jueves, 20 de junio de 2024

La sexualidad

LA SEXUALIDAD HUMANA

La doctrina del yo autónomo, mencionada en el capítulo seis, con su panacea para derechos y libertades, ha resultado en una redefinición de la sexualidad humana en la civilización occidental. Lo que era impensable hace unas pocas décadas, gradualmente llegó a ser conversable, y ahora es aceptable. El deseo de legitimar el estilo de vida homosexual es parte de la estrategia para hacerlo aceptable. Está funcionando. En la política, en el comercio, en la televisión y en otras entretenciones, y en las artes, el estilo de vida homosexual se presenta comúnmente como un estilo de vida alternativo. ¿Qué debemos pensar de esto? Como parte de las «guerras de culturas» que están destruyendo la sociedad, ¿será esto un asunto de autoridad moral? Este libro arguye que sí. Nuestra meta es concentrarnos en lo que Dios ha dicho acerca del asunto, y construir una estrategia para impactar a la cultura en esta área.

La Biblia y la sexualidad humana

Cuando conversamos acerca de la homosexualidad, los evangélicos normalmente apuntan al código de Levítico, a Sodoma y Gomorra, o a lo escritos de Pablo en el Nuevo Testamento. Creo que esto es un error. El lugar para comenzar es Génesis 2. Después de dar instrucciones claras a Adán acerca de la mayordomía en el huerto de Edén, Dios concluye que no es bueno que Adán esté solo (v. 18). Para probar esto a Adán, Dios le trae todos los animales para que les ponga nombres (vv. 19, 20). Aunque esto establece su autoridad sobre los animales, también sirvió como lección objetiva para Adán. Él era la única criatura de Dios que estaba verdaderamente solo. Así que Dios creó a la mujer para ser su complemento, su ayuda idónea (vv. 21–23).

Moisés ofrece un comentario teológico sobre lo que Dios hizo con Adán y Eva (vv. 24, 25). Primero, Dios establece el paradigma para el matrimonio. El hombre dejará a su padre y a su madre con la comprensión consciente de que está formando una nueva unidad familiar. En segundo lugar, esto significa «unirse» a su esposa. En tercer lugar, al separarse de la familia y comprometerse con su esposa, él y su esposa «serán una sola carne». Este concepto simboliza las relaciones sexuales que une a los dos seres humanos físicamente, pero también simboliza la fusión de dos personalidades, hombre y mujer, en una unidad complementaria. Sus personalidades, sus idiosincrasias, y sus identidades únicas permanecen; no terminan. En lugar de eso, estos dos seres humanos totalmente distintos se unen en un complemento perfecto en que los dos —ahora juntos— sirven a Dios en su integridad.25

En el versículo 25, Moisés comenta que estas personas están «desnudas» y no tienen «vergüenza». Estaban tan completamente centrados el uno en el otro que no pensaban en sí mismos; cada uno pensaba en el otro. Podemos inferir correctamente que su unidad sexual estaba caracterizada por una ausencia de vergüenza o incomodidad. Su amor físico era bello y satisfactorio; no había ninguna lujuria carnal o egoísta. La maravilla del amor romántico estaba perfectamente presente en este primer matrimonio.

Teológicamente, ¿qué aprendemos de este pasaje? ¿Cómo establece este pasaje el modelo para una comprensión apropiada de la sexualidad y el matrimonio? Permítame sugerir varias lecciones:

Cuando Jesús y Pablo tratan los temas del matrimonio y la sexualidad humana, siempre hacen referencia a esta ordenanza de la creación de Génesis 2:18–25 (Mateo 19:1–12; Marcos 10:1–12; 1 Corintios 7:10, 11). Lo que se postula en estos versículos trasciende la cultura y el tiempo. Constituye el ideal de Dios para la sexualidad y el matrimonio.

El matrimonio debe ser monógamo y heterosexual. De este pasaje es imposible justificar la poligamia o la homosexualidad. Nos da la norma, el ideal para todos los matrimonios. Esto no es una opción para los seres humanos. Con esta norma establecida para el matrimonio en la ordenanza de la creación, los otros pasajes bíblicos acerca de la sexualidad humana son comparados con Génesis 2. Cada uno explica que la fornicación, el adulterio, y la homosexualidad son aberraciones, un alejamiento radical de la norma clara de Dios.

Génesis 9:1–11 es la historia de Sodoma, la cual Dios destruye totalmente con fuego. Los comentaristas homosexuales ven el pecado de los hombres como una violación de los códigos de hospitalidad en el cercano oriente de aquella época. Pero el versículo cinco y la respuesta de Lot en el versículo ocho demuestran sin duda que estos hombres estaban pensando en relaciones homosexuales. Es un alejamiento deliberado de la revelación clara en Génesis 2.

En Levítico 18:22, 29 y 20:13, los comentaristas homosexuales frecuentemente arguyen que ponemos de lado otras partes de la ley levítica, y preguntan por qué ponemos tanto énfasis en esta ley. Aunque la obra de Cristo en la cruz del Calvario puso fin a la práctica de muchas de las leyes levíticas (el argumento de Hebreos), los asuntos de la sexualidad humana trascienden la ley, por causa de la ordenanza de la creación en Génesis 2. Lo que dice Dios en Levítico 18 y 20 está estrechamente ligado a sus normas establecidas en la creación. La homosexualidad es éticamente algo malo.

El argumento de Pablo en Romanos 1:26, 27 acerca de las prácticas sexuales degradadas citadas en los versículos se centra en su uso de la palabra «natural». Los comentaristas homosexuales arguyen que Pablo está condenando la infidelidad en una relación homosexual, y no la homosexualidad misma. Sin embargo, «natural» y «contra naturaleza» solamente pueden entenderse como la adherencia o la desviación de alguna norma que determina lo que significa natural o contra la naturaleza. Esa norma solamente puede ser la norma establecida en la ordenanza de la creación en Génesis 2.

Para motivar a los corintios a salir de su apatía espiritual y su complacencia, Pablo da una lista en 1 Corintios 6:9 de las varias categorías de pecadores que Dios no dejará entrar en su reino. La meta de Pablo es que se examinen. Entre los pecadores en la lista están los «afeminados» y los homosexuales («los que se echan con varones»). Paul Feinberg sostiene que estas dos palabras griegas ponen énfasis tanto en la persona activa como en la persona pasiva de una relación homosexual. El énfasis del pasaje no está en la infidelidad de la pareja homosexual, como proponen los comentaristas homosexuales, sino en el acto mismo de la homosexualidad.26

En 1 Timoteo 1:10, Pablo también condena la homosexualidad como algo contrario a la «sana doctrina». El problema no es la infidelidad a una pareja homosexual. El problema es practicar algo que viola la norma que Dios ha revelado claramente. En este caso, la «sana doctrina» es la revelación de Dios en su ordenanza de la creación; tal como los «mentirosos», los «secuestradores», los «perjuros», y otros violarían sus normas reveladas en otros pasajes (los Diez Mandamientos, por ejemplo).

En resumen, la Biblia condena rotundamente el estilo de vida homosexual como contrario a la norma ética establecida por Dios en su ordenanza del matrimonio en la creación. Sin alguna pauta para resolver el debate ético acerca de la homosexualidad, habrá confrontaciones continuas dentro de la cultura. La Palabra de Dios provee esa pauta; la respuesta humana de la obediencia es la única opción aceptable.

La causa —¿genética o ambiental?

Hay un gran debate entre psicólogos y eruditos acerca de la causa de la homosexualidad. ¿Es determinada genéticamente o por el ambiente? Los de la comunidad homosexual arguyen apasionadamente que la homosexualidad es determinada genéticamente. Los que pertenecen a la comunidad homosexual religiosa dicen que es un don de Dios; sostienen que cada uno es creado por Dios y no hay nada que se pueda hacer. Simon LaVay, homosexual, ha hecho pruebas con cadáveres de hombres homosexuales, y ha encontrado que tienen la glándula pituitaria más grande que los que no son homosexuales. Jeffrey Satinover presenta evidencia convincente que pone en duda la investigación de LaVay, y cuestiona la investigación y los datos de otros que sostienen que la homosexualidad es algo genético.27

Las conclusiones de Satinover parecen mostrar definitivamente que la homosexