viernes, 5 de agosto de 2016

JOB

Job, Libro de (איוב, 'ywb). La historia de un hombre justo que sufre inmerecidamente, aparentemente como resultado de una apuesta celestial entre Dios y "el Satanás". Job discute el tema de la recompensa y el castigo con cuatro amigos y finalmente Dios lo reivindica.

Bosquejo

(Job 1:1–2:13)-Prólogo

(Job 3:1–26)-Lamento de apertura de Job

(Job 4:1–14:22)-Primera ronda de discursos con los amigos

(Job 15:1–21:14)-Segunda ronda de discursos con los amigos

(Job 22:1–27:23)-Tercera ronda de discursos con los amigos

(Job 28:1–28)-Himno a la sabiduría

(Job 29:1–31:40)-Lamento de cierre de Job

(Job 32:1–37:24)-Los discursos de Eliú, el cuarto amigo

(Job 38:1–40:2)-Primer discurso de Dios

(Job 40:3–5)-Primera respuesta de Job

(Job 40:6–41:34)-Segundo discurso de Dios

(Job 42:1–6)-Segunda respuesta de Job

(Job 42:7–17)-Epílogo

Contenido

El prólogo y el epílogo en prosa que narran la historia de la calamidad sufrida por Job y su restauración final conforman el marco del libro. El diálogo poético entre Job y sus amigos contiene temas teológicos profundos. Este diálogo culmina con discursos de Dios mismo.

Los dos géneros contenidos en el libro de Job—la prosa y el diálogo poético—probablemente provengan de diferentes autores y períodos de tiempo. Esto se ha sostenido de esta manera desde que las investigaciones en el siglo XIX (Davidson, Job, 1884) desafiaron la idea tradicional, de que el libro había sido escrito por Moisés.

Prólogo y epílogo en prosa. El marco en prosa narra la historia de Job, la cual se sitúa en tiempos patriarcales cuando la riqueza se medía en camellos y asnas. Job era "perfecto y recto" (Job 1:1), temía a Dios y era piadoso. El "prólogo" describe a los hijos de Job—siete hijos y tres hijas—y a su costumbre de hacer fiestas regularmente. También describe la práctica de Job de hacer sacrificios a favor de ellos, y por él mismo, por si acaso hubieran cometido pecado. La escena comienza en la tierra (Job 1:1–5) pero luego pasa rápidamente al cielo y al concilio celestial sobre el que preside Dios.

En la escena celestial, "el Satanás" (con el artículo definido, un precursor del personaje posterior) se describe como alguien que viene de recorrer la tierra. Surge la pregunta sobre si la devoción de Job a Dios es desinteresada o si el verdadero motivo es el deseo de prosperidad. Job es un caso de prueba para este planteo, porque Dios lo presenta como un ejemplo de auténtica devoción. Después que el Satanás cuestiona si la devoción de Job es realmente desinteresada, Dios le permite despojar a Job de todas sus posesiones para ver cómo reacciona.

Cuando pierde toda su riqueza y a sus valiosos hijos (la casa se derrumba sobre ellos mientras están festejando) Job rasga su manto y se lamenta, pero no le da la espalda a Dios. Entonces es sometido a otra prueba en la segunda ronda del debate celestial; el Satanás sugiere que si Job sufre aflicción en el cuerpo y se enferma, maldecirá a Dios. Nuevamente la respuesta de Job es piadosa: "¿Recibiremos de Dios el bien y el mal no lo recibiremos?" (Job 2:10). Su esposa, cuyo nombre no se menciona, lo provoca diciéndole: "[M]aldice a Dios y muérete" (Job 2:9), pero Job no hace tal cosa. Más bien se sienta sufriendo en silencio sobre un montón de ceniza, rascándose las heridas supurantes que han brotado en todo su cuerpo (Job 2:7–8).

La sección de prosa termina con tres amigos que llegan para consolar a Job. Se sientan con él en silencio durante una semana. Pero luego comienza el diálogo poético entre Job y estos tres amigos y continúa durante más de treinta capítulos. Al final del libro, vuelve la prosa en un "epílogo" en el que Dios reprende a los amigos "porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job" (Job 42:7). Job entonces intercede por ellos haciendo un sacrificio. Sus bienes le son devueltos dos veces más de lo que tenía. Recibe una nueva familia—tres hermosas hijas llamadas Jemima, Cesia y Keren-hapuc. También un gran patrimonio junto a sus siete nuevos hijos. Se dice de Job que vivió una vida larga y fructífera por la longevidad y progenie otorgados al final.

