miércoles, 10 de agosto de 2016

Cantares

Cantar de los Cantares, Libro de (שִׂיר הַשִׂיִם, sir hasiyim). Libro poético que contiene aproximadamente seis poemas que describen y celebran el amor romántico físico entre un hombre y una mujer anónimos. Aparece después de Job en la Biblia hebrea, y después de Eclesiastés en la Septuaginta y en los cánones católico y protestante.

Introducción

El Cantar de los Cantares es el primero de los cinco Megillot o Cinco Pergaminos, y está asociado con la celebración de la Pascua en la tradición judía.

El Cantar es único entre otros textos bíblicos porque no hace ninguna referencia explícita a Dios. Una posible excepción se encuentra en Cant 8:6, donde "Yah" (יָה, yah) está añadido como un sufijo a la palabra "llama" (שַלְהֶבֶת, shalheveth). Sin embargo, este uso de la forma corta del nombre divino probablemente sea un superlativo (e. d., "fuerte llama"; Joüon y Muraoka, Grammar of Biblical Hebrew, 492).

Título

El título "Cantar de los Cantares" es una traducción de las dos primeras palabras (שִׂיר הַשִׂיִם, sir hasiyim) en el Texto Masorético (MT). Esta construcción expresa un superlativo y declara que este "cantar" es el más sublime de los cantos, un cantar inigualable.

Autoría y fecha

El Cantar de los Cantares es generalmente considerado una composición anónima dado que la identidad de su autor no puede ser establecida con seguridad. El primer versículo del Cantar es una inscripción que dice: "Cantar de los Cantares de Salomón" (שִׂיר הַשִׂירִים אְַשֶׂר לִשְׂלֹמֹה, sir hasirim aser lislomoh). Tradicionalmente, la oración relativa que sigue a "Cantar de los Cantares" se lee "de Salomón", expresando una relación de posesión. Así, la fuente más antigua de interpretación judía y cristiana afirma que Salomón es el autor. Probablemente sea esta afirmación la razón por la cual el libro está ubicado en el canon junto con otras obras de supuesta procedencia salomónica: Proverbios y Eclesiastés.

Sin embargo, esta hipótesis de Salomón como autor enfrenta dificultades. La autoría salomónica requeriría que el cantar hubiese sido compuesto durante su vida (ca. siglo décimo a.C.). El contexto histórico coincidiría con otros testigos bíblicos que afirman que Salomón escribió más de mil canciones y muchos más proverbios. (1 Rey 5:12). No obstante, algunas características del idioma hebreo en la inscripción plantean dudas acerca de la autoría y la fecha. La inscripción probablemente sea un agregado editorial posterior, dado su uso de la forma completa de la partícula relativa אְַשֶׂר (aser). El autor emplea sistemáticamente la forma abreviada שֶׂ (se) a lo largo del Cantar. Además, la frase preposicional "de Salomón" (לִשְׂלֹמֹה, lislomoh; Cant 1:1) también puede ser leída como "para Salomón", "a Salomón", "sobre Salomón" o incluso "acerca de Salomón".

El nombre Salomón aparece seis veces más en el libro (1:5; 3:7, 9, 11; 8:11–12), por otro lado, aparecen referencias generales al "rey" tres veces (1:4, 12; 7:6). La mayoría de estas referencias son alusiones figurativas a la realeza. Si bien las referencias en el capítulo tres posiblemente se refieran al Salomón histórico, este nunca habla. Además, el Cantar tiene vocabulario de probable origen persa y griego, lo que ubica a la obra en el siglo séptimo a.C. o posterior. (Joüon y Muraoka, Grammar of Biblical Hebrew, 4–5).

No hay evidencia de que la autoría de Salomón haya asegurado el lugar del libro en el canon de la Escritura. Casi nada se sabe acerca de qué factores fueron los que influyeron en el proceso en Jamnia en el primer siglo d.C. o en los concilios cristianos posteriores. De hecho, las primeras menciones judías y cristianas del Cantar presuponen su estatus canónico y afirman su carácter sagrado (Joüon y Muraoka, Grammar of Biblical Hebrew, 5–6).

Lenguaje y forma literaria

El Cantar presume el más alto porcentaje de hápax en un mismo libro de la Biblia hebrea (Joüon y Muraoka, Grammar of Biblical Hebrew, 75). Ocho capítulos contienen abundante terminología de la naturaleza: animales, plantas y especias, así como características geográficas y nombres de lugares. La poesía del Cantar también está repleta de descripciones vívidas y figurativas acerca del cuerpo humano (ej., 1:15–16; 2:3, 9; 4:1–5). Es notable el uso de imágenes del "jardín" en pasajes extensos de alabanza descriptiva (ej., 4:12–15).

