jueves, 9 de febrero de 2017

La edad de la Tierra

¿Qué edad tiene la tierra?
Capítulo 6 de la serie "Unlocking the mysteries of Genesis" www.icr.org


Alguna vez se ha preguntado ¿qué tan vieja es la tierra? ¿cuánto
tiempo lleva todo esto aquí?
El libro de Génesis contiene muchas más verdades de las que podemos
sospechar a primera vista.
En este espacio veremos lo que dice el Génesis sobre la edad de la
tierra, y veremos cómo encaja a la perfección con la evidencia
científica actual.
Cuando nos preguntamos "¿Cuántos años tiene la tierra?", nos estamos
planteando una pregunta de tipo histórico. ¿Cuál es la historia de
nuestro planeta? ¿Cuánto tiempo lleva aquí? ¿Cómo se formó? Por
desgracia no hubo ningún ser humano que atestiguara lo sucedido.
Nuestra mejor opción es revisar las pruebas y analizarlas con la
ciencia y la tecnología modernas, y sacar conclusiones basadas en los
resultados que obtengamos de dicho análisis.
Todos los científicos trabajan con la misma información o "evidencia",
las mismas pistas químicas, biológicas, y físicas. Encuentran
información en fósiles incrustados en formaciones geológicas, también
analizan los procesos que impactan a nuestra tierra, como la
sedimentación, la erosión, y los movimientos de las placas tectónicas.
Por ejemplo, los científicos saben que muchas partes de los
continentes están cubiertas de estratos geológicos, capas de rocas
apiladas una encima de la otra. También aprenden los procesos
naturales, como el índice de descomposición de las sustancias
orgánicas, como plantas y animales. Y también pueden estudiar los
registros escritos de las civilizaciones antiguas.
Estos datos están al alcance de todos. La clave está en cómo
interpretamos la información que obtenemos de ellos.
Entonces… ¿Que tan antigua es la tierra?
Revisemos la información obtenida y veamos cómo la interpretan los
científicos seculares y los científicos creacionistas.
Será como hacer una excursión a través del tiempo hasta el comienzo,
hasta la creación. ¿Cuánto tiempo hace eso? ¿Cuánto nos tomará llegar
hasta allá?
La edad de la tierra es una pregunta fundamental. Y las respuestas las
encontramos tanto en la ciencia, como en la Biblia. Y en ambos casos
la fe es un factor clave. Creer.
Echemos un vistazo a algunos métodos que usan los científicos para
calcular la edad de la tierra.
La edad es algo que no siempre se determina con exactitud, son solo
aproximaciones. Por ejemplo, sin su registro de nacimiento o el
testimonio de sus padres ¿cómo sabría usted qué edad tiene? Igual
tenemos que creer lo que uno u otro dice para poder suponer qué edad
tiene usted.
Todos los científicos comienzan con ciertas suposiciones sobre el
pasado, y luego usan la fe y esas suposiciones, junto con los datos
geológicos, físicos, y químicos para hacer algunos cálculos sobre la
edad del planeta, o, más específicamente las rocas de la tierra. A
esto se le llama Geocronología.
Ahora bien, existen diferentes formas de hacer esto, y depende de la
forma que usemos obtendremos resultados diferentes.
Los cronómetros que usan los científicos para calcular la edad de las
rocas tienen varias cosas en común. Todos toman, por fe, un proceso de
velocidad constante, como descienden a velocidad constante los granos
de arena en un reloj de arena. Usamos el reloj de arena porque
consideramos que realmente la arena siempre caerá a una velocidad
constante. Y luego, lo que se necesita es un proceso de sistema
cerrado, como el vidrio que encierra en el vacío los granos de arena
del reloj. De ese modo no hay nada externo que pueda interferir con
nuestra medición. Y, por último, los científicos tienen qué empezar
con un componente inicial del proceso que sea bien conocido, en el
ejemplo del reloj de arena, la arena misma. Sabemos con qué cantidad
de arena empezamos, así que sabemos cuanto tiempo ha pasado al ver la
cantidad que ha caído, o la que resta por caer. No es tan difícil de
entender.
Un proceso de velocidad constante.
Un proceso de sistema cerrado.
Un componente inicial del proceso que sea bien conocido.
En términos sencillos, si se sabe cuanta arena hay, y a qué velocidad
cae, y si se sabe que siempre esa velocidad será constante, entonces
podemos calcular el tiempo de caída.
Volveremos a éste punto posteriormente.
Si uno va al Gran Cañón, en Estados Unidos, puede uno sentir que le
han abierto la tierra bajo sus pies. Y eso es lo que idealmente uno
desea para poder observar, en un corte transversal de la tierra, las
marcas que ha dejado el paso del tiempo.
Los estratos que se ven en las paredes del Gran Cañón muestran las
capas de la Tierra, una sobre otra, las más nuevas están arriba y el
material que se considera más antiguo abajo. Y entre más se va
metiendo uno dentro del Gran Cañón, se va viajando hacia el pasado.
Pero ¿Cuánto tiempo tomó todo en acumularse? ¿Cuándo se formó el
primer estrato? Preguntémoselo a un experto…

