lunes, 1 de diciembre de 2008

LO QUE CREEMOS

LECCIÓN TRES: GRACIA Y FE

 

LA GRACIA DE DIOS EN LA SALVACION DEL HOMBRE

 

La gracia es el favor inmerecido por el cual Dios rescata al hombre habilitándole para una vida nueva, pasando por alto en su paciencia los pecados pasados.

 

Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia los pecados pasados[1].

 

Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente.[2] 

 

Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.[3]

 

El cristiano debe guardarse en la gracia y en el amor de Dios para conservar su salvación.

 

Cuando una persona comete transgresión y peca contra Dios, pierde su favor. Y si continúa cometiendo pecado y no se arrepiente, finalmente se perderá y será lanzado al lago de fuego, Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. [4]

 

Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su último estado viene a ser peor que el primero. Mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia que, después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo que con verdad dice el proverbio: «El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno».[5]

 

Judas habla de los que tornaron atrás en su día y de su recompensa.

 

Es imposible que los que una vez fueron iluminados, gustaron del don celestial, fueron hechos partícipes del Espíritu Santo y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del mundo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndolo a la burla.[6]

 

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios.[7]

 

LA FE

 

Es pues la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.[8]

 

La fe es el resultado del oír y/o recibir el evangelio de la gracia de Dios.

 

Por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por medio de la muerte de su hijo, mucho más estando reconciliados, seremos salvos por su vida, pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinará en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.[9]

 

Y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor a su nombre[10].



[1] Romanos 3: 24 al 25

[2] Tito 2: 11 y 12

[3] Juan 1: 17

[4] Juan 15: 2

[5] 2 Pedro 2: 20 al 21

[6] Hebreos 6: 4 al 6

[7] Efesios 2: 8

[8] Hebreos 11: 1

[9] Romanos 5: 2, 10 y 17

[10] Romanos 1: 5



 
 
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor IPUC
http://www.adonayrojasortiz.blogspot.com/
 




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