martes, 4 de noviembre de 2014

ibid

Claramente, no todos los que afirman conocer al Señor realmente lo conocen. Aquellos que de veras «son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos» (Gálatas 5.24). En lugar de cami- nar en la carne, ahora «andemos también por el Espíritu» (v. 25) y los caracteriza un deseo creciente de obedecer la palabra de Dios. Como dijo Jesús a las multitudes en Juan 8.31: «Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos».19 Después de todo, «cada árbol se conoce por su fruto» (Lucas 6.44) y la conversión genuina siempre está marcada por el fruto de arrepentimiento y el fru- to del Espíritu.20 La obediencia amorosa es la evidencia definitiva de salvación, de manera que ambas están inseparablemente ligadas; como explica el escritor de Hebreos: «Vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen» (5.9).21 

19. Cp. Juan 6.66–69; Mateo 24.13; Colosenses 1.22–23; 1 Timoteo 4.16; Hebreos 3.14; 10.38–39; 1 Juan 2.19.

  1. Lucas 3.8; Gálatas 5.22–23.

  2. Cp. Juan 3.36; Romanos 1.5; 6.16; 15.18; 16.19, 26; 1 Pedro 1.2, 22. 


(Por favor me confirma si lee este correo electrónico)

Muchas gracias.

Paz de Cristo!



ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor




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Generalidades de la Escatología Bíblica

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