudor". ¡Necios y ciegos!, porque ¿cuál es mayor, la ofrenda o el altar que santifica la ofrenda? El que jura por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él; y el que jura por el Templo, jura por él y por el que lo habita; y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él.

»¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque diezmáis la menta, el anís y el comino, y dejáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y tragáis el camello!

»¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato,  pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. ¡Fariseo ciego!, limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera quede limpio.

»¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.

»¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos,  y decís: "Si hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no habríamos sido sus cómplices en la sangre de los profetas". Con esto dais testimonio contra vosotros mismos de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. ¡Vosotros, pues, colmad la medida de vuestros padres! ¡Serpientes, generación de víboras!, ¿cómo escaparéis de la condenación del infierno?[22]

Enseñanzas huecas sencillamente porque no se practica lo que se predica.

Es por eso que el ministro debe ser irreprensible.

Ø  AMOR: Servicio a otros, incluso a expensas de los sacrificios personales.

No es ninguna emoción romántica.

Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.[23]

Vivir sacrificadamente a favor del pueblo de Dios. De eso Pablo es ejemplo de amor:

porque para mí el vivir es Cristo y el morir, ganancia. 

Pero si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger: De ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo,  lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe, para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.[24]

Pero de ninguna cosa hago caso ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.[25]

Y yo, con el mayor placer, gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos.[26]

Ejemplo en su amor por otros.

Ø  FE: lealtad, fidelidad, confianza.

Lo que se requiere de los administradores es que cada uno sea hallado fiel.[27]

Hombres de verdad, eso distingue al buen ministro de Jesucristo.

Reitero, no solo era el apóstol Pablo:

Epafras: Así lo aprendisteis de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo,[28]

Tíquico: Todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro y consiervo en el Señor.[29]

Ø  PUREZA: en el aspecto sexual.

La historia ha demostrado las tragedias que desencadenan las caídas de los líderes cristianos en el área sexual.

Y es este aspecto todos somos propensos a caer, por eso hay que mantenerse firme. Así que el que piensa estar firme, mire que no caiga.[30]

El enemigo es especialista en enfilar su artillería hacia esta área.

Huye también de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.[31]

Dime con quien anda y te diré quién eres. Rodeémonos de gente de corazón puro que amen al Señor.

 

 CONCLUSIÓN

Debemos ser íntegros, vivir lo que predicamos. Solo así podemos ser realmente los siervos que nuestro Dios desea que seamos.

Que lo que digamos compruebe lo que hacemos. Lo que hacemos habla más fuerte que lo que decimos.

Debemos ser ejemplo en todos los aspectos de nuestra vida. Un hombre que no es un ejemplo a los demás en estas áreas que hemos mencionado hoy debería no ocupar una posición de liderazgo espiritual, porque no está cumpliendo con los estándares establecidos por Dios mismo.

No es capricho de la iglesia, no son objeciones de la organización. Ese es el filtro que Dios ha puesto para sus siervos.

Quizás no seamos perfectos pero debemos procurar serlo y mantenernos en ese camino. Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; El que ande en el camino de la perfección, éste me servirá.[32]

No es suficiente escuchar o leer la Palabra de Dios, ni incluso conocerla bien. Debemos también ponerla en práctica. Qué fácil es escuchar un sermón y olvidarnos de lo que dijo el predicador. Qué fácil es leer la Biblia y no pensar en cómo vivir de una manera práctica en nuestra vida cotidiana. Qué fácil es discutir lo que significa un pasaje y no vivir su significado. Exponernos a la Palabra de Dios no es suficiente. Ella nos debe conducir a la obediencia.

Estamos invitados a servir a nuestro Señor, pero no podemos hacerlo de cualquier manera, por eso es necesaria la preparación. Como vamos camino hacia la perfección, vamos buscando lo excelente, debemos entonces procurar ser excelentes siervos de Jesucristo.

Ya hemos recibido seis consejos que debemos ir incorporando en nuestra vida de servicio y veremos que Dios nos lleva a cumplir su propósito en nuestra vida:

*      denunciemos el error enseñando la verdad,

*      dediquémonos al estudio bíblico,

*      desechemos lo que no sirve,

*      ejercitémonos para la piedad,

*      trabajemos duro,

*      enseñemos con amor y autoridad, y

*      seamos ejemplo a los creyentes.

El que es enseñado en la palabra haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.[33]

Si usted es cristiano, tiene una gran deuda con quienes le enseñaron y fueron ejemplos de lo que usted necesitaba saber del evangelio y de cómo llevar la vida cristiana. Continúe los buenos ejemplos de quienes han invertido parte de ellos mismos en usted en la evangelización, el servicio y la educación cristiana.

A pesar de que los líderes humanos tienen mucho que ofrecer, debemos fijar nuestros ojos en Cristo, nuestro guía supremo. A diferencia de los líderes humanos, Él nunca cambiará. Cristo ha sido y será el mismo por siempre. En un mundo cambiante podemos confiar en nuestro Señor que no cambia.

Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos.[34]

 

 

 

 



[1] 2 Corintios 12: 14 y 15

[2] 1 Timoteo 3: 1 al 3

[3] 1 Timoteo 3: 4 al 7

[4] 1 Timoteo 4: 6a

[5] 1 Timoteo 4: 6b

[6] 1 Timoteo 4: 7a

[7] 1 Timoteo 4: 7b

[8] 1 Timoteo 4: 10                                                                                                       

[9] 1 Timoteo 4: 11

[10] 1 Timoteo 4: 12

[11] 1 Corintios 4: 16

[12] 1 Corintios 11: 1

[13] Filipenses 4: 9

[14] 2 Tesalonicenses 3: 7 al 9

[15] Filipenses 3: 17

[16] 1 Tesalonicenses 1: 6

[17] Hebreos 13: 7

[18] Mateo 12: 34

[19] Mateo 12: 37

[20] Efesios 4: 25 al 31

[21] Mateo 7: 28 y 29

[22] Mateo 23: 2 al 33

[23] Juan 15: 13

[24] Filipenses 1: 21 al 26

[25] Hechos 20: 24

[26] 2 Corintios 12: 15

[27] 1 Corintios 4: 2

[28] Colosenses 1: 7

[29] Colosenses 4: 7

[30] 1 Corintios 10: 12

[31] 2 Timoteo 2: 22

[32] Salmo 101: 6

[33] Gálatas 6: 6

[34][34] Hebreos 13: 8


 
 
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor IPUC
http://www.adonayrojasortiz.blogspot.com/
 




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