martes, 16 de mayo de 2017

Orlando Gélvez

ORLANDO GÉLVEZ

pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en
muchas codicias necias y dañosas que hunden a los hombres en
destrucción y perdición (1 Timoteo6.9).

El Señor nuestro Dios nos recomienda confiar y esperar en él. Buscar
primeramente el reino de Dios y su justicia, entendiendo que todo lo
demás él lo suplirá, pero a veces en el diario vivir nos dejamos
enredar por el engaño de las riquezas.

Orlando Gélvez era de los pocos que, en la etapa inicial, llegaba
temprano a los servicios en El Campestre. Se encargaba de organizar lo
pertinente al sonido y especialmente los fines de semana grababa las
enseñanzas en cassettes para venderlas con el fin de obtener fondos
pro templo.

El Pastor mantenía una imagen de él como una persona generosa y
honesta, ya que en más de una oportunidad le confesó al Pastor serios
problemas en los que se había metido, sin ocultar ni evadir su
responsabilidad.

Tenía una especie de almacén Miscelánea donde vendía de casi todo,
pero especialmente implementos de uso escolar, razón por la cual
siempre contribuía para las clases de escuela dominical con útiles que
eran muy necesarios.

Al poco tiempo de que el Pastor llegase al Campestre contrajo
matrimonio con la hermana Jenny de la congregación de Lagunas,
entonces con frecuencia se ausentaba pues asistía a los servicios en
Lagunas donde asistía también la familia de su esposa.

Además habían abierto un nuevo lugar de predicación muy cerca de su
casa por lo que algunas veces asistía allí por cercanía, más que
cualquier otra cosa, al menos eso decía él.

Cierto domingo el Pastor se sorprendió al llegar al lugar de
predicación y ver ya allí, desde muy temprano, a la pareja de esposos
Gélvez. Le comentó el hermano Orlando que necesitaban comentarle algo.

El diálogo comenzó con una pregunta:

Hermano ¿Qué sabe usted de la bendición de La Ceiba?

Nada, solo sé que en La Ceiba hay una congregación muy próspera. Nada más.

Allá hay una hermana que trabaja con una avícola. Ella recibe dinero
de quienes quieran invertir en el negocio de los pollos. Llevan
camiones enteros a vender en otros países. En una o dos semanas, que
es el tiempo que dura un viaje, el dinero de la inversión se duplica.

No tenía ni idea de eso. Pero parece muy bueno y fácil como para que
sea cierto.

Es verdad hermano, ya varios han recibido el doble de lo que
invirtieron. <hizo mención de varias personas conocidas que
supuestamente ya habían recibido beneficios de dicho negocio>. Lo que
pasa es que hace ya varios meses que no se han podido hacer más viajes
y entonces el dinero está ahí quieto, ya se invirtió, no nos lo pueden
devolver y no nos han dado nada de ganancia.

¿Cómo así? ¿Ustedes están metidos en eso también? ¿Desde cuándo?

Hace ya varios meses hermano, lo que pasa es que pensamos que usted
sabía, como le dije hay varios pastores también que han invertido ahí.
Ah,y bueno lo que también pasa es que una de las cosas que nos dicen
para poder invertir en eso es que los diezmos se tienen que quedar
allá. Porque allí es donde está la bendición.

Déjeme averiguar <dijo el pastor entre sonrisas>.

Es el favor que queríamos pedirle hermano, a ver si podemos recuperar
nuestro dinero, que además en buena parte es prestado y estamos
pagando intereses.

Así quedaron por el momento las cosas.

Al primero que llamó El Pastor fue a quien administraba la iglesia en
La Ceiba. El hermano Emel hizo varias aclaraciones entre ellas que
efectivamente había una hermana, o más bien "una señora", dijo él, que
recaudaba dinero sin autorización de la iglesia, ni del pastor, y lo
utilizaba supuestamente en un negocio de pollos. Varios hermanos
habían caído ya en este supuesto fraude. Y aunque en verdad algunos
habían sido beneficiados económicamente la mayoría de ellos ya habían
tomado acciones legales en contra de "la señora de los pollos" porque
ella no les respondía por su dinero. Esto no era ninguna bendición
sino más bien un gran problema que se estaba gestando. "A quienes me
han llamado a preguntarme enfáticamente les he dicho que no metan ni
un centavo en ese negocio". Así terminó el diálogo telefónico con el
hermano Emel.

Hubo una época en la que proliferó eso de las llamadas "pirámides" que
no es más que una forma de recaudar dinero de incautos que con
promesas de tener una ganancia rápida y fácil entregan los pocos
recursos que tienen a quienes solo con promesas los estafan.

Muchos han caído en esta trampa del dinero fácil. No solo personas sin
el conocimiento de Dios, incluso algunos pastores se han visto
inmiscuidos en ese negocio.

El dinero ha sido usado para atrapar a muchos, no olvidemos tadas las
adertencias que sobre el tema nos deja el Señor en su Palabra, entre
ellas porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual
codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron atormentados con
muchos dolores. (1 Ti 6:10). Y todos los demás textos bíblicos en los
que se mencionan la codicia y la avaricia.

La Biblia tiene una doctrina, la del contentamiento, con la cual
podemos hacer frente a las asechanzas del diablo en cuanto a éste
tema, entendiendo bien que el Todopoderoso vela por nosotros. Sean
vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora,
pues él dijo: «No te desampararé ni te dejaré» (Heb 13:5).

Finalmente salió a la luz la gran estafa que una persona conociendo la
seducción que para muchas personas puede ser al dinero fácil, había
logrado hacer en la congregación de la Ceiba, entre esos a Orlando
Gélvez.



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ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor Ordenado IPUC
http://adonayrojasortiz.blogspot.com

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Generalidades de la Escatología Bíblica

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