lunes, 10 de noviembre de 2008

Recuerdos del primer seminario teológico, Medellín, Agosto de 2007


La Unidad Del Cuerpo

Hermano Álvaro Torres Forero

 

Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres.  1 Corintios 12: 13

 

El concepto de cuerpo es ideal para expresar cierto aspecto de la Iglesia de Dios. Una de las ideas claves del cristianismo es ver la Iglesia como un cuerpo. El apóstol Pablo lo utiliza para señalar la relación que existe dentro de la iglesia, entre los creyentes y entre la Iglesia y Dios. Este concepto viene bien en ambos sentidos horizontal y vertical.

 

1.       Cómo se forma el cuerpo.

 

Los cuerpos no se hacen, nacen, es decir son de por sí. Hay un elemento intrínseco, de la idea misma del cuerpo salen esas verdades. Somos un cuerpo.

El texto que nos sirve de de motivo de reflexión nos dice que  por un mismo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo. Este verso no hace referencia al bautismo del Espíritu sino al "bautismo -inmersión-  en el cuerpo". La palabra bautismo significa inmersión. Fuimos metidos dentro del cuerpo por el Espíritu Santo. Es decir, que la obra del Espíritu nos "sumerge en el cuerpo".   El Espíritu Santo es el bautizador, es quien nos mete en el cuerpo.

En el día de Pentecostés tres mil fueron añadidos a la iglesia, es decir, al cuerpo,luego de ser bautizados en agua, aunque no hay indicios de que fueran llenos del Espíritu Santo en cuanto se refiere a hablar en lenguas.  El trabajo del Espíritu Santo no se limita al bautismo del Espíritu Santo con la evidencia de hablar en otras lenguas.

El bautismo es la sepultura de la vieja creatura por fe. Fueron añadidos al cuerpo tres mil personas.

No todos los creyentes del Nuevo Testamento estaban llenos del Espíritu Santo, en cuanto al bautismo con la evidencia de hablar en otras lenguas. De los quinientos primeros hermanos ciento veinte estaban en pentecostés, así que trescientos ochenta no fueron a culto ese día y por consiguiente no recibieron el bautismo del Espíritu Santo ese día.

 

2.       El cuerpo y la comunión.

 

Comunión no es solo la buena convivencia, se refiere al hecho de que pertenecemos al mismo cuerpo.

Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.[1]

Usted no puede tener éxito solo.

Así que la unidad del cuerpo hace referencia a pertenecer al cuerpo de personas que han encontrado salvación.

El cuerpo de Cristo, la unidad formal, es diferente a la unidad doctrinal, unidad de la fe.

Si a usted le cortan un brazo, le amputan un miembro, ese ya no forma parte del cuerpo.

Un hermano aunque sea un bebé en la fe y diga barbaridades en cuanto a la creencia, igual es parte del cuerpo. No lo hace parte del cuerpo el estar en perfecto estado  de sus funciones.

¿Qué función tiene usted en mi crecimiento? En el cristianismo no se predica que cada cual puede ser cristiano solo, esto es un cuerpo y en él todos somos miembros los unos de los otros.

 

3.       A esta realidad se hace referencia en 1a Corintios 11

 

El que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor –sin entender que usted es parte del cuerpo de Cristo-, juicio come y bebe para sí.[2] Que a esto se refiere se deduce claramente cuando leemos los versos anteriores en los que   dice En primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo[3]. Así  que cuando se habla de la unidad del cuerpo se refiere a esta institución en primera instancia y queda implícita la advertencia contra las divisiones.

La persona que se aísla y no trabaja en armonía, o que trabajo solo pensando en su bienestar personal a expensas del bienestar con el cuerpo, no está cometiendo un pecado pequeño.

Dios se ha preparado un cuerpo y ese cuerpo somos nosotros, la Iglesia. Fuera de la iglesia no hay salvación no porque la Iglesia salve sino porque  todo salvo forma parte de la iglesia.

Uno lucha por salvar una parte del cuerpo hasta el momento en que se pone en peligro la vida, después de eso con todo el dolor del alma debe haber una amputación para salvar la vida.

 

4.       Efectos primordiales del hecho de ser un cuerpo, corporativismo.

 

El hecho de ser cuerpo de Cristo tiene unos efectos de mucha trascendencia.  No es solo decir somos un cuerpo y ya, es mucho más.

El capítulo que habla de la sujeción de la mujer nos habla de la sujeción, así que el tema es la sujeción no la sujeción de la mujer.  El tema comienza diciendo sujetaos unos a otros en el temor de Dios.

Hay una interrelación a tal grado que ninguno puede decir ¡No tengo necesidad de vosotros![4]

En primer lugar hace referencia a la relación que mantenemos con Cristo quien es la cabeza del cuerpo que es la iglesia. sino que, siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo.[5] Tenemos una relación con la cabeza. ¿Qué hace el cuerpo que no le ordene la cabeza? ¡Qué ejemplo de sujeción!  Nosotros actuamos como si fueramos buenos porque nuestra cabeza es buena.

Sujeción es una doctrina fundamental. Somos esclavos voluntarios. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerlo, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte o sea de la obediencia para justicia?[6]

Si yo me presto a Cristo entonces él me usará. Que el Dios de paz, que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.[7]Si él hace en mí lo que es agradable delante de él, ¿cómo voy a quedar mal? Quedo mal cuando hago lo que yo quiero.

Permitamos que esta relación de sujeción sea permanente, sea estable, y verá que la guerra del cristiano se reduce al mínimo.

 

En segunda instancia nos da la dimensión de vivir en función del otro Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer[8]. Y nos añade: de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor[9].

Aceptar esto disminuye nuestra arrogancia, pero también nos da una posición de importancia dentro del cuerpo. ¡Funcionamos para el crecimiento del otro!

Aceptémoslo y veremos que las cosas cambian.

de quien todo el Cuerpo recibe trabazón y cohesión por medio de toda clase de junturas que llevan la nutrición según la actividad propia de cada una de las partes, realizando así el crecimiento del cuerpo para su edificación en el amor.[10] ¿Qué quiere carne o legumbres? La nutrición no se escoge a gusto propio sino según las necesidades de cada miembro.  

Acerca de esto tenemos mucho que decir, pero es difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. Debiendo ser ya maestros después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales, que tenéis necesidad de leche y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño. El alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.

Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección, no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite.[11]

No nos la demos de creciditos que el secreto es comer de todo en las proporciones adecuadas. Uno se sorprende cómo hasta un niño lo alimenta a uno.

 

Este es uno de los misterios más grandes que de pronto no hemos tenido en cuenta pero que nos afecta profundamente. Claro, que si lo pensamos no es difícil de entender: Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado[12]. Siendo parte del cuerpo es apenas lógico que la sangre, que fluye por todo el cuerpo arrastrando las impurezas para limpiar, ejerza esa función en nosotros.   

Tenemos una dependencia total, para que la sangre nos limpie obligatoriamente tenemos que estar en el cuerpo.

 

Las hormigas tienen dos estómagos, con uno se alimentan ellas y con el otro alimentan a otras que encuentran en el camino. Ellas comen para otros. Cuando estudiamos la Biblia, lo hacemos pensando no solo en nosotros sino también en los demás. Así que nos alimentamos bien porque nos toca alimentar a otros.

 

Otra cosa que hacen las hormigas es que cuando van entrando al hormiguero algunas de encarga de limpiar a la que entra. Nosotros la ensuciamos. Cuidado con la lengua, usémosla para limpiar no para enlodar..

 

El versículo de 1 Juan 1: 7 es para los cristianos, no para los impíos. Para los impíos lo importante es la compra, la redención.

 

La Biblia dice, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Así que estamos enlazados.

 

5.       Funcionalidad del cristiano

 

Y como última, pero no menos importante, esta la característica de la funcionalidad de cada cristiano. Como miembros que somos del cuerpo cada uno tiene una función específica que debe desarrollar en beneficio propio y del cuerpo en general.

De la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.

Tenemos, pues, diferentes dones, según la gracia que nos es dada.[13]

A veces la terminología que usamos no es la mejor ni la más bíblica. Decimos ministro al que se dedica ciento por ciento al trabajo en la obra, pero el ministerio no está solo ahí. No hay creyente sin ministerio, la Biblia dice que todos somos ministros y que cada uno tiene un ministerio específico.

El ministerio no se puede compartir, es particular.

No hay creyente calienta bancas, y si así lo hubiere entonces ese es el trabajo que Dios le dio. Dejemos de hablar peyorativamente.

Alguien dijo que las amígdalas eran un rezago de la evolución, que para nada servía, que eran un apéndice. Pero eso no es verdad, no hay nada en el cuerpo que no tenga una función desde los vellos hasta las uñas, todo miembro tiene una función. El hecho que yo ignore lo que hace no quiere decir que no tenga una función.

Somos parte del cuerpo con una posición profunda de servicio.



[1] Romanos 12:4

[2] 1 Corintios 11: 29

[3] 1 Corintios 11: 18

[4] 1 Corintios 12: 21

[5] Efesios 4: 15

[6] Romanos 6: 16

[7] Hebreos 13: 20 y 21

[8] Juan 15: 5

[9] Efesios 4: 16

[10] La Biblia de Jerusalén

[11] Hebreos 5: 11 al 6: 3

[12] 1 Juan 1: 7

[13] Romanos 12: 4 al 6


 
 
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor IPUC
http://www.adonayrojasortiz.blogspot.com/
 




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