Con la posible excepción de Sal 45, el Cantar es el único ejemplo de poesía de amor en la Biblia hebrea (Murphy, Song of Songs, 67). Esta peculiaridad y otras presentan una serie de desafíos para el intérprete. Entre estos se encuentran el género, la estructura y hasta el contenido del Cantar. La precisa identificación del género mayor al cual pertenece esta poesía depende en gran parte del abordaje que se toma para interpretarla.

Sobre la base del contenido y la autoría salomónica que se le atribuye, el Cantar es a veces clasificado como literatura de Sabiduría bíblica, junto con Job, Proverbios y Eclesiastés (ej., Bergant, Israel's Wisdom Literature: A Liberation-Critical Reading). En efecto, la descripción del amor en 8:6–7 guarda sorprendentes similitudes con las descripciones de la Sabiduría en Job 28:15–19 y Prov 3:13–18.

Estructura

Además del género, la estructura ha sido una cuestión de gran importancia para la interpretación del Cantar en cada etapa de la historia de su interpretación. No obstante, hay casi tantas estructuras propuestas diferentes del Cantar como intérpretes del mismo.

Exum identifica al menos una docena de propuestas hechas durante los últimos 50 años (Exum, Song of Songs, 38).

Johnston observa no menos de ocho abordajes a la estructura del Cantar antes de agregar su propia sugerencia (Johnson, "Enigmatic Structure and Genre").

Murphy declara que el número de divisiones sugeridas en la estructura del Cantar varía de menos de 10—para quienes insisten en una estructura coherente—a más de 25 para quienes sostienen que el Cantar es un conjunto de obras poéticas vagamente unidas (Murphy, Song of Songs, 62).

En cada propuesta de estructura una sola característica literaria (o trama dramática impuesta) se toma como el principio organizador, incluyendo:

un conjunto de estribillos

transiciones discernibles entre los hablantes

un desarrollo percibido en un episodio dramático

Abordar el Cantar como una serie de poemas de amor que involucran el diálogo ante todo entre dos personas—amantes femenino y masculino—el Cantar exhibe la siguiente estructura básica:

(1:1)—Título

(1:2–2:7)—Primer poema

(2:8–3:5)—Segundo Poema

(3:6–5:1)—Tercer Poema

(5:2–6:3)—Cuarto Poema

(6:4–8:4)—Quinto Poema

(8:5–14)—Sexto Poema

Historia de la interpretación

Interpretación alegórica. Mucho antes de la llegada de la crítica de las formas y la interpretación de culto, el género y la estructura del Cantar de los Cantares estaban entre las preocupaciones de los exegetas bíblicos. Orígenes (ca. 185–254 d.C.) identificó el cántico como una "canción de bodas … con forma de drama" (Murphy, Song of Songs, 18). Durante los siguientes siglos, y bien entrada en la era moderna, la mayoría de las propuestas acerca del género y estructura del Cantar era una variación de esas dos clasificaciones: canción de bodas y drama. No obstante, las interpretaciones judías y cristianas del Cantar tomaron casi exclusivamente el abordaje alegórico del significado del texto a lo largo de la Edad Media.

Las interpretaciones alegóricas de las comunidades judías y cristianas eran bastante parecidas. En ambos casos, el amor romántico representado en la relación amorosa entre los personajes dramáticos del Cantar fue percibido como representando el amor de Dios por el pueblo de Dios, ya sea el pueblo judío o la iglesia cristiana. Muchos ampliaron la alegoría para reflejar el desarrollo de su respectiva compresión de la historia de la salvación. Los primeros intérpretes cristianos distinguieron una profecía salomónica de los tratos de Dios con la humanidad, pasando del "viejo" al "nuevo" pacto (Murphy, Song of Songs, 16). Los intérpretes judíos medievales posteriores tomaron una medida similar al identificar la correspondencia entre los episodios de la relación entre los dos amantes del Cantar y las etapas significativas en su propia historia sagrada (Murphy, Song of Songs, 30–31). Este uso del matrimonio humano para simbolizar la relación entre Dios y su pueblo tiene precedente. Los profetas Ezequiel (16; 23) y Oseas (1–3) utilizaron imágenes del matrimonio para comunicar la naturaleza íntima de la relación divina-humana y la inherente traición en la apostasía cometida por Israel y Judá.