JOHN BAUMGARDNER, Doctor en Geofísica:
Los científicos seculares dicen con gran seguridad que las rocas del
Gran Cañón que están en la garganta interior tienen más de mil
millones de años, y las capas sedimentarias entre 270 y 540 millones
de años. Basan sus cálculos en la descomposición de elementos
radiactivos como el Uranio, y en las mediciones de tiempo que el
Uranio tarda en descomponerse en Plomo y Helio en el laboratorio.
Estos científicos asumen que la velocidad que miden hoy en día en el
laboratorio ha sido constante desde que la tierra existe.
Sin embargo, hace como 10 años, algunos de mis colegas y yo
descubrimos evidencia contundente de que la velocidad a la que se
descompone el Uranio no ha sido siempre la misma en el pasado de la
Tierra, sino que fue mil millones de veces más alta de lo que medimos
hoy en día. Y esto tiene implicaciones profundas, significa que la
suposición básica que los científicos seculares han utilizado en los
último 100 años es errónea.
Eso también implica que las rocas del Gran Cañón no tienen cientos de
millones de años, sino solo unos cuantos miles de años.
¿Y qué hay del Carbono-14, el método que casi todos conocen?
Para empezar el C-14 se usa para fechar restos de plantas y animales
muertos, y no rocas directamente.
El Carbono está presente en todas las cosas vivas. El Carbono tiene
tres isótopos, el Carbono-12 y el Carbono-13 son estables, pero el
Carbono-14 es radiactivo. El Carbono-14 se descompone en Nitrógeno-14
con una vida media de 5730 años aproximadamente. Esto significa que la
mitad desaparece en ese tiempo.
Las plantas absorben el Carbono de la atmósfera, los animales se comen
las plantas, y así llevan a sus cuerpos el Carbono-14. Mientras el
organismo vive repone la cantidad de Carbono-14 en su cuerpo y la
proporción de Carbono-14 respecto al Carbono-12 permanece constante.
Cuando la planta o el animal mueren, el Carbono-14 que hay en sus
células se descompone de nuevo en Nitrógeno, sin ser reemplazado,
mientras que la cantidad de Carbono-12 y Carbono-13 permanecen.
La cantidad de Carbono-14 comparado con la cantidad total de Carbono
presente en un organismo nos dará una idea del tiempo estimado desde
que el organismo dejó de absorber Carbono-14. Ésta es la edad estimada
a partir de la muerte del organismo, y, de esa manera, se calcula la
edad aproximada de un espécimen.
Pero, un extraordinario descubrimiento, esta vez hecho por la
comunidad de científicos seculares, en los últimos 30 años, es que el
Carbono-14 se encuentra a menudo en niveles importantes en los fósiles
que supuestamente tienen cientos de millones de años de antigüedad.
Pero comparado con esos periodos de tiempo, el Carbono-14 es como
flores de un día. No debería haber Carbono-14 detectable en ningún ser
viviente con más de 100.000 años o una décima parte de un millón de
años.
Esto quiere decir que todos esos fósiles no tienen millones de años,
sino solo miles, y todas las capas de roca que acumulan sedimentos
tienen apenas miles de años, y no millones, incluyendo todas estas
rocas que vemos en el Gran Cañón.
Todo eso quiere decir que el Gran Cañón casi con certeza tiene que ser
el producto del diluvio que se narra en el Génesis, hace unos cuantos
miles de años.

