miércoles, 20 de diciembre de 2017

Rhode Island y los bautistas

La intolerancia religiosa que existía en las colonias puritanas pronto
obligó a algunos a abandonarlas. El más famoso de éstos fue Roger
Williams, quien llegó a Massachusetts en 1631. Tras negarse a servir
de pastor en Boston, declaró que los puritanos de esa colonia se
equivocaban al darles a los magistrados civiles la autoridad de hacer
cumplir los mandamientos que tienen que ver con las relaciones de la
persona con Dios. La autoridad de los magistrados debía limitarse,
según Williams, a los mandamientos que tienen que ver con el modo en
que los seres humanos han de tratarse unos a otros. Además, decía
Williams, las tierras que los colonos reclamaban para sí les
pertenecían en realidad a los indios, y el establecimiento mismo de la
colonia era por tanto una usurpación. Estas y otras ideas que entonces
parecían radicales lo hicieron persona no grata en Boston, y partió
hacia Plymouth, donde pasó dos años en los que estableció buenas
relaciones con los indios vecinos. Después fue pastor en Salem, que
pertenecía a Massachusetts. Pero cuando trató de hacer que su iglesia
se separara de las del resto de la colonia, las autoridades decidieron
deportarlo. Entonces Williams huyó de Massachusetts y se estableció
con un pequeño grupo de amigos, primero en tierras que pertenecían a
Plymouth, y después en otras en la bahía de Narragansett que les
compró a los indios. Allí fundó la colonia de Providence—hoy capital
del estado de Rhode Island—a base del postulado de la libertad de
conciencia. Para Roger Williams, esa libertad era corolario de la
obligación que los humanos tenemos de adorar a Dios. Esa adoración ha
de ser sincera, y por tanto todo intento de forzarla en realidad la
imposibilita. Como consecuencia de tales opiniones, Williams y sus
compañeros decidieron desde un principio que en su nueva colonia
habría libertad de conciencia, y los derechos de ciudadanía no se
limitarían a base de las opiniones religiosas de las personas. El
argumento de Williams en pro de la libertad de conciencia fue expuesto
en su tratado, publicado en 1644, Discusión de la sangrienta doctrina
de la persecución a causa de la conciencia. Y poco después uno de los
principales pastores de Massachusetts le contestó en otro tratado, La
sangrienta doctrina lavada y emblanquecida en la sangre del Cordero.
Mientras tanto, otros habían acudido a las cercanías de Providence por
motivos semejantes. A fines de 1637 la profetisa Ana Hutchinson fue
expulsada de Massachusetts, entre otras razones, por pretender haber
recibido revelaciones personales. Ella y otras dieciocho personas
fundaron la comunidad de Portsmouth en una isla cerca de Providence,
también a base de la libertad de conciencia. Poco después un grupo
procedente de Portsmouth fundó Newport, al otro extremo de la misma
isla.
Estas comunidades crecieron rápidamente con el influjo de personas de
ideas bautistas, cuáqueras, etc. procedentes de las colonias
puritanas. Pero hasta entonces su único derecho se basaba en haberles
comprado sus tierras a los indios, y parecía probable que sus vecinos
puritanos trataran de aplastar lo que llamaban "la cloaca de Nueva
Inglaterra". Por tanto, Williams viajó a Inglaterra, y en 1644 obtuvo
del Parlamento Largo la autorización necesaria para darle legalidad a
la nueva colonia ante las autoridades inglesas. Los diversos poblados
quedaron entonces unidos bajo el nombre de "Plantaciones de
Providence", y Williams y los suyos le dieron a la nueva colonia un
gobierno democrático. Tras la restauración de los Estuardo, Carlos II
confirmó lo hecho.
Al tratar acerca de la revolución puritana en Inglaterra, dijimos que,
entre los muchos grupos que surgieron en esa época, se contaban los
bautistas. Aunque algunas de las ideas de éstos eran parecidas a las
de los anabaptistas del continente europeo, no parece que en realidad
las tomaran de ellos, sino más bien del intenso estudio del Nuevo
Testamento, y del deseo de conformarse a todas sus prácticas, que eran
características del puritanismo. Algunos de estos bautistas ingleses
pasaron un tiempo exiliados en Holanda, y regresaron a Inglaterra
imbuidos de ideas arminianas. Otros permanecieron en Inglaterra, y
continuaron participando del calvinismo que era el trasfondo común de
los diversos movimientos puritanos. Así surgieron dos clases de
bautistas, los "generales" y los "particulares". Los "bautistas
generales" recibían ese nombre porque sostenían, como los arminianos,
que Jesucristo había muerto por todo el género humano. Los
"particulares" sostenían frente a ellos la postura del calvinismo
ortodoxo, según el cual Jesucristo murió únicamente por los que
estaban predestinados a la salvación.
La iglesia que Williams dirigía en Providence se hizo bautista. Uno de
sus miembros bautizó a Williams, quien a su vez lo bautizó a él y a
los demás. Pero el propio Williams no continuó mucho tiempo en el seno
de aquella iglesia, pues sus ideas se iban haciendo cada vez más
radicales. Sus contactos con los indios, hacia quienes mostraba un
respeto inusitado entre los blancos de esa época, lo llevaron a decir
que quizá la religión de los indios era tan acepta a los ojos de Dios
como la de los cristianos, y que en todo caso los indios no tenían que
hacerse cristianos para alcanzar salvación. Esto no fue del agrado de
algunos de sus conciudadanos en Providence, y mucho menos de los
puritanos de Massachusetts y las demás colonias. Pero Williams fue más
lejos, moviéndose progresivamente hacia un espiritualismo absoluto que
lo llevó a declarar que todas las iglesias eran falsas y a interpretar
las Escrituras en un sentido puramente "espiritual".
Mientras tanto, los bautistas de Providence tenían sus propias
controversias. Algunos adoptaban el arminianismo de los "bautistas
generales", y otros optaban por el calvinismo de los "particulares".
Puesto que los arminianos insistían también en la práctica de la
imposición de manos, a base de Hebreos 6:1–2, donde se mencionan seis
"principios" de la fe cristiana, se dio en llamarles también
"bautistas de los seis principios"; y a los calvinistas, "bautistas de
los cinco principios". El movimiento bautista se extendió por todas
las colonias, aunque en varias de ellas se le persiguió.
Congregaciones enteras fueron expulsadas de Massachusetts, sin que con
ello se lograra detener el supuesto contagio, que alcanzó hasta a las
más prestigiosas personas de la comunidad, como el presidente de
Harvard. Poco a poco, según fue abriéndose paso la tolerancia
religiosa, los grupos bautistas surgieron a la superficie, y mostraron
cuánto arraigo habían logrado. Al principio, los bautistas generales
tuvieron mayor éxito. Pero al llegar el Gran Avivamiento, de que
trataremos más adelante, éste le dio gran auge al calvinismo, con el
resultado de que los bautistas particulares o de los cinco principios
sobrepasaron en mucho a los generales.


González, J. L. (2003). Historia del cristianismo: Tomo 2 (Vol. 2, pp.
363–364). Miami, FL: Editorial Unilit.

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ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com

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