Diálogo poético. El material poético constituye el grueso del libro, y consiste de los lamentos de Job (Job 3, 29–31) y del diálogo con sus amigos (Job 4–27). Un himno a la sabiduría (Job 28) y los discursos del cuarto amigo, Eliú, (Job 32–37) se consideran agregados posteriores al texto principal. Este esquema era ampliamente aceptado entre los estudiosos del siglo XX, algunos estudiosos veían tres etapas en el desarrollo de todo el libro surgidos del mismo autor (Snaith, The Book of Job) mientras que otros ponían el énfasis en el papel de los compiladores posteriores a quienes adjudicaban lo inconexo del libro. (Maag, Hiob: Wandlung und Verarbeitung). Los discursos de Dios desde el torbellino constituyen el punto culminante del libro (Job 38–41).

En el diálogo, Job y sus amigos debaten la naturaleza de la justicia retributiva: ¿Es siempre cierto que Dios recompensa a los rectos y castiga a los malvados? Los amigos de Job,—Elifaz, Bildad y Zofar—sostienen que ese principio se cumple siempre, incluso cuando lo opuesto parezca ser lo real. Job afirma que su experiencia de haber perdido todo lo ha llevado a cuestionar ese principio. Para él, Dios se ha convertido en un enemigo más que en un amigo. Esto se refleja en sus sentimientos de protesta a lo largo de sus discursos.

Hay tres rondas de discursos entre Job y sus amigos. Ambas partes presentan sus argumentos. En la tercera ronda, los discursos de los amigos se hacen bastante más cortos, y luego el tercer amigo se ausenta sorpresivamente. El tercer ciclo parece dislocado, Job se contradice, Bildad hace un discurso muy corto y Zofar no está representado. Esto ha llevado a diversas reconstrucciones (ver Gordis, Book of Job). Puede haber sido por errores posteriores de los escribas (Hermisson, "Notizen zu Hiob").

Esta sección está seguida por el himno a la sabiduría, que puede haber tenido un origen separado como pieza litúrgica en la alabanza de la sabiduría; tal vez una pausa al final del diálogo (Westermann, Structure of the Book of Job). El himno a la sabiduría podría pertenecer a Job o a alguno de sus amigos. O puede haber sido una pieza separada insertada por el autor o por el editor que le siguió.

Los discursos de Eliú se ven con frecuencia como innecesarios para la trama principal (Driver y Gray, Book of Job), aunque una opinión minoritaria los ve como la parte culminante del libro (ej., Marshall, Job and His Comforters). Al cuarto amigo no se lo presenta. Se lo describe como un joven que no quería hablar en presencia de colegas mayores y más sabios. Mucho del material es repetición de lo que ya se ha dicho en el debate hasta ese momento, aunque Eliú pone un énfasis en la naturaleza elusiva de Dios, lo cual es algo nuevo.

Este punto acerca de la naturaleza elusiva de Dios se retoma cuando Dios habla. Expresa su poder y su diferencia con respecto a los seres humanos. ¿Quiénes son los seres humanos para juzgar a Dios o tratar de limitarlo? Los discursos incluyen descripciones de los animales salvajes cuyos modos de vida sólo Dios conoce, incluyendo las descripciones de dos bestias mitológicas—el Leviatán y el Behemot—a quienes Dios vence en la creación. Dios crea y sostiene el mundo en su grandeza y magnificencia; ¿cómo se pretende pedirle explicaciones en base a principios humanos de justicia? Estas preguntas acerca de la relación entre el Dios creador y los seres humanos le dan al libro su verdadera profundidad y su alcance teológico. La respuesta de Job es capitular ante las palabras de Dios en dos reconocimientos separados de su falta de entendimiento (Job 40:3–5; Job 42:1–6). La experiencia de la grandeza de Dios parece haberlo acallado en su primera respuesta; en la segunda, se humilla en polvo y ceniza. Las preguntas sobre la justicia (o injusticia) de Dios y el problema del sufrimiento humano injusto están a la cabeza del asunto.

Problemas de la crítica

La discusión sobre cómo se compuso el libro en relación a la autoría y a las posibles etapas de edición ha dominado la discusión crítica, aunque los enfoques modernos tienden a interpretar el libro como una unidad en su forma final.

Es posible que el libro de Job sea un compuesto, y el análisis literario crítico ha enfocado ese aspecto. La sección de prosa parece más antigua. Tiene un estilo simple, y la naturaleza de un relato popular. Puede haber circulado en forma oral y luego tuvo alguna breve forma escrita original (Sellin, Introduction to the Old Testament).