El texto del Cantar no contiene indicios internos que necesariamente lleven a una interpretación alegórica, pero hay firmes indicaciones de que los métodos utilizados tanto por judíos como por cristianos de ningún modo podían considerarse arbitrarios o frívolos. Por ejemplo, Orígenes fue guiado a su interpretación alegórica al prestar especial atención al texto y gracias a una meticulosa aplicación del dualismo helenístico que insistía en que cada ser humano llevaba dos naturalezas dentro: la terrenal y la espiritual (Murphy, Song of Songs, 19–21). Los exegetas judíos medievales que llegaron a conclusiones similares también emplearon una disciplina rigurosa y académica motivada por la convicción de que Dios ejercía una revelación continua en la Escritura. A pesar de que las corrientes que contribuyeron a la aparición de la erudición bíblica histórica crítica coincidió aproximadamente con la Reforma protestante, las primeras interpretaciones protestantes del Cantar se mantuvieron indudablemente alegóricas a pesar del enfoque intencional en el marco "histórico" del texto (la propia época de Salomón) y en su mensaje "eclesiástico" (Murphy, Song of Songs, 32–36).

Interpretación espiritual. En los siglos que precedieron a la Reforma, las figuras monásticas tomaron una ruta cada vez más individualizada y espiritual en su uso de la alegoría del novio. Los teólogos y místicos monásticos hallaron en el lenguaje y las metáforas del Cantar una representación de la unión del alma del individuo con Dios. Esta tradición del "matrimonio espiritual" se encuentra en la poesía y otros escritos de Teresa de Ávila, Juan de la Cruz y el Fray Luis de León (Arminjon, Cantata of Love, 39–40).

Como muchos estudiosos antes de ellos, estos místicos procedieron a partir de la fe en la inspiración de la Escritura y de una seria apreciación de la posición del Cantar en el más amplio contexto del canon (Arminjon, Cantata of Love, 39–40). El abordaje de los intérpretes místicos del Cantar encuentra apoyo al apelar al uso de la simbología del matrimonio en otras partes de la Escritura. Arminjon sostiene estos usos contra los paralelos del antiguo Cercano Oriente que sugieren que la poesía de amor del Cantar es de algún modo ajena a la Escritura. (Arminjon, Cantata of Love, 40–41).

Tendencias modernas de interpretación

A partir del siglo 16 en adelante, la idea de la autoría salomónica ha sido considerada cada vez más insostenible. La atención a las características literarias del propio texto recibido también plantea dudas acerca del género y la estructura del Cantar. La aplicación de métodos literarios—junto con los avances en el estudio de las fuentes del antiguo Cercano Oriente—dieron lugar a interpretaciones religiosas, dramáticas, líricas y poéticas.

Interpretación religiosa. La interpretación religiosa fue una de las contribuciones del estudio comparativo de los textos del antiguo Cercano Oriente. Los estudios acerca del antiguo Cercano Oriente florecieron en el siglo 19 luego de una serie de descubrimientos arqueológicos. Material de fuentes ugaríticas, sumerias, acadias y egipcias revelaron paralelos con materiales bíblicos como el Cantar. Las comparaciones más provechosas surgieron de textos egipcios y mesopotámicos, que contienen relatos del amor humano así como de matrimonios divinos. Los paralelos egipcios del Cantar—que incluyen las metáforas utilizadas en representaciones del novio como rey o pastor y la novia como hermana—han sido particularmente útiles para quienes insisten que el Cantar es una celebración del amor sexual humano. En contraste, las tablillas cuneiformes provenientes de Mesopotamia dan su apoyo a las numerosas reconstrucciones de rituales religiosos que podrían estar detrás del Cantar (Murphy, Song of Songs, 41–42; 50–51). A pesar de que las reconstrucciones de su entorno son hipotéticas y tenues, la identificación de las formas en estos textos ha contribuido inmensamente a una mayor apreciación de las características literarias del Cantar y de su estructura como unidad literaria.

Interpretación dramática. Así como Orígenes ya lo había observado siglos antes, los intérpretes en los últimos dos siglos también han tenido en cuenta que los versos poéticos del Cantar contienen un diálogo explícito que sugiere un formato dramático. Esto no quiere decir que el Cantar haya sido alguna vez una obra teatral, sino que se pueden discernir importantes características del drama en las relaciones entre los hablantes, incluyendo la trama, el conflicto, la orientación espacial, el desarrollo de los personajes, el desenlace, etc. (Exum, Song of Songs, 78). Tal como la interpretación religiosa, la interpretación dramática depende íntegramente de la reconstrucción hipotética de elementos que no están presentes en el texto real del Cantar. El intérprete debe identificar a los oradores sin marcadores textuales precisos, así como proporcionar las distintas "acotaciones" para así prestar coherencia a la "trama" dramática. Quizá la más importante de éstas características sea el número de hablantes y sus identidades. Además de los "coros" de doncellas y amigos varones, la mayoría de los intérpretes postulan dos personajes principales—la mujer sulamita y un pastor o Salomón—mientras que otros proponen al Rey Salomón como un tercero (Exum, Song of Songs, 78).