Las fechas que los científicos seculares dan a las rocas dependen de
una cosa, el uniformismo. Pero ¿Todo ha ocurrido siempre a una
velocidad constante? ¿La arena ha caído siempre a una velocidad
constante? Como el segundero de un reloj, que camina siempre a
velocidad constante, o ¿a veces se avanzó más rápido? Si no ha sido
constante, bueno, eso es un enorme problema para el uniformismo.
Los científicos han descubierto tejido blando y ADN en fósiles. Pero
sabemos que el tejido blando y el ADN se degradan pocas horas después
de la muerte, y con toda seguridad después de años y siglos. Entonces
¿por qué se encuentran aún en fósiles que tienen supuestamente
millones de años?
Tranquilos, llegaremos al fondo de este asunto.
Para encontrar algunas respuestas, adentrémonos más en el Gran Cañón,
más cerca del inicio.
La teoría dominante es que el río Colorado esculpió al Gran Cañón
durante millones de años.
Pero revisemos otras hipótesis. ¿Y si esto no ocurrió durante millones
de años? ¿Y si esos estratos se formaron de repente,
catastróficamente? Como cuando entra en erupción un volcán.

JOHN BAUMGARDNER, Doctor en Geofísica:
La idea de que las capas de sedimento se pueden formar rápido se
documentó de manera dramática en 1980 cuando el Monte Santa Helena
hizo erupción.
La erupción inicial fue una explosión de vapor dirigida
horizontalmente con la fuerza de veinte bombas de un Megatón, que
acabó en segundos, con 596 kilómetros cuadrados de un exuberante
bosque de coníferas.
Después de eso, fueron nueve horas de erupción, en su mayoría ceniza
vertical impulsada por el vapor, y en gran parte cayó de manera
vertical sobre el suelo, lo que produjo como resultado un flujo
piroclástico horizontal de ceniza volcánica caliente que fluía
aproximadamente a 150 Km/h.
Este material formó capas ordenadas de material, capas de sedimento,
algunas de solo un milímetro de espesor, y había también algunas de
decenas de metros, y cientos de metros de espesor de ese material.
Ahí se demostró claramente lo rápido que se pueden formar capas
ordenadas de sedimento. Es más, una simple colada después de la
erupción dio como resultado la formación de un cañón, un cañón a una
escala 1 a 40 más pequeño que el Gran Cañón, se formó en solo una
tarde con estos desechos que formaron las capas. Así que demostró
también que los cañones se pueden formar muy rápido, en cuestión de
horas.

Así que hay fallas en los métodos que usan los científicos seculares
para calcular la edad de las cosas. Si visitan casi cualquier museo de
historia natural en el mundo, les dirán que los fósiles de dinosaurios
tienen decenas de millones de años, pero ¿cómo pueden ellos estar
seguros de eso?