El personaje de Job puede o no haber sido histórico. Un argumento a favor de la historicidad de Job es que se lo menciona como uno de los tres "hombres justos" en Eze 14:14, 20. Este texto es del exilio (siglo sexto a.C.) mucho después del período patriarcal en el cual se establece la historia en prosa. Podría indicar que la figura de Job se conocía como una persona recta. Eso podría significar que el Job de la sección de diálogo que protestaba no era conocido en ese momento, debido a que esa sección no había sido escrita todavía.

Es muy probable que las principales secciones poéticas de Job se hayan escrito después del exilio del siglo sexto a.C., lo que hubiera provisto el contexto para el surgimiento de preguntas sobre el sufrimiento de Israel (e.d., los diálogos y los discursos de Dios). El autor, conociendo el relato original, pudo haber decidido crear una discusión profunda sobre los temas (Budde, Das Buch Hiob). Una sugerencia alternativa es que la prosa y el diálogo existieron separadamente y más tarde se juntaron, siendo la prosa de una fecha posterior al diálogo, creando el contexto para una discusión más abstracta (Maag, Hiob: Wandlung und Verarbeitung).

Se piensa ampliamente que el libro es una reacción a la visión del mundo en blanco y negro de los Proverbios, probablemente una obra del siglo octavo a.C., en el que el principio del bien recompensado y del mal castigado no se cuestiona (Crenshaw, Old Testament Wisdom). Este caso de prueba de una persona recta que sufre, puede haber surgido de una tradición escéptica que desafiaba esas conclusiones (Dell, The Book of Job as Skeptical Literature). Esa tradición escéptica se desarrolló después del exilio. Por lo tanto, es casi seguro que el libro de Job se escribió entre los siglos sexto y cuarto a.C. (Perdue, Wisdom Literature). Pero debido a la falta de referencias a hechos o personas, es imposible establecer una fecha precisa.

Se creía que después de la escritura del libro principal, se habían agregado posteriormente el himno a la sabiduría en el capítulo 28, los discursos de Eliú en Job 32–37, y posiblemente el segundo discurso de Dios (Job 40–41, sugerido por Rowley, Job), aunque esa postura ahora es ampliamente rechazada. La lectura de los libros en su forma final sin reconocer en absoluto las posibles etapas de edición ha llevado al intento de mantener al libro unido; incluso de rechazar completamente cualquier edición posterior (ej., Clines, The Book of Job). Mientras que la crítica pasada veía las secciones de la apuesta celestial (sobre la base del posible desarrollo tardío de la figura del "Satanás") y la dislocación del tercer ciclo de discursos como evidencia del trabajo posterior de edición, los estudiosos modernos tienden a rechazar tales posturas. Se ha visto al libro como resultado de un argumento construido que incluye todas sus partes (Habel, Job).

Temas principales

Ubicado generalmente entre la literatura de sabiduría, el libro de Job trata los temas sobre la rectitud desinteresada, la prosperidad de los justos y el correspondiente castigo de los malvados, la relación entre Dios y la humanidad y la justicia de Dios.

El libro de Job se considera tradicionalmente como parte de la literatura de sabiduría del Antiguo Testamento, que incluye los libros de Proverbios y Eclesiastés y algunos salmos de sabiduría dentro del canon, y Eclesiástico y la Sabiduría de Salomón fuera del mismo. Una característica de estos libros es su falta de interés en la historia de Israel o en sus personajes claves, incluso cuando algunos de ellos (no Job) se atribuyen al rey más sabio de Israel, Salomón. Algunos han cuestionado el título de sabiduría para Job (Dell, The Book of Job as Sceptical Literature), con el argumento de que muchos de los géneros son más afines a los Salmos. El autor de Job cita versos de los Salmos, pero también parodiados para expresar, por medio del personaje de Job, la protesta del autor contra las fórmulas tradicionales.

Job es parte de los Escritos del canon hebreo, tal vez con un vínculo genérico más próximo a los Salmos (particularmente los salmos de lamento y algunos salmos de sabiduría, como el Sal 73). Westermann afirma que el lamento es el género global del libro (Westermann, Structure of the Book of Job). Aunque el libro sostiene el principio de que Dios recompensa la buena conducta y castiga la mala, como se ve también en otros libros de sabiduría, también invierte la teoría en buena parte del diálogo y en los discursos de Dios. El epílogo final que ve a Job restaurado en su prosperidad es lo que nos trae de vuelta a ese principio.