Interpretación lírica. Un tercer abordaje moderno propone leer el Cantar como un conjunto de poesía de bodas. Wetzstein, un estudioso alemán que vivía en Siria en el siglo 19, observaba los paralelos entre las características del Cantar y los elaborados rituales de bodas locales en Siria. Estos incluían un festival de siete días, un intercambio de elaboradas alabanzas poéticas acerca de la belleza física entre la novia y el novio, así como una "danza de la espada" realizada por la novia (Murphy, Song of Songs, 39). A pesar de que gran parte de esta interpretación ya no impera, una característica que ha sobrevivido el escrutinio es la alabanza descriptiva o antiguo estilo de poesía árabe (o wasf) que Wetzstein observó en Siria y en la poesía del Cantar (4:1–7; 6:4–10; 7:2–10). Variaciones de esta forma de poesía han sido sugeridas incluso fuera del Cantar (ej., Job 40; Prov 31; Bernat, "Biblical Wasfs beyond Song of Songs").

Interpretación poética o literaria. Un último abordaje moderno incluye una amplia gama de intérpretes que, de algún u otro modo, se alejan radicalmente de los métodos que dependen de reconstrucciones históricas hipotéticas (e. d., de la poesía religiosa y de bodas) o de la imposición de características ajenas al texto recibido concreto (e. d., alegoría o drama). En su lugar, el Cantar es tomado como una antología de composiciones poéticas seculares que han sido reunidas hasta cierto punto por un editor. Cada composición celebra la naturaleza afectiva de la sexualidad humana apelando a todos los sentidos. La coherencia y unidad de toda la obra está lejos de resolverse; no obstante, en la tensión no resuelta de estas características los intérpretes hallan fuentes de significado y recursos para la ética y la teología.

Adler propone que la poesía erótica del Cantar es una especie de correctivo para la manera incorpórea y marginalizada en que típicamente se discute la sexualidad dentro del judaísmo (Adler, Engendering Judaism, 133–48).

Linafelt bosqueja las posibilidades de una "teología lírica" que puede surgir de la poesía del Cantar, la cual finalmente desafía la narrativa o el drama (Linafelt, "Lyrical Theology", 291–305).

Pfenniger ofrece una nueva lectura del género y la coherencia estructural del Cantar, apropiándose de los principios bakhtinianos de "evento", "género" y "declaración" (Pfenniger, "Bakhtin Reads the Song", 331–49).

Los últimos intérpretes se resisten a un consenso metodológico—y quizá incluso se deleitan con la polivalencia del significado del Cantar—manteniendo al mismo tiempo, en la mayoría de los casos, cierta apariencia de orientación práctica.

Bibliografía

Adler, Rachel. Engendering Judaism: An Inclusive Theology and Ethics. Philadelphia: Jewish Publication Society, 1998.

Arminjon, Blaise y N. Marans, trad. The Cantata of Love: A Verse-by-Verse Reading of the Song of Songs. San Francisco: Ignatius Press, 1988.

Bergant, Dianne. Israel's Wisdom Literature: A Liberation-Critical Reading. Minneapolis, Minn.: Fortress Press, 1997.

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Johnston, Gordon. "The Enigmatic Structure and Genre of the Song of Songs: Part 1". Bibliotheca Sacra 166 (Enero-Marzo 2009): 36–52.

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———. "The Enigmatic Structure and Genre of the Song of Songs: Part 3". Bibliotheca Sacra 166 (Julio-Sept 2009): 289–305.

Joüon, Paul, y T. Muraoka. A Grammar of Biblical Hebrew. Subsidia Biblica 14/1–14/2. Roma: Editrice Pontificio Istituto Biblio, 1991.

King, J. Christopher. Origen on the Song of Songs: The Bridegroom's Perfect Marriage Song. New York: Oxford University Press, 2005.

Linafelt, Tod. "Lyrical Theology: The Song of Songs and the Advantage of Poetry". Toward a Theology of Eros: Transfiguring Passion at the Limits of Discipline. Editado por V. Burris y C. Keller. New York: Fordham University Press, 2006.

Luzarraga, Jesús. Cantar de los Cantares: sendas del amor. Nueva Biblia Española. Navarra, Esp.: Verbo Divino, 2005.

Murphy, Roland, y S. Dean McBride, (h.) The Song of Songs: A Commentary on the Book of Canticles or the Song of Songs. Hermeneia. Minneapolis: Fortress, 1990.

Pfenniger, Jennifer. "Bakhtin Reads the Song of Songs". Journal for the Study of the Old Testament 34.3 (2010): 331–49.

William Andrews, (h.)


Andrews, W. (2014). Cantar de los Cantares, Libro de. In J. D. Barry & L. Wentz (Eds.), Diccionario Bíblico Lexham. Bellingham, WA: Lexham Press.


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ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor IPUC
http://adonayrojasortiz.blogspot.com

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