martes, 13 de enero de 2015

Sí fui a cine-

 El caso es mi caso después de llegar a la iglesia pentecostal con algunas variantes. 

Nosotros criamos a nuestros hijos sin cine y televisión (claro que tengo que reconocer que de mi parte fue más la imposición), sólo hasta que llegamos a Miami, después de 3 y medio año de estar aquí en la USA, y con la condición que yo era quien determinaba que ver y que no ver; ya después se levantó la restricción.  Siempre que podía criticaba cada escena que no me parecía, me volvía cansona, lo acepto pues les hacia perder la emoción del desenlace.

No creo que se perdieran gran cosa durante todos esos años de formación (ese es mi criterio), además  que para mi como mamá, representaba un reto mantenerlos entretenidos, fortaleciendo el vínculo familiar y de amigos cercanos, vínculos que hasta hoy siguen vigentes y fuertes a pesar de la distancia. 

Yo fui criada en un lugar donde "si íbamos a cine" y aunque el fundamento de crianza fue bíblico,  total hacíamos libremente lo que nos complacía, había un poco de temor a Dios en mi generación de jóvenes  no obstante las salas de cine no fueron propiamente utilizadas para ver cine. El lugar se prestaba para muchas "ocurrencias". Por no decir lo que quiero decir de otros y las propias. "Yo era matada por ir a cine"

Así que el que lo defiende como el que lo censura debe estar bien centrado en argumentos que validen o invaliden el uso del cine, (sea que se vea en casa o en teatros) y que por el contrario enriquezca y no empobrezca el caminar de quien se proclame seguidor de Jesucristo. 

No se quien argumentó en tiempos que se usaban los teatros Romanos en los primeros siglos: "Admiramos la construcción y nos enorgullecemos de ellas pero el uso que le dais no lo aprobamos" estoy acomodando mis propias palabras pero esa era la idea. 

Minimizar las oportunidades para el mal creo que es una buena estrategia pero sin la argumentación apropiada se crea una grieta que lo tomará como ventaja "lo adversario a lo bueno, decente y a lo de buen nombre". 

Estoy convencida que se trata de lo mismo, con todo aquello que nosotros calificamos como pecado sin el pronunciamiento concreto de Aquel  a quien ofende el mal y hace víctima a sus criaturas. 

Así que como verás todavía me resisto a la idea del cine pero no del IMAX, esa proyección en Tres dimensiones, familiar y supervisada con temas documentales. Las películas se ven en casa, analizándolas y evaluando su contenido entre familia para enriquecer el intelecto y porque no, para crecimiento en la experiencia espiritual, madurez y buen juicio.

Otro dato importante es utilizar ciertos recursos que hoy disponemos de censura y crítica de web cristianos, personas que se dedican a calificar según nuestros criterios bíblicos dichas películas. http://conectados.pluggedin.com/movies.aspx y de temas musicales.

Lo que se analiza son:

Los elementos positivos
Contenido espiritual
Contenido sexual
Contenido violentó
Lenguaje vulgar
Contenido de alcohol y drogas
Otros elementos negativos a considerar
Las conclusiones

Opino que como todo en la vida, la falta de un camino expedito a la comunicación y análisis de temas "tabú" será el desfiladero a la confusión y perdición.



En mi sencilla opinión
Hermana y amiga
Milena Bryan



(Por favor me confirma si lee este correo electrónico)

Muchas gracias.

Paz de Cristo!



ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor






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ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor

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