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¿Líderes o Patrones? – Dr José Rivera

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La célula es la estructura más pequeña capaz de realizar por si misma tres funciones vitales en el organismo: nutrición, relación y reproducción. Todos los organismos vivos están formados por células. El sistema inmunológico libra diariamente una batalla contra los patógenos antes que estos estén fuera de control. El apóstol Pablo en su primera carta a los corintios desarrolla el tema de la unidad del cuerpo spiritual: "el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos" y añade: "Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? (1 Cor.12:14,17). Luego plantea la sucesión de ministerio en la Iglesia como cuerpo de Cristo: "Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que administran, los que tiene don de lenguas ¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros? (1 Cor.12:28). "Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo como él quiso". (v.18)

Lamentablemente, en muchos casos, los llamados a servir se convierten en "señores" y en lugar de nutrir, relacionar y multiplicar; se convierten en obstáculo para el desarrollo saludable del cuerpo. La crisis de identidad provoca disparidad, contienda y separación. Estos son los impedimentos para el crecimiento de la iglesia. Son los que asumen el sacerdocio al estilo de Saúl en ausencia del mismo. En lugar de orar y colaborar con los pastores, viven al asecho para ver cómo los pueden destituir. No ven en los pastores a hombres de Dios, sino empleados de la Iglesia y por ende de ellos. Los celos mal fundados, el personalismo y la ausencia de verdadera espiritualidad provoca situaciones críticas que degeneran en crisis. El apóstol Pablo llamó a los líderes co-adjutores, colaboradores; gente llamada a servir como facilitadores. ¡Qué lejos están muchos de los llamados líderes de hoy en nuestras congregaciones!

Evidentemente tenemos crisis de liderazgo porque tenemos muchos patrones; los que confundidos se sienten dueños de la iglesia. Estos son los causantes de angustia, decepción y deserción tanto de buenas familias como pastores decepcionados con su trabajo. El apóstol Pablo luchó con Alejandro y el apóstol Juan escribe" "Yo he escrito a la iglesia; pero Diotrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe" (3 Juan,9). Moisés luchó con los celos de sus hermanos y con la incomprensión de la gente a quienes había sido llamado a servir. Un cuerpo saludable es un cuerpo funcional, el enfermo es una tragedia. Si Dios le ha llamado a servir, hágalo con solicitud; pídale a Dios que lo haga un canal, no una piedra. Haga su parte y deje a los demás hacer la suya. Considere, respete y apoye al pastor aún cuando usted no comparta su visión. No sea contrapeso, más bien ayude a hacer más liviana la carga. Si no puede apoyar la persona que Dios llamó a ser pastor, échese a un lado y guarde silencio. Ya Dios se encargará de cambiarlo si es necesario, sino es usted quien necesita cambiar. Así como el cuerpo físico necesita alimentación, cuidado y amor; la iglesia, cuerpo de Cristo, necesita de lo mismo. Con el fin de ayudar al crecimiento, Dios ha puesto líderes en la iglesia, no para contender, sino para complementar el organismo. Examinemos el funcionamiento de nuestro liderazgo para ver dónde estamos fallando y estemos prestos para hacer los ajustes necesarios para un funcionamiento saludable.