sábado, 26 de enero de 2013

¿es necesario pastores hoy en día?

Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; a esas también debo atraer y oirán mi voz, y habrá un rebaño y un pastor.

Jn 10.16

 

un rebaño y un pastor

¿Necesitamos Pastores hoy en día?

Muchos argumentan hoy en día que no necesitan a ninguna persona para que los oriente, o guíe, pues para eso están llenos del poder del Espíritu Santo. Otros siguen sin pensarlo las decisiones que para ellos han tomado sus superiores, generalmente personas apartadas de la membresía de la iglesia y miembros de una supuesta jerarquía eclesiástica especial. Esto dos extremos son nocivos para la iglesia actual.

Si bien es cierto que el Espíritu Santo nos guía de modo personal también lo es que Dios ha instituido líderes locales, Pastores, para que orienten, guíen, corrijan, y perfeccionen en general la obra de Dios.

La dirección personal es real y necesaria, pero esa dirección personal o individual del Espíritu Santo, no va en contravía de la dirección corporativa o del cuerpo de Cristo. Más bien esa guía individual debe ser corregida o confirmada por lo que Dios está haciendo dentro del rebaño en general, si la oveja está en una buena relación de correspondencia con respecto al redil o iglesia local a la cual pertenece.

EN EL ANTIGUO TESTAMENTO DIOS ES LLAMADO PASTOR

No es muy halagador ser comparado a una oveja. Las ovejas son tontas, despistadas, mudables. Es por esto que necesitan un pastor. Sólo el pastor y sus ayudantes eficientes serán capaces de mantener junto al rebaño en el prado en que deben pastar. Las ovejas son incapaces de seguir la dirección conveniente por su propia cuenta.

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,

cada cual se apartó por su camino.

Is 53.6 a

Cuando David estaba cuidando las ovejas en la laderas cercanas a Belén, aprendió que los hombres no parecemos a las ovejas. David descubrió que él mismo también estaba necesitando de alguien que le cuidara, que le guardara y que le proveyera todo lo necesario para su bienestar. Dios era quien cuidaba de él, por eso David bien puedo exclamar:

Jehová es mi pastor, nada me faltará.

Sal 23.1

Daviid tenía a alguien que estaba preocupándose por él y que era capaz de guiarlo y sostenerlo.

Necesitamos que Dios sea para nosotros lo que un pastor es para las ovejas guía, alimento, salud, protección, amigo, corrección, etc. Jesucristo es nuestro pastor y realmente hoy más que nunca nosotros necesitamos que él nos pastoree.

Dios siempre provee para las necesidades de sus ovejas. Cada uno de los títulos dados a Dios en Antiguo Testamento le muestra como un Dios que aparece en momentos de mayor necesidad del ser humano para revelar que él es exactamente lo que el hombre está necesitando. Ese proceso de autorrevelación culmina precisamente en la persona y en el nombre de Jesús, que significa Dios es mi salvación.

EN EL NUEVO TESTAMENTO JESÚS SE PRESENTA COMO PASTOR

Jesucristo es el pastor por excelencia, él encierra todo lo que un pastor verdadero puede llegar a ser. Él vino a buscar las ovejas perdidas y a entrenar a los futuros pastores para que perpetuaron su ministerio. Vino a demostrar lo que realmente significa ser pastor.

1.   Él es el buen pastor.

»Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

Jn 10.11

El buen pastor es el que tiene su corazón en el rebaño. Lo es todo para sus ovejas agua, alimento, protección, salud, ¡Todo!

El buen pastor, si es necesario, pondrá su vida por las ovejas. Jesús sufrió y murió por nuestra redención.

2.   Él es el gran pastor.

Que el Dios de paz, que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

He 13.20–21

Jesucristo aunque murió y fue sepultado no se quedó en la tumba, resucitó triunfante al tercer día y hoy vive para siempre. Esta resurrección de Jesucristo es la que hace posible que su presencia no se quede confinada a un cuerpo humano, sino que ahora Jesús en el poder del Espíritu Santo nos está invitando a una nueva dimensión de intimidad personal con él.

Antes de ser exaltado Jesucristo sólo podría ejercer su influencia desde el exterior, pero mediante la llenura del Espíritu Santo ha conseguido acceso a lo más intimó de la personalidad humana. Ahora Jesús puede cambiar a las personas desde adentro.

La redención nos trajo algo más que la salvación del infierno. La redención hace posible un cambio básico del carácter por medio de la obra interior del espíritu Santo. Jesús puede vivir vigilar personalmente a cada una de sus ovejas desde el interior.

3.   Él es el pastor y obispo.

Vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.

1 P 2.25

La palabra Obispo hacer énfasis en la responsabilidad que tiene el pastor de vigilar a las ovejas. Esta vigilancia espiritual es de gran responsabilidad. La verdadera labor del pastor empieza tan pronto nacen las ovejas. No basta con llevar a las personas al altar y presentarle al Salvador y aún ni que hayan nacido de nuevo, la meta es la perfección, y esa es la función del pastor criar al cordero para que llegue a ser una oveja o un carnero propiamente dicho.

Hay que enseñar entonces a las ovejas a oír la voz del pastor principal. Esto requiere tiempo y energías, pero una cosa es cierta: las ovejas estaban descarriadas y necesitan ser restauradas.

4.   Él es el Príncipe de los pastores.

Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.

1 P 5.4

Los pastores no somos los propietarios del rebaño que administramos. Somos simples mayordomos del pastor principal, y a él tendremos que dar cuenta detallada de nuestra administración.

El hecho de que tengamos que dar cuentas al pastor principal de nuestra tarea es un freno que nos ayuda a evitar el abuso corruptor del poder.

Por tanto, procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables, porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.

2 Co 5.9–10

Dios nos comprende, él nos hizo de la manera que somos, con la necesidad de ser pastoreados.

Jesús sabía que las ovejas se esparcirían, como habían hecho las de Juan el Bautista, sino las preparada para su propia muerte violenta que ya se acercaba. Él iba a morir, y aunque no estaría ausente de ello durante mucho tiempo sabía que siendo ovejas tropezarían a causa de esto.

Entonces Jesús les dijo:

—Todos os escandalizaréis de mí esta noche, pues escrito está: "Heriré al pastor y las ovejas serán dispersadas". Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.

Mr 14.27–28

Aún el mismo Pedro, que insiste en su lealtad hasta la muerte, igual que las otras ovejas cuando el pastor fue atacado Pedro sufrió tropiezo y se descarrió.

Jesús sabía que después de su ascensión al cielo las ovejas volverían a desparramarse. Su ministerio invisible no sería suficiente; las ovejas necesitaban a alguien que las cuidara. Por esta razón instituyo un ministerio continuado entre su pueblo, una prolongación de su propio pastoreo.

Las ovejas no se mantienen juntas de modo natural, no irán juntas a menos que haya un pastor. ¿Unidad sin un pastor? ¡Imposible! La propia naturaleza de las ovejas exige un pastor.

ES EL MISMO JESÚS QUIEN DA PASTORES A SU GREY

Salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas.

Mr 6.34

¿Qué es lo que estaba necesitando estas personas? Un pastor.

Las enseñanzas de Jesús eran alimento para el alma de estas ovejas desamparadas.

Pero cuando la multitud empezó a tener hambre de carácter físico, Jesús empezó a entrenar a sus futuros sucesores, les enseñó a pastorear diciéndoles que les dieran alimento material, pan y pescado a la multitud:

Respondiendo él, les dijo:

—Dadles vosotros de comer.

Mr 6.37

Y también en la  historia de la iglesia primitiva los pastores comenzaron su entrenamiento para el servicio sirviendo a las mesas.

En aquellos días, como crecía el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, que las viudas de aquellos eran desatendidas en la distribución diaria. Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron:

—No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete hombres de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. Nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la Palabra.

Agradó la propuesta a toda la multitud y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. A estos presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos.

La palabra del Señor crecía y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.

Hch 6.1–7

El ministerio de pastoreo de Jesús en el tiempo actual se realiza por medio de hombres de carne y hueso como usted y como yo. Yo soy un pastor, pero por encima de mí hay un gran pastor y yo trabajo con él y para él.

Los pastores de una iglesia somos personas que hemos sido llamadas y separadas por el mismo Señor, dueño del rebaño, para juntar a las ovejas de Dios en un redil y cuidar de ese rebaño para él.

El día de Pentecostés el descenso del Espíritu Santo para hacer morado en su pueblo introdujo una nueva dimensión a la vida humana, Dios mismo viviendo en nuestro cuerpo. Pero adicional al don del Espíritu Santo Cristo Jesús dio a su Iglesia hombres y mujeres con dones especiales para cuidar de las ovejas.

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,

Ef 4.11–12

Jesucristo fue y sigue siendo nuestro apóstol, profeta, Evangelista, paz todo y maestro. Además era cada dos Iglesia personas botadas de dobles sobrenaturales para ministrar a ella en cada una de estas áreas. Siempre las ha habido en la iglesia y continuarán en ella hasta que hayamos alcanzado la perfección en Cristo Jesús.

JESUCRISTO SIGUE SIENDO EL PASTOR DE LOS PASTORES Y DEL REBAÑO

Cristo Jesús es la cabeza de su cuerpo que es la iglesia. Él es la fuente de vida y el poder de la iglesia. En su redil , que es la iglesia, podemos esperar ver su liderazgo permanente.

En la iglesia del Señor los Pastores deben estar dispuestos incluso a arriesgar sus vidas por el cuidado del rebaño.

Los pastores actúan bajo la influencia del Espíritu Santo procurando efectuar cambios en el interior de las ovejas restaurando y educando a la grey, hasta que las ovejas estén plenamente satisfechas de pertenecer al redil y seguir al pastor y obispo de sua almas, por todas partes.

El trato con el pueblo de Dios debe ser un trato a conciencia, porque el príncipe de los pastores va a jusgar nuestra mayordomía.

Jehová te pastoreará siempre,

en las sequías saciará tu alma

y dará vigor a tus huesos.

Serás como un huerto de riego,

como un manantial de aguas,

cuyas aguas nunca se agotan.

Is 58.11

¡Qué bueno ser parte de este redil!

 

2 comentarios:

adonayrojasortiz.blogspot.com dijo...

Jesucristo fue y sigue siendo nuestro Apóstol, Profeta, Evangelista, Pastor y Maestro. Además él a dado a la Iglesia personas dotadas de dones sobrenaturales para ministrar a ella en cada una de estas áreas. Siempre los ha habido en la Iglesia y continuarán en ella hasta que hayamos alcanzado la perfección en Cristo Jesús.

adonayrojasortiz.blogspot.com dijo...

ha dado

Generalidades de la Escatología Bíblica

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