jueves, 20 de junio de 2024

EL CRISTIANO, LAS ARTES, Y EL ENTRETENIMIENTO

Hoy, las artes —tanto el arte del espectáculo como el arte visual— son ignoradas por la iglesia de Cristo. Rara vez los evangélicos asisten a los museos de arte, los conciertos musicales, o el ballet. Tales actividades son consideradas seculares e indignas del cristiano. El resultado es que las artes son dominadas casi exclusivamente por los no creyentes. Pocos cristianos están en una posición de liderazgo en las artes, y pocos participan en el arte visual o el arte del espectáculo. Esto es una tragedia, porque Dios es un Dios de belleza, y él desea que sus criaturas reflejen su compromiso con la belleza también. Eso es ciertamente una parte de ser la imagen de Dios.

Franky Schaeffer, en un libro provocativo, Addicted to Mediocrity [Adictos a la mediocridad], arguye que los cristianos hemos sacrificado el lugar de preeminencia que habíamos disfrutado durante siglos, y hemos aceptado la mediocridad. Hoy en día, los artículos de regalo, la ropa, y las leyendas autoadhesivas para el auto son el mayor aporte de los cristianos a la expresión creativa. Esto es una situación triste, y no debe ser así. Los cristianos debemos participar en las artes. Olvidarse de esta área es abandonar una oportunidad clave para ejercer influencia (por ejemplo, las catedrales medioevales).

La creatividad —un concepto cristiano

Cuando el cristiano piensa en la creatividad, normalmente está relacionada con las artes. Se dice de los que tienen habilidad artística que son «creativos», mientras los demás que no tienen talento los miran con envidia. Pero esto está lejos de ser bíblico. Dios es un Dios de la belleza, de la creatividad, y de la variedad; solamente tenemos que ver la creación física para comprobarlo. Ya que llevamos su imagen (Génesis 1:26), la creatividad es parte de ser la imagen de Dios.

La definición de la creatividad

Peter Angeles define creación como «hacer algo nuevo de algo que ya existe».58 La creación, el sustantivo, se refiere al acto de crear o al producto del acto. Creativo, el adjetivo, se refiere a la cualidad que alguien tiene para crear. La forma verbal, crear, es transitiva, y significa «producir, dar origen a algo». Varias conclusiones surgen de esta definición:

1.   La creatividad no es cuantitativa, sino cualitativa.

2.   La creatividad es un proceso que involucra movimiento, progreso, y cambio —No hay un solo acto creativo, sino acción creativa. Pintar un cuadro involucra muchos actos; todos en conjunto, pintar es un proceso.

3.   Ya que la creatividad es una cualidad y un proceso, no se puede medir —La única manera de «observar» la creatividad es por sus efectos (por ejemplo, los cuadros, las composiciones, las esculturas, etc.)

4.   Puesto que crear es un verbo transitivo, siempre tiene un complemento directo —Así, el proceso creativo siempre tiene un producto. El compositor produce una composición; el pintor una pintura; y el escultor una escultura. El producto en Génesis 1:1 es el universo.

5.   Finalmente, la creatividad es la realización de un potencial —Las cosas que existen tienen el potencial para ser reordenadas, unidas, o simplemente cambiadas.

Principios bíblicos de la creatividad

Arraigados en la proposición de que Dios es el creador y nosotros somos sus criaturas, los siguientes principios proveen la base para pensar y actuar bíblicamente cuando se trata de la creatividad. Tal fundamento, entonces, permite al cristiano ganar una nueva apreciación por las artes e involucrarse en ellas.

1.   La creatividad humana deriva su valor de la creatividad de Dios —En Génesis 1:26–30, después de que Dios había terminado su obra creativa, dio el mandato de creatividad para la humanidad. Los seres humanos debemos sojuzgar y dominar su creación.

