lunes, 3 de noviembre de 2014

Fwd: Falsas creencias en relación al abuso infantil II | Boletin Nº 10 | Octubre 2014



Boletín nº 10 | Octubre 2014

 

Falsas creencias en relación al abuso infantil II

- Creer que el abuso se da únicamente en ámbitos sociales vulnerables.
La prevalencia e incidencia del abuso sexual infantil no se relaciona con la posición socioeconómica sino con dinámicas familiares disfuncionales; por tanto, puede darse en cualquier estrato social considerado. Habitualmente un rol despótico, dominante y coercitivo de uno de los progenitores es el caldo de cultivo que permitirá el incesto. Muchas veces la coerción ejercida sobre la víctima no es física, pero sí psicológica, social o económica, con miras a lograr su objetivo (perpetrar el abuso) o mantener una situación de abuso a lo largo del tiempo (desde regalos, valoración pública, recompensa, chantaje, hasta argumentos e ideas que se imponen sobre el resto de la familia para hacer prevalecer sus deseos). En las clases sociales altas los perpetradores tienen un sentimiento de impunidad casi omnipotente que maximiza la vulnerabilidad de la víctima. Todas estas armas las utiliza con el fin de amedrentarla y someterla; a la vez que la amenaza con la humillación pública en caso de que se atreva a hablar.

- Creer que sólo las niñas son víctimas.
Del 30 al 40% del total de las víctimas corresponden al sexo masculino; por ende se impone la prevención en ambos sexos y la eliminación del mito de que los varones sabrán o podrán defenderse. Así como se reconocen muchas víctimas del sexo masculino, también es cierto que muchos no hablarán respecto del abuso ni denunciarán al agresor porque creen que deberían haberse defendido. El reconocerse como víctimas los despoja de la 'supuesta hombría' que deberían haber manifestado. A la estigmatización por el abuso, en caso de ser hombre, se suma el temor a ser considerado homosexual.

- Creer que los niños abusados son retrasados o 'raros'.
Si bien es cierto que los niños con deficiencias mentales, motoras o sensoriales suelen ser más vulnerables, el hecho de ser víctima de abuso no significa que la persona sufra de retraso o sea considerada tonta. Muchas víctimas soportan en silencio el abuso por miedo a que otros las tilden de 'tontas, retrasadas o raras'. Presuponer que una persona por ser introvertida o callada va a ser víctima de abuso es no entender la complejidad del tema. Algunas víctimas pueden ser personas extrovertidas y aparentemente seguras de sí mismas, en cuyo caso intentarán ocultar el abuso. No manifestarán signos 'visibles y esperables' en el tiempo de la niñez, tales como disminución del rendimiento escolar, aislamiento, ataques de furia, etc., pero eso no significa que no exista el trauma. En la vida adulta, estas personas se caracterizan por una muy baja autoestima a pesar de su gran inteligencia y por una gran inseguridad a pesar de buenos niveles de desempeño en sus trabajos o carreras.

- Creer que los niños/as se olvidarán.
Si bien es cierto que las heridas físicas que se hayan producido por el abuso sexual sanarán, las heridas psicológicas persistirán por mucho tiempo, incluso de por vida. No debemos pretender que los niños/as simplemente 'olviden' lo ocurrido. El objetivo de la ayuda que se brinda es para que la víctima supere las manifestaciones asociadas al abuso, pueda cerrar ese capítulo de la vida y continuar con la construcción de su propio futuro.

- Creer que no tendrán secuelas.
Este mito afecta a todas las personas. Los abusadores dicen que a los niños les gusta ser abusados. Los desinformados familiares suelen pensar que si fue en un contexto de 'cariño o caricias' no se originarán consecuencias. Lo real es lo contrario. La inmensa mayoría de las víctimas (más del 80% de ellas) tendrán efectos negativos en diversas etapas de la vida.
Un elemento importante que genera consecuencias negativas en las víctimas es la conducta ambivalente de los abusadores. Por momentos son buenos y amables con los niños y los tratan bien (esto implica desde comprarles una golosina hasta llevarlos a Disneylandia), pero por momentos son oscos, los tratan ofensivamente, los denigran, amedrentan y les echan la culpa por todo. Esto crea una confusión en los sentimientos de los niños/as que persiste por años. Este uso de la paradoja los entrampa. Una paradoja se constituye cuando se dan dos mensajes contradictorios al mismo tiempo: 'Te hago esto porque te quiero', 'sufres un rato por el amor que me tienes', 'soy tan bueno contigo que no puedes negarte', 'nadie más te va a amar', 'eres mía/o', 'nuestro amor es especial', etc. Esta forma de actuar magnifica las consecuencias emocionales negativas sobre las víctimas, ya que les roba la capacidad de defensa, las deja perplejas y atrapadas. Al carecer de una madurez suficiente que les permita discriminar las conductas saludables de las que no lo son, las víctimas o terminan naturalizando el abuso o asumen que es parte de la enseñanza que ese adulto les da, porque en realidad las quiere mucho. Este entrampa-miento es el generador de ira, furia e intenso enojo que experimentan las víctimas muchos años después de sucedido el hecho y que llega a ser muy superior al que sintieron en el momento del abuso.

- Creer que es patrimonio exclusivo de la familia y que nadie tiene que entrometerse.
De este modo se niega ayuda a los niños/as víctimas de abuso y so pretexto de respetar la privacidad se participa como cómplice del abusador. Muchos líderes actúan bajo esta premisa, primero quieren asegurarse de que todo sea real y se colocan en el rol de investigadores y jueces. Cierta vez un pastor dijo que buscaría todas las pruebas del caso y vería si era mejor que la justicia interviniera o si él solucionaría el 'problema'. No se puede tener tal grado de soberbia, ni amar la propia comodidad a punto tal de dejar a un menor en manos de potenciales abusadores. Recuerde, se denuncia la presunción del delito, no debe intentar probarse nada, para eso está la justicia.

- Creer que todo será gris y que la víctima nunca podrá superar el trauma.
Muchos padres creen que si su hijo/a fue víctima de abuso quedará irremediablemente lesionado o 'marcado' de por vida. Es muy importante eliminar esta idea. Es una mentira satánica creer que no existe futuro. Si bien es cierto que, al igual que en cualquier otra situación límite, será necesario trabajar para la superación del trauma, también es cierto que hay que tener la firme convicción de que el día de la sanidad total llegará. Quizás alguien piense que ya es demasiado tarde y que la restauración es muy difícil. Entonces no conoce a Dios. El Dios de la Biblia lo puede todo. Su propósito se cumplirá. Nada ni nadie podrá abortar el futuro glorioso que Él tiene, aunque eso sea tan doloroso como un abuso sexual.

        

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