jueves, 15 de julio de 2010

Zaqueo

LAS RIQUEZAS: ZAQUEO

Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y, corriendo delante, se subió a un sicómoro para verlo, porque había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba lo vio, y le dijo: —Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que me hospede en tu casa.

Entonces él descendió aprisa y lo recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a hospedarse en casa de un hombre pecador. Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: —Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguien, se lo devuelvo cuadruplicado.

Jesús le dijo: —Hoy ha venido la salvación a esta casa, por cuanto él también es hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.[1]

No todos los ricos se separaron tristemente de Jesús.

Zaqueo es un ejemplo de lo que es posible para Dios.

Los romanos vendían la tarea de cobrar los impuestos en una determinada zona al mejor postor. La persona designada no recibía sueldo por su trabajo; simplemente cobraba todo el dinero que podía y se guardaba lo que quedaba después de haber pagado la cantidad acordada con los romanos. El intento de Zaqueo de ver a Jesús, que era conocido popularmente como amigo de los cobradores de impuestos, muestra su interés en él y los extremos a que estaba dispuesto a llegar. Sea o no que Zaqueo esperaba quedar oculto, Jesús lo llamó con un pedido de alojamiento. Zaqueo mostró tanto arrepentimiento como gozo al darle la bienvenida. Jesús justificó su elección; había venido a traer salvación a un hombre que tenía tanto derecho a oír el evangelio como cualquier otro judío. Aquí se resume en forma completa y definitiva el propósito de la venida de Jesús: así como un pastor va y busca la oveja perdida para rescatarla del peligro, así Jesús como Hijo del Hombre busca y salva a los perdidos.

Jesús y Zaqueo

1. Entonces entró en Jericó y estaba pasando (por la ciudad).

La ciudad de las Palmeras. Aun antes del reinado de Herodes el Grande, Jericó ya era "un pequeño paraíso", con sus palmeras, rosales, etc. Herodes el Grande y su hijo Arquelao la habían hecho aun más hermosa. Allí habían edificado un gran palacio invernal y también un teatro y un hipódromo. Algunas de las calles estaban bordeadas por sicómoros. El clima era delicioso.

2. Aquí había un hombre llamado Zaqueo. Era un jefe de los cobradores de impuestos y era rico.

Este es el único lugar en el Nuevo Testamento donde se menciona un "jefe de los cobradores de impuestos".

Los compradores de impuestos o "concesionarios" habían pagado una suma fija de dinero al gobierno romano por el privilegio de cobrar peaje sobre exportaciones e importaciones así como sobre cualquier mercadería que pasara por la región. Las principales oficinas de impuesto estaban ubicadas en Cesarea, Capernaum y Jericó. Los renteros podían subarrendar sus derechos a "jefes de publicanos" quienes empleaban "publicanos" para hacer las recaudaciones. Estos cobraban enormes sumas, todo lo posible según las circunstancias. De este modo los "publicanos" tenían la reputación de extorsionistas. Si era judío, era considerado por sus conciudadanos como traidor, pues estaba al servicio del opresor extranjero.

Los "publicanos" sabían que habían estado esquilando al público. La baja estima en que se tenía a los publícanos se nota en pasajes del evangelio. A veces se mencionaban juntos "publícanos" y "pecadores".

Zaqueo, debe haberse considerado un hombre muy prominente. Había sido puesto a la cabeza de todo el distrito tributario de Jericó y sus alrededores, una de las tres oficinas de impuestos principales de Palestina, estando las otras dos ubicadas en Cesarea y en Capernaum.

Una de las cosas por las cuales era famoso Jericó era el ungüento derivado del bálsamo. Josefo (Antigüedades XV. 96) llama el bálsamo "la cosa más preciosa que hay". Era fragante, aliviador y altamente apreciado por sus cualidades curativas. El comercio de este producto—y de otros bienes que abundaban en la región de Jericó—producía altos impuestos para el gobierno romano. Además, Jericó estaba en el corazón y centro de una vasta red de rutas comerciales, como es claro al ver el mapa. La ciudad tenía relaciones comerciales con Damasco, Tiro, y Sidón hacia el norte, Cesarea y Jope hacia el occidente y Egipto hacia el sur, al igual que con muchas otras ciudades y países en todas direcciones.

¡Por lo tanto, Zaqueo era un hombre bastante importante! Sin embargo, los judíos consideraban a los "publicanos" (incluyendo los jefes de publicanos) como traidores y ladrones. Paradójica e irónicamente, el nombre judío Zaqueo significa "justo", "puro" o "inocente".