JAKE HEBERT, Doctor en Física:
Y la contradicción sin embargo es que tenemos estas muestras: carbón,
madera, incluso huesos de dinosaurios, que se suponían que tenían
decenas o incluso cientos de millones de años, pero aún se detecta
Carbono-14 en ellos. Y no debería ser así, si es verdad que tienen el
tiempo que suponen que tienen.
Y creemos que es un ejemplo de que una de las suposiciones clave del
método está equivocada, la suposición de que la velocidad de
descomposición de la materia orgánica ha sido constante. Porque si
suponemos que la velocidad de descomposición fue constante a lo largo
de la historia de la Tierra, obtendrán millones y miles de millones de
años para esas fechas.
Pero esa mera suposición conduce a una contradicción. Si la velocidad
de descomposición fue constante a lo largo de la historia, entonces
esos fósiles sí tienen millones de años y no deberían tener
Carbono-14, o cuando menos, que no pudiéramos detectarlo, pero ahí
está. Y eso nos indica, creemos, que el método usado tiene un
problema.
Otro indicativo de que hay algo mal con el método tiene que ver con
estos pequeños cristales, llamados circonios, que encontramos en el
granito. Y en los circonio hay Uranio-238, que es radiactivo. Y pasa
por este proceso de muchos pasos en el que finalmente el Uranio-238 se
transforma en Plomo, en un isótopo particular de Plomo.
Entonces, si miran, por ejemplo, la cantidad de Plomo en los
circonios, se puede deducir cuántos años de descomposición han pasado,
midiendo a las velocidades actuales de descomposición. Aproximadamente
mil quinientos millones de años.
Así que, si revisan el Plomo de los circonios, llegarían a la
conclusión de que tiene mil quinientos años.
Pero existe otra descomposición que tiene lugar en este proceso, y es
el Helio. Cuando el Uranio se convierte en Plomo, se producen núcleos
de Helio, básicamente átomos de Helio sin los electrones. Y, con el
tiempo, en el proceso, recibirán un par de electrones y se convertirán
en átomos completos de Helio.
Bueno, éstos átomos de Helio no reaccionan muy bien con otras
sustancias, y es fácil que se escurran de los circonios. Si éstos
circonios realmente fueran de hace mil quinientos millones de años,
¿por qué seguimos viendo grandes cantidades de Helio en esos
circonios? porque si realmente tuvieran mil quinientos millones de
años, gran parte del Helio se habría filtrado. Así que aquí hay otra
gran contradicción, y todo eso cuestiona el método usado. No es
exacto.
Hay dos productos de la descomposición, hay Plomo, hay Helio, que le
dan dos edades diferentes a los circonios.
Midiendo sólo la difusión de Helio, nos dará que el circonio no tiene
más que 6000 años aproximadamente, mientras que usando la constante
nuclear de descomposición la edad de ese mismo circonio sería de 1.500
millones de años. La diferencia es abrumadora.
¿Cómo resolvemos esa paradoja?
Bueno, una manera de resolverla seria reconocer que la velocidad de
descomposición no siempre ha sido la misma, cambió en el pasado.

Por los tipos de rocas y fósiles encontrados en estas capas, los
expertos pensaban que el Gran Cañón tardó millones de años en
formarse. Hoy algunos llegan a creer en una teoría de formación
catastrófica que dice que todo sucedió muy rápido, con violencia, como
consecuencia por ejemplo de un diluvio global.
Estamos llegando al fondo de este misterio, y la respuesta está bajo
nuestros pies y se extiende por miles de kilómetros cuadrados…

JOHN BAUMGARDNER, Doctor en Geofísica.:
La capa de sedimento horizontal más baja que se halla en el Gran
Cañón, se conoce como la arenisca de Tapeats. Desde el borde sur puede
seguirse esta capa de un horizonte hasta el otro. Sucede no sólo aquí
en el Gran Cañón, ésta capa de arenisca Tapeats, y sus equivalentes,
abarcan la mayor parte de Norteamérica.
El límite erosivo que está justo debajo de la arenisca Tapeats se
conoce comúnmente como "La Gran Discordancia". Es una discontinuidad
erosiva biselada en la roca que está debajo antes de que se asentara
la arenisca Tapeats. Justo sobre ese límite, en la parte más baja de
la arenisca Tapeats, encontramos peñas grandes, hay una de 4.5 metros
de diámetro y 200 toneladas de peso, en la parte más baja de la
arenisca Tapeats.
Nos deja atónitos pensar en un proceso de agua, agua en movimiento,
capaz de despedazar peñas de ese tamaño. Hacerlas rodar redondeando
sus bordes y depositarlas en una gran capa de peñas inmensas. Y además
hacerlo por lo largo y ancho de todo el continente norteamericano.
Esto conlleva a los científicos de la creación, como yo, a la
conclusión de que esto debe marcar el inicio del diluvio del Génesis.

