martes, 1 de diciembre de 2015

Billy Cole 10 - Aparece Wynn Stairs en el relato

Empecé a hablar con mi esposa sobre la ida a Tailandia. En ese momento me desempeñaba como pastor en Spencer, Virginia Occidental y como líder de jóvenes en el distrito. A ella no le sonaba la idea de irse a otro lugar. De hecho ella se mostraba muy opuesta a cualquier cambio. Vivíamos en una casa pequeña, pero muy agradable. Había sido comprada por la iglesia y era de su propiedad. Como contábamos con esa casa pastoral, mi esposa no estaba interesada ni poquito en ir a la obra misionera. Brenda tenía tan solo cuatro o cinco años de edad. Cada vez que yo hablaba del traslado al campo misionero, ella se enfermaba bastante. Probablemente, se trataba de sus nervios. En una ocasión, se enfermó tanto que estuvo 10 días sin salir de su cama. La sola mención de Tailandia hacía que ella se preocupara demasiado.

Por aquella época, el rey y la reina de Tailandia, vinieron de visita a Norteamérica y los medios les dieron un gran despliegue. Los estadounidenses realmente se encariñaron con ellos. Ella era muy bonita, tanto que había sido señorita Tailandia. Su esposo había nacido en los Estados Unidos, pues su padre estudiaba en la Universidad de Yale cuando él nació. Así que ellos causaron un impacto muy positivo en este país. Sus fotografías aparecían por doquier, en toda clase de revistas. Debido a mi interés en Tailandia, mi padre me había traído tres o cuatro revistas en las que aparecían fotos de Tailandia. Me abstuve de pedirle a la hermana Cole que las leyera. Simplemente, las puse cerca de la cama y las dejé allí.

Días después, Shirley salió corriendo del cuarto hacia la sala, donde yo estaba sentado; se puso en el suelo y abrazó mis tobillos, y dijo: "Estoy lista para ir a Tailandia".

Yo le dije: "¿Qué te pasa, Shirley, qué ha ocurrido?".

Ella me mostró una de las fotografías que aparecían en una revista. Allí salían cuatro hombres tailandeses. Ella me relató: "Yo tenía tan solo nueve años cuando recibí el Espíritu Santo. Cuando llegué a mi casa esa noche, me arrodillé al lado de mi cama y oré, 'Dios, si alguna vez he de dejarte, permíteme morir esta noche'. De pronto, tuve una visión de cuatro hombres. Y aquí en la fotografía de esta revista están los cuatro hombres que vi en aquella visión".

Supe que Dios había abierto una puerta más. Empezamos a hacer los preparativos para el viaje. Nos reunimos con los directivos de Misiones Extranjeras. El hermano Wynn Stairs era entonces el director de Misiones Extranjeras. Él tenía una política estricta: siempre rechazaba, por lo menos tres veces, a todo aspirante a misionero.

Su propósito era comprobar si lograba desanimar al potencial misionero para desistir de ir. Si lograba su objetivo, entonces la persona no debía ir ya que ser misionero era una labor dura y difícil. En aquella época el sostenimiento era muy, muy escaso. Los misioneros en aquellos días vivían por debajo del nivel de pobreza. No existían ninguna de las prebendas con que se cuenta hoy.

Stairs nos rechazó de inmediato. Yo hacía parte de la directiva distrital de jóvenes (era el líder distrital de los jóvenes en ese momento). Un día, estando en una de las reuniones de la directiva juvenil, en una asamblea general, me sacaron de la reunión para que me presentara de nuevo ante la directiva de Misiones Extranjeras. Habían tomado la decisión de enviarme.

El hermano Stairs me dijo: "Debió sorprenderle mucho que lo llamáramos de nuevo. Debe ser que has pasado orando bastante". Yo le contesté: "No. No he estado orando para nada. Yo oré antes de venir". Al hermano Stairs le gustó mi respuesta.

--

No hay comentarios:

Generalidades de la Escatología Bíblica

NO DEJE DE LEERLO