El tema principal de la sección de prosa es la cuestión de la rectitud desinteresada "¿Acaso teme Job a Dios de balde?" pregunta la figura del Satanás (Job 1:9). El piadoso Job del prólogo responde esta pregunta en forma afirmativa; teme a Dios sin esperar nada y acepta lo que le venga en suerte. No obstante, el carácter de Job cambia dramáticamente cuando llegamos a la sección de diálogo; aquí Job se vuelve impaciente (Zuckerman, Job the Silent). El tema cambia y ahora la pregunta es si Job seguirá adhiriéndose a Dios o si es correcto que reciba un castigo. Sin embargo, a lo largo del libro, Job continúa siempre preocupado por su relación con Dios.

A medida que Job se va cansando de los argumentos de sus amigos, se apoya cada vez más en sus recursos interiores. Hacia el final del diálogo, en los lamentos de los capítulos 29–31, comienza a exigir una confrontación con Dios. En el capítulo 19, imagina algún tipo de mediador que juzgue entre él y Dios. Pero luego comprende que esa postura es débil, porque Dios es a la vez juez y querellante. En un sentido Job recibe una respuesta de Dios en tanto que Dios se presenta y le da una suerte de explicación (Rowley, Job). No obstante, sus preguntas no reciben una respuesta directa y a la vez Dios lo pone en su lugar: "¿Quién es ése que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría?" pregunta Dios (Job 38:2).

Dios le responde a Job con una serie de preguntas retóricas, que tienen el propósito de hacer que Job se sienta pequeño en la presencia de Dios. Los discursos desvían la atención de la centralidad del tema de la justicia humana y proveen un informe profundo de la manera en que Dios sustenta el mundo, y de aquello que está por fuera de la experiencia humana. La pregunta que surge es cuán satisfactoria sería una respuesta; para la humanidad en general y para Job en particular.

El tema de la teodicea en Job—si las acciones de Dios pueden ser entendidas y sus caminos justificados por los seres humanos—es predominante en el libro de Job (ver Crenshaw, Defending God). Esta pregunta es relevante para cada generación, en la medida en que los seres humanos procuren hallar respuestas a las preguntas más profundas y difíciles de su existencia

Bibliografía

Davidson, A. B. The Book of Job. Cambridge: Cambridge University Press, 1884.

Snaith, Norman H. The Book of Job: Its Origin and Purpose. London: SCM Press, 1968.

Maag, Victor. Hiob: Wandlung und Verarbeitung des Problems in Novelle, Dialogdichtung und Späfassungen. Forschungen zur Religion und Literatur des Alten und Neuen estaments 128. Göttingen: Vandenhoeck und Ruprecht, 1982.

Westermann, Claus. The Structure of the Book of Job. Philadelphia: Fortress Press, 1981.

Gordis, Robert. The Book of Job: Commentary. New York: Jewish Theological Seminary of America, 1978.

Hermisson, H. J. "Notizen zu Hiob". Zeitschrift für Theologie und Kirche 86 (1989):125–39.

Driver, S. R., y G. B. Gray. The Book of Job, International Critical Commentary. Edinburgh: T&T Clark, 1921.

Marshall, J. T. Job and His Comforters: Studies in the Theology of the Book of Job. London: James Clark y Co., 1905.

Sellin, E. F. Introduction to the Old Testament. London: Hodder y Stoughton, 1923.

Budde, Karl. Das Buch Hiob, Handkommentar xum Alten Testament. Göttenburg: Vandenhoeck und Ruprecht, 1896.

Crenshaw, James L. Old Testament Wisdom: An Introduction. Louisville, Ky.: Westminster John Knox Press, 1998.

Perdue, Leo G. Wisdom Literature: A Theological History. Louisville; London: Westminster John Knox Press, 2007.

Rowley, H. H. The Book of Job. New Century Bible Commentary. London: Marshall, Morgan y Scott, 1970.

Clines, David J. A. Job. Word Biblical Commentary. 3 vols. Dallas, Tex.: Word Books, 1989, 2006, 2011 (forthcoming).

Habel, Norman C. The Book of Job. Old Testament Library. London: SCM Press, 1984.

Dell, Katharine J. The Book of Job as Skeptical Literature. Beihefte zur Zeitschrift für die alttestamentliche Wissenschaft 197. Berlin: Walter de Gruyter, 1991.

Crenshaw, James L. Defending God: Biblical Responses to the Problem of Evil. Oxford: Oxford University Press, 2005.

Zuckerman, Bruce. Job the Silent. Oxford: Oxford University Press, 1991.


Katharine J. Dell


Dell, K. (2014). Job, Libro de. In J. D. Barry & L. Wentz (Eds.), Diccionario Bíblico Lexham. Bellingham, WA: Lexham Press.

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