Las evidencias sugieren que los diferentes estratos pudieron formarse
en un periodo de tiempo mucho más corto del que pensamos.
Si la velocidad de descomposición en la tierra no era constante, y si
estos estratos no se formaron lentamente durante millones de años,
entonces las suposiciones que hemos utilizado tradicionalmente para el
cálculo de las edades no son para nada confiables. Y eso significa que
nuestro planeta es mucho más joven de lo que los científicos seculares
dicen que es.
Recordemos lo que dice la Biblia:
porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y
todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por
tanto, Jehová bendijo el sábado y lo santificó.(Ex 20:11).
Guardarán, pues, el sábado los hijos de Israel, celebrándolo a lo
largo de sus generaciones como un pacto perpetuo. Para siempre será
una señal entre mí y los hijos de Israel, porque en seis días hizo
Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y descansó»
(Ex 31:16–17).

¿Qué es un día? ¿No puede Dios definir "día" como él quiera? ¿Un día
puede ser un día, o un día puede ser un millón de años?
La Biblia deja algunas pistas en las que podemos ver la definición que
Dios le da a "día":
Vio Dios que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas. Llamó
a la luz «Día», y a las tinieblas llamó «Noche». Y fue la tarde y la
mañana del primer día. (Ge 1:4–5)
El día está compuesto por tarde y mañana, un periodo de luz, y un
periodo de noche.

También podemos retroceder, para determinar una edad aproximada de la
tierra, usando los hechos históricos descritos en el libro de Génesis,
y saber cómo nos volvimos una civilización, de dónde surgieron tantas
naciones.
Pero ya eso es tema de capítulos próximos…
En ellos veremos que la arqueología moderna combinada con la historia
coincide con los relatos bíblicos.
Sabemos por evidencia histórica dónde estaban las naciones, así que
ahora la Biblia se vuelve nuestro libro de historia, nuestro reloj de
la tierra.
También exploraremos la pregunta del "día" desde una perspectiva
astronómica, y veremos cómo la luz proveniente de lejanas estrellas
respalda la teoría de un universo joven.

Quizás muchos de ustedes se pregunten ¿por qué necesito saberlo? ¿qué
importancia tiene si la tierra se creó hace miles de millones de años
o solo miles? ¿por qué es importante el tiempo?
Es importante por esto:
Si la Biblia se equivoca o engaña sobre el tiempo en sus primeros
capítulos, ¿qué más en ella es incorrecto?
Si Dios era metafórico al principio, ¿entonces cómo sabemos dónde la
Biblia dice la verdad, y dónde no? ¿Tenemos que elegir qué partes de
la Biblia creer y cuales no? ¿Es solo literatura? ¿Cómo sabemos que la
creación sucedió como dice la Biblia?
Si todo es suerte, al azar, si la vida fuera como una mera y feliz
coincidencia, casualidad, entonces las Escrituras no tienen un
significado relevante.
Pero basta mirar alrededor nada de lo que vemos da muestras de ser
solo resultado del caos. Dios no es creador del caos, sino de la paz.

Traducido de la serie "Desentrañando los misterios del Génesis" (serie
de doce episodios) www.icr.org

Gracia y Paz!


--
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor IPUC
http://adonayrojasortiz.blogspot.com

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