2.   La creatividad humana manifiesta la imagen de Dios —Llevar la imagen de Dios significa que reflejamos su creatividad en nuestra capacidad humana para el deleite sensorial, intelectual, y emocional.

3.   La creatividad está para ser desarrollada por todas las personas y no se limita a una elite creativa —Porque como seres humanos llevamos la imagen de Dios, todos tenemos cierta habilidad creativa.

4.   La creatividad se extiende a todas las actividades culturales, incluyendo el arte, la ciencia, el trabajo, el juego, el pensamiento, y la acción —Una de las enseñanzas claras de la Palabra de Dios es el señorío de Jesucristo. Si él es Señor de todo, entonces ese señorío se extiende a todas las dimensiones de la vida.

5.   La creatividad humana existe para la gloria de Dios —1 Corintios 10:31 aclara que debemos hacer todo para la gloria de Dios. Cada vez que ejercemos nuestro potencial de creatividad, estamos dando gloria al que nos creó y nos dio dones. ¡Toda la gloria sea para él!59

Características de la creatividad cristiana

Lo que sigue es una lista sugerida de características que estimulan la creatividad. No es completa, sino solamente son sugerencias. Está arraigada en la proposición que Dios es creativo, y también lo son sus criaturas.

1.   La persona creativa es completa —Esto significa que se ejerce la creatividad en todas las áreas de la vida; incluyendo la dimensión social, intelectual, espiritual, y psicológica. El cristiano que está madurando es una persona equilibrada, desarrollando cada aspecto de la vida.

2.   La persona creativa es curiosa —La curiosidad es inquisitiva y deseosa de aprender y crecer. Cuando nos damos cuenta de que todos los aspectos de la creación son de Dios, nuestra meta es entender toda la creación de Dios. Nuestra curiosidad para aprender e investigar produce creatividad.

3.   La persona creativa tiene coraje —Requiere coraje estudiar un tema nuevo, explorar un área nueva de conocimiento, o hacer alguna actividad nueva (por ejemplo, la pintura, la música, o el ballet). La valentía y el coraje van de la mano con la creatividad.

4.   La persona creativa es humilde —El reconocimiento de la dependencia absoluta de Dios es el comienzo de la creatividad. Todos los dones y los talentos vienen de Dios, y los ejercemos para su gloria. La humildad y la comprensión apropiada de sí mismo son clave para el ejercicio correcto de los dones de Dios.

El cristianismo y las artes

Muchos evangélicos tienen un vago sentimiento de incomodidad acerca de las artes. No están seguros de que el arte tenga un valor significativo. Están confundidos acerca de dónde ubicarlas entre las prioridades de Dios.

Esta confusión y el malentendido producen una de dos actitudes sobre el arte: o antagonismo o abandono. Gordon Jackson observa, «Sea el activismo de hostilidad y antagonismo…o sea la pasividad de la inacción y el abandono, el resultado es el mismo: existe dentro de los círculos evangélicos poco apoyo para las artes, y existe aun menos interés en integrar ese segmento de la cultura con la fe cristiana». El analfabetismo cultural, arguye Jackson, es un resultado; poca producción de arte de buena calidad de parte de los cristianos es otro resultado. Por ejemplo, puntualizó que, de aproximadamente treinta y tres millones de evangélicos que asisten a la iglesia en los Estados Unidos, «no ha surgido ni un solo novelista destacado».60

El valor del arte

Dorothy Sayers nota que la primera cosa que aprendemos acerca de Dios es que él crea.61 Como el Creador del universo, Dios es el ejemplo máximo de la expresión creativa:

Si podemos aprender algo del carácter de Dios de este mundo alrededor, seguramente es que Dios es creativo, es un Dios de diversidad, un Dios que tiene interés en la belleza y en los detalles. Esto es incuestionable cuando miramos el mundo que ha hecho, y a la gente misma, que son producto de su mano artística.62

Dios crea para utilidad, para disfrutar, y para revelar su carácter. Algunos aspectos de su creación son exhibiciones bellas de su creatividad, pero nunca han sido vistos por los seres humanos. Philip Yancey hace la pregunta, «¿Por qué los animales más lindos del mundo están escondidos de todos los seres humanos, excepto los que tienen equipaje de buceo? ¿Para quién son bellos?»63 Evidentemente, su belleza es solamente para Dios. Schaeffer comenta, «vivimos en un mundo lleno de belleza «inútil»».64 Por lo tanto, el arte tiene un valor intrínseco.

Como se ha notado en este capítulo, ya que nosotros llevamos la imagen de Dios, así también nosotros somos llevados «profundamente en la naturaleza de nuestra habilidad creativa humana. Porque una de las marcas de la imagen de Dios que llevamos es que nosotros también somos, a nuestra manera limitada de criaturas, creadores. Este aspecto de la imagen de Dios es más evidente en el arte que en cualquier otra actividad humana».65 Tal como el arte de Dios no necesita justificación, tampoco el nuestro; tiene un valor inherente, porque Dios lo ha dado como parte de su imagen. Es inherentemente bueno delante de él.

Una función básica del arte es que expresa y establece los valores y su enfoque de vida.66 Esto es obvio porque el arte normalmente se trata de los temas principales de la vida: la vida y la muerte, el amor y el odio, etc. El enfoque de vida expresado en el arte de una cultura refleja el enfoque de vida de la gente de esa cultura. Observe el impacto de la música moderna y el entretenimiento. Por eso el abandono de las artes de parte de los cristianos es potencialmente muy devastador para el cristianismo.

Schaeffer sostiene, «Cualquier grupo que voluntariamente o inconscientemente abandona la creatividad y la expresión humana entrega su rol eficaz en la sociedad en que vive. En términos cristianos, su capacidad para ser la sal de esa sociedad está severamente disminuida.67

Otro valor relacionado, pero diferente, para la expresión artística es que ofrece discernimiento acerca de la realidad. La expresión artística comunica lo familiar en una manera fresca, iluminadora. El arte permite que alguien experimente nuevas perspicacias acerca de sí mismo, acerca de otros, y acerca del mundo alrededor. Por ejemplo, leer un cuento acerca de alguien que lamenta la muerte de su padre ayuda a comprender lo que significa perder al padre. Un buen cuadro de la pobreza aumenta nuestra comprensión de cómo es ser pobre.

El arte también tiene poder emocional. Puede comunicar una perspectiva de la verdad mejor que cualquier otra cosa. Por ejemplo, El Mesías de Handel es una de las mejores expresiones de la gloria de Dios. El Mesías de Handel comunica ese elemento subjetivo de la verdad como pocas obras musicales.

El valor de artes específicas

Los artistas crean obras de arte, y el resultado es una diversidad de literatura, música, danza, cinematografía, y artes gráficas. Dentro de estos diferentes campos, cada pieza de arte es única y requiere una evaluación propia. Si el arte en general tiene valor inherente, ¿cada obra de arte también tiene un valor inherente? ¿Son todas las obras de arte del mismo valor, o se debe fijar su valor según ciertas normas?

Aunque la habilidad creativa humana es parte de ser la imagen de Dios, esta imagen fue manchada por la caída. Gaebelein nos recuerda, «Ningún pensador bíblico, sea en el campo de la estética o en cualquier otro campo, puede permitirse minimizar el hecho de que, debido a la caída, el hombre tiene una inclinación innata hacia el pecado, y que esa inclinación se ve en todo lo que hace».68

¿Puede tal arte tener valor inherente? ¿Será inherentemente bueno según Dios? Si el arte tiene potencial para el bien, también tiene potencial para el mal. Como productos de la humanidad caída, el arte está teñido por la naturaleza pecaminosa del hombre. Como producto de seres finitos, el arte es una expresión imperfecta de la naturaleza creativa de Dios. ¿Qué debemos entonces hacer? ¿Qué criterio deben usar los cristianos para evaluar el arte?69

Permítame sugerir tres criterios básicos para evaluar el arte y la belleza. Primero, ¿tiene habilidad el artista? (¿Domina el medio artístico?) En segundo lugar, ¿cuál es el contenido de la obra de arte? (¿Comunica la verdad, moralidad, un enfoque de vida?) Finalmente, ¿cuán creativa es la obra de arte? (¿Da una perspectiva nueva?)

En cada uno de estos criterios, Dios tiene un ideal para la belleza artística. En cuanto a habilidad, está complacido con la excelencia. En cuanto al contenido, le agrada la verdad. En cuanto a creatividad, le gusta la calidad y la profundidad. Cada uno de estos criterios es un reflejo de su carácter —la excelencia, la verdad, y la creatividad. Sin simplificar demasiado este tema complejo, parece que cuánto más se acerca una obra de arte a estos ideales, más agrada a Dios. Sin embargo, la belleza permanece nebulosa, arguye Gaebelein:

Hablar de la belleza exclusivamente en términos de armonía y orden no hace justicia a su capacidad de expresar poder y verdad… La disonancia en la música, el realismo en la literatura, y lo «feo» en el arte visual, todos tienen una relación indispensable con la belleza. El concepto de la belleza en el arte debe ser suficientemente amplio para incluir las astringencias estéticas. Porque la belleza lleva distintas caras.70

Ser cristiano no significa ser apartado del mundo para vivir como un ser espiritual solamente. Al contrario, significa ser transformado a la imagen que Dios tenía para los seres humanos en el momento de la creación. La santificación significa hacer verdaderos seres humanos. (Ver 1 Tesalonicenses 5:23, donde se refiere al «espíritu, alma, y cuerpo» como la santificación completa.) Rookmaker sostiene que «…Dios es el Dios de la vida, y …la Biblia enseña a la gente cómo vivir, cómo relacionarse con nuestro mundo, la creación de Dios».71 Esto seguramente muestra la necesidad de un enfoque bíblico del arte. Tal enfoque se refleja en el llamado de Calvin Seerveld a la Iglesia a reconocer el valor y la necesidad del arte:

Este es mi argumento para ustedes, los cristianos: Dada la situación contemporánea de desesperación sostenida y locura práctica…¿cómo pueden vivir abiertamente en este mundo, el teatro cósmico y divino de maravillas, mientras los no creyentes, preservados por la gracia (común) de Dios, se deleitan en la música y el drama, la pintura, la poesía, y la danza, con colores revueltos, y levantando un sonido de alabanza para sí mismos y para sus dioses falsos, ¿cómo pueden vivir abiertamente y quedar en silencio? … El hecho de que los hombres con una comprensión oscura pueden festejarse debajo de la nariz de Dios y maldecirlo con expresiones de arte terribles, desesperadas, y repudiablemente poderosas, debería dolerles.… Solamente el arte diferente, no la censura, podrá tomar en serio esta antítesis y enfrentarla.72

El cristianismo y el entretenimiento

Uno de los inhibidores más grandes del potencial creativo es la televisión. Según Richard Zoglin, «excepto por la escuela y la familia, ninguna institución juega un papel más grande en la formación del niño norteamericano» que la televisión.73 El niño típico norteamericano mirará 5.000 horas de televisión antes del primer año de escuela, y habrá mirado un total de 19.000 horas cuando se gradúe de la escuela secundaria. El total de horas que mirará durante su vida sumará nueve años cuando tenga 65 años de edad.74 ¡El hogar típico hoy tiene el televisor encendido 6 horas y 17 minutos cada día!

El efecto en el cerebro de ver televisión es asombroso. Clement Walchshauser observa que «ver televisión produce estados muy alterados de las ondas cerebrales cuando alguien ve solamente veinte minutos». Pone al cerebro en una condición totalmente pasiva, inconsciente de su ambiente, y minimiza la capacidad de atención.75 Además, ver televisión en forma obsesiva produce otros efectos negativos:

•    Exige nuestro tiempo —Casi produce adicción, involucrando al observador, resultando en más tiempo mirando televisión, y menos tiempo sirviendo a Dios, en familia, o en otras actividades.

•    Determina conducta —Un informe nacional titulado Television and Behavior [Televisión y conducta] fue publicado por El Instituto Nacional de Salud en el año 1982. El informe, un resumen de más de 2.500 estudios realizados desde 1972, demostró «evidencia convincente entre niños de una relación de causa y efecto entre ver violencia en la televisión y hacer actos de violencia».76

•    Distorsiona la percepción de la realidad —Los niños especialmente confunden la vida real con la vida y los valores de la televisión. Un estudio reciente descubrió que 90% de los niños varones entrevistados prefiere ver su programa favorito de la televisión que pasar tiempo con sus padres. Quintin Schultze informa que «…la atracción de la televisión es fuerte para los jóvenes, a quienes les gustan especialmente los personajes agresivos y la violencia automovilística de los programas de acción».77

•    Adormece la sensitividad moral —Una dieta constante de telenovelas, comedias, y películas hace perder la sensitividad, haciendo que se acepte lo que antes se habría rechazado (por ejemplo, el adulterio, el sexo prematrimonial, la homosexualidad, el asesinato, y la ira violenta). Mirar en forma obsesiva tales actividades produce una aceptación y una tolerancia de actos que son repugnantes delante de Dios.

•    Destruye la vida familiar significativa —El tiempo frente al televisor disminuye el tiempo para juegos familiares, la lectura, la música, etc. Puede ser letal para el cultivo de la creatividad.

Mirar televisión en forma obsesiva, entonces, no solamente afecta el potencial de creatividad, sino también puede producir un comportamiento marcadamente negativo. Estas pautas, arraigadas en las Escrituras, nos ayudan a desarrollar principios sabios:

1.   El principio de la mayordomía del tiempo (Efesios 5:15, 16) —El tiempo es como cualquier otra posesión. Esto incluye la selección del entretenimiento, y la cantidad de tiempo que requieren estas actividades.

2.   El principio del control (1 Corintios 6:12; Gálatas 5:23) —El dominio propio es un fruto del Espíritu. No hay mejor prueba de esta virtud que la disciplina personal en lo que se ve en la televisión.

3.   El principio de la pureza moral (Filipenses 4:8) —Tenemos que decidir seguir esta pauta: «todo lo verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad». Estas virtudes forman un filtro para tomar decisiones sabias acerca del entretenimiento.

4.   El principio de la edificación (1 Corintios 10:23) —El creyente en Cristo Jesús tiene mucha libertad, pero con esa libertad viene una inmensa responsabilidad. Aunque tenemos libertad para participar en muchas formas de entretenimiento, muchas de esas formas no nos edifican en la fe cristiana. Incluso, una dieta regular de pobre entretenimiento puede destruir nuestra fe.

5.   El principio de la gloria de Dios (1 Corintios 10:31) —No hay excepciones al tema general de este libro, que es que debemos hacer todo para la gloria de Dios, incluyendo la selección de entretenimiento.

¿Qué debemos hacer entonces, los cristianos? La selección de entretenimiento no es fácil, pero si seguimos estos principios, podemos hacer varias sugerencias prácticas para tomar decisiones sabias:

•    Participe activamente en la selección de entretenimiento —Sea un pensador crítico. Siempre pregunte, «¿Cómo me está afectando?» Cuando se trata de entretenimiento, la pasividad no es aceptable.

•    Sea cuidadoso en elegir el entretenimiento para la familia —La televisión o el cine no son las únicas opciones. Considere visitar un museo de arte, asistir a un concierto, o conocer un lugar histórico. Además, considere tiempos de lectura familiar, cuando se lee un libro en voz alta.

•    Lea las descripciones de los programas y de las películas con cuidado y con criterio —Prepare a sus hijos para lo que verán, y converse con ellos acerca del contenido, los temas, y el enfoque de vida presentados en los programas o en las películas.

•    Mantenga un registro de lo que gasta la familia en entretenimiento —Evalúe periódicamente con los hijos si están gastando demasiado.

•    No se quede mirando pasivamente los comerciales —Conversen entre todos acerca del producto o del contenido persuasivo del comercial.

•    Practique el hábito de apagar la televisión —Explique a sus hijos que, cuando hay algo ofensivo o algo que produce adicción, es sabio ejercer dominio propio de esta manera.

El Salmo 101:2, 3 es apropiado:

Entenderé el camino de la perfección…

En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa.

No pondré delante de mis ojos cosa injusta.

Aborrezco la obra de los que se desvían;

Ninguno de ellos se acercará a mí.[1]

 



58 Peter Angeles, Dictionary of Philosophy (New York: Harper and Row, 1981), p. 51.

59 Estos principios se deducen de un seminario presentado en Grace University por el Dr. Howard Hendricks de Dallas Theological Seminary, titulado «Creativity in Ministry» [La creatividad en el ministerio] durante el verano de 1992. Vea también Arthur Holmes, Contours of a World View, 206–210.

60 Gordon Jackson, «Evangelicals and the Arts: Divorce or Reconciliation?» [Los evangélicos y las artes: ¿divorcio o reconciliación?] Spectrum (Verano, 1976), pp. 17–19.

61 Citado en Frank E. Gaebelein, «Toward a Biblical View of Aesthetics» [Hacia un enfoque bíblico de la estética] Christianity Today, p. 5.

62 Francis Schaeffer, Art and the Bible [El arte y la Biblia] (Downers Grove: InterVarsity, 1974), p. 17.

63 Philip Yancey, I Was Just Wondering [Solo me estaba preguntando] (Grand Rapids: Eerdmans, 1989), p. 3.

64 Schaeffer, Art and the Bible, p. 17.

65 Frank E. Gaebelein, «Toward a Biblical View of Aesthetics», p. 5.

66 H. R. Rookmaaker, Art Needs No Justification [El arte no necesita justificación] (Downers Grove: InterVarsity, 1978), p. 31.

67 Schaeffer, Art and the Bible, p. 24.

68 Schaeffer, Art and the Bible, p. 24.

69 Gaebelein, «Toward a Biblical View of Aesthetics», p. 5.

70 Gaebelein, «Toward a Biblical View of Aesthetics», p. 13.

71 Rookmaaker, Art Needs No Justification, p. 18.

72 Calvin Seerveld, A Christian Critique of Art and Literature [Una crítica cristiana del arte y la literatura] (Toronto: Association for the Advancement of Christian Scholarship, 1968), pp. 28–29.

73 Richard Zoglin, «Is TV Ruining Our Children?» [¿Está la televisión arruinando a nuestros niños?] Time (19 de junio, 1989), p. 75.

74 Richard Zoglin, «Is TV Ruining Our Children?», p. 75.

75 Clement Walchshauser, Fundamentalist Journal (Octubre, 1984), p. 12.

76 Linda Winder, «TV: What It's Doing to Your Children», [La televisión: lo que está haciendo a sus niños] Living Today (Marzo-Mayo, 1987), p. 5.

77 Quentin Schultze, Television, Manna from Hollywood? [La televisión, ¿maná de Hollywood?] (Grand Rapids: Zondervan, 1986), p. 150.

[1] Gerald Nyenhuis and James P. Eckman, Ética Cristiana (Miami, FL: Editorial Unilit, 2002), 299–312.


--
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com


No hay comentarios:

Generalidades de la Escatología Bíblica

NO DEJE DE LEERLO