Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana Baltimore, MD. Martes 12 de Noviembre de 2019
EN PÚBLICO
Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público. (Mt 6:6).
Sin lugar a dudas, el Señor nos recompensará.
Cuando lo que realmente estamos buscando es que Dios, no los hombres, escuche nuestra oración, entonces obtendremos la recompensa que solo Él puede dar. Puede ser que alguien que ore para ser oído por los hombres reciba de ellos alguna alabanza por su elocuente oración, así que recibirán la recompensa del mundo, pero cuando oramos en secreto, con sinceridad y humildad, para ser oídos por Dios, es de Él de quien recibiremos la recompensa. Esa es la confianza que tenemos, que nuestro Dios es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos. Nada puede reemplazar el tiempo que le dedicamos a la oración personal, íntima, privada, porque es allí donde echamos nuestra ansiedad sobre nuestro poderoso Dios sabiendo que nos responderá conforme a su querer.
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Miércoles 7 PM
Domingos 8 AM
https://www.facebook.com/pentecostalesdebaltimore/
pentecostalesdebaltimore@gmail.com
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Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público. (Mt 6:6).
Sin lugar a dudas, el Señor nos recompensará.
Cuando lo que realmente estamos buscando es que Dios, no los hombres, escuche nuestra oración, entonces obtendremos la recompensa que solo Él puede dar. Puede ser que alguien que ore para ser oído por los hombres reciba de ellos alguna alabanza por su elocuente oración, así que recibirán la recompensa del mundo, pero cuando oramos en secreto, con sinceridad y humildad, para ser oídos por Dios, es de Él de quien recibiremos la recompensa. Esa es la confianza que tenemos, que nuestro Dios es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos. Nada puede reemplazar el tiempo que le dedicamos a la oración personal, íntima, privada, porque es allí donde echamos nuestra ansiedad sobre nuestro poderoso Dios sabiendo que nos responderá conforme a su querer.
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
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