3, 4. Estaba tratando de ver quien era Jesús, pero siendo de corta estatura no podía verlo a causa de la multitud. De modo que corrió hacia adelante y se subió a un sicómoro para verlo, puesto que Jesús estaba por pasar por ese camino.

Parece que Zaqueo ya había oído de Jesús y de su compasión.

La curiosidad inicialmente era su único motivo, aunque su resolución de no ser estorbado demostraba un interés más profundo en el Maestro.

Siendo de corta estatura, no podía ver a Jesús. Sin embargo, estaba dispuesto a hacer casi cualquier cosa para verlo. Por tanto, sabiendo hacia donde iba Jesús, rápidamente corrió delante de la multitud y no importando cuán importante era, se subió a un sicómoro, uno de los que habían sido plantados junto al camino. También se le llama higuera sicómoro y es altamente apreciado por la sombra que proporciona. Además, puesto que algunas de sus ramas salen del tronco cerca de la tierra, aun un hombre pequeño de estatura como Zaqueo podía treparlo con facilidad.  Algunos sicómoros alcanzan hasta 10 m de alto.

Obviamente Zaqueo esperaba no ser visto, puesto que alguien de su prominencia no desearía que lo vieran en tal situación.

5, 6. Cuando Jesús llegó al lugar, miró hacia arriba y le dijo: "Zaqueo, bájate pronto, porque hoy debo quedarme en tu casa".—Entonces él se bajó rápidamente y lo recibió lleno de gozo.

Aquellos a quienes Cristo llama, deben humillarse y descender.

Es especialmente importante notar que aunque Zaqueo ciertamente estaba muy ansioso de ver a Jesús, fue Jesús y no el jefe de los cobradores de impuestos, el que tomó la iniciativa de establecer un contacto personal entre los dos. Fue Jesús quien estaba buscando y salvando.

También es significativo que Jesús no dice al hombre del árbol: "¿Será posible que tú me recibas hoy en tu casa?" Sino que dice: "Zaqueo date prisa en descender, porque hoy debo quedarme en tu casa". Y el Señor sabía muy bien que la gran multitud que les rodeaba estaría menos que complacida por estas palabras. Jesús debe quedarse en la casa del jefe de los cobradores de impuestos porque esto estaba en conformidad con el llamamiento del Salvador, en armonía con el propósito para el cual se había venido.

Zaqueo nunca había descendido más rápidamente de un árbol que ahora, y nunca con un gozo más grande.

7. Pero al ver (esto), toda la gente comenzó a refunfuñar: Ha ido a ser huésped de un pecador.

Es claro que la gente en general odia a Zaqueo. Teniendo en mente lo que se ha dicho anteriormente—a saber, que consideraban a los publicanos como extorsionistas y traidores—es comprensible, aunque no es excusable, la reacción de la gente. Sin embargo, lo que hace que su refunfuño sea aun más malvado es el hecho de que repetidas veces durante su ministerio, que ahora estaba casi al terminar, Jesús había explicado por qué tal actitud hacia los cobradores de impuestos era completamente reprensible.

¡Sin embargo, la gente continúa en su actitud desamorada!

8. Pero Zaqueo se puso de pie y dijo al Señor: Escúchame, Señor. Ahora mismo doy la mitad de mis posesiones a los pobres, y si he defraudado a alguien en algo, se lo devuelvo cuadruplicado.

Debemos suponer que Jesús ahora ha entrado en la casa del jefe de los publicanos. Y por supuesto que es natural creer también que a todos los que se reunieron allí el Señor Jesucristo les dirigió las palabras de vida.

La preocupación amorosa que Jesús había demostrado hacia Zaqueo hizo de éste un hombre cambiado. El cambio de corazón produjo un cambio de actuación.

Un cambio radical había sucedido al pequeño publicano. La evidencia de su transformación fue su confesión y nueva actitud hacia su empleo, el dinero y los necesitados.

Tan profundamente impresionado está, que en respuesta se levanta y afirma que aquí y ahora está dando la mitad de sus posesiones a los pobres. Esa es su ofrenda de acción de gracias.

¿Ha sido culpable de cobrar a veces (directa o indirectamente) demasiado dinero de alguien? Sí, lo ha sido. De modo que en presencia de todos ahora declara que va a devolver todo lo que ha tomado ilícitamente. No solamente eso, va a añadir algo más. Zaqueo ha decidido ahora restituir no el doble, que era lo que exigía le ley, sino cuatro veces la cantidad cobrada de más. De paso, queda comprobado con esta restitución cuádruple además de "la mitad de mis posesiones" (esto para los pobres) que Zaqueo había sido groseramente deshonesto, pues de qué otro modo, podría haber hecho una restitución tan generosa.

Pero sobre todo lo que demuestra esta acción es que las prioridades de vida para Zaqueo han cambiado y está dispuesto a dejarlo todo por lo que le ha dado Jesús.

9. Así que, Jesús le dijo: Hoy la salvación ha venido a este hogar, porque aun este hombre es un hijo de Abraham.

¿Qué es lo que le ha dado Jesús? La salvación, nada menos.

Vida eterna: la emancipación del mayor de los males y el ser puesto en posesión del mayor de los bienes.

Hoy, Jesús había llamado al publicano principal de aquel árbol y había entrado a su hogar con bendición. Por lo tanto, hoy, se había producido el gran milagro espiritual. El Gran Pastor había encontrado su oveja. No hay motivo para postergar tan majestuoso acto, «En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido.» Ahora es el tiempo aceptable; ahora es el día de salvación.[2]

Cristo ha venido a su casa, y donde Cristo va, lleva consigo la salvación. Vino a este mundo perdido a buscarlo y salvarlo. Su objetivo era salvar, donde no había salvación en ningún otro. Él busca a los que no lo buscan y ni preguntan por Él.

Cuando Jesús declara que Zaqueo es un hijo de Abraham, está usando "hijo de Abraham" en un sentido espiritual:

De modo que los que tienen fe son bendecidos con el creyente Abraham.[3]

Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente descendientes de Abraham sois, y herederos según la promesa.[4]

En forma muy apropiada, Jesús añade:

10. Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido.

Zaqueo no había buscado a Jesús. Jesús había buscado… y hallado a Zaqueo. En unos pocos días el Buen Pastor iba a poner su vida por las ovejas, incluyendo a Zaqueo.

En esta época de la gracia, sigue en pie el mismo propósito. El Señor todavía está buscando como un pastor a la oveja perdida. No obstante, vendrá el día en que el Pastor se convierta en Juez y ¡ay de aquellos que tengan que confrontarlo! Es mejor aceptarlo hoy como nuestro Buen Pastor.

Aplicación:

Esta vez, Jesús se encuentra con un rico que había adquirido su riqueza deshonestamente.

A pesar de que Zaqueo era deshonesto y traidor, Jesús lo amaba y, en respuesta, el pequeño recaudador de impuestos se convirtió.

La historia del encuentro con ese publicano también demuestra que no hay hombre fuera del alcance del Señor, por muy malo que sea.

Esta historia prueba que puede haber cambios en el corazón de los ricos. Zaqueo lo tuvo.

Podemos observar que la nueva relación con Cristo produjo un gran cambio en su "estilo de vida".

Cuando entra Jesús en la vida y establece control sobre ella, entonces las características y hábitos de la vida antigua son remplazados por el fruto del Espíritu.

En toda sociedad ciertos grupos de personas se consideran «intocables» ya sea por su opinión política, conducta inmoral o estilo de vida. No debemos ceder a la presión social y evadir a este tipo de personas. Jesús las ama y ellas necesitan oír sus buenas nuevas.

 

 



Bibliografía:

Biblia De Estudio : LBLA. La Habra, CA : Editorial Fundación, Casa Editorial para La Fundación Bíblica Lockman, 2003

Biblia Del Diario Vivir. Editorial Caribe, 2000

Carson, D.A. ; France, R.T. ; Motyer, J.A. ; Wenham, G.J.: Nuevo Comentario Bíblico: Siglo Veintiuno. electronic ed. Miami : Sociedades Bíblicas Unidas, 2000

Hendriksen, William: Comentario Al Nuevo Testamento: El Evangelio Según San Lucas. Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2002

Henry, Matthew: Comentario De La Biblia Matthew Henry En Un Tomo. Miami : Editorial Unilit, 2003

Jamieson, Roberto ; Fausset, A. R. ; Brown, David: Comentario Exegético Y Explicativo De La Biblia - Tomo 2: El Nuevo Testamento. El Paso, TX : Casa Bautista de Publicaciones, 2002

Platt, Alberto T.: Estudios Bı́blicos ELA: Verdadero Hombre, Verdadero Dios (Lucas Tomo II). Puebla, Pue., México : Ediciones Las Américas, A. C., 1993

 

 

 



[1] Lc 19.1-10

[2] 2 Co 6.2

[3] Gl 3.9

[4] Gl 3.29


 
 
Paz de Cristo!

ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor 
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia 
Reuniones Martes, Jueves y Sábado 7 PM, Domingos 8 AM y 10 AM.
Calle 30 # 22 61, Cañaveral, Floridablanca.
http://adonayrojasortiz.blogspot.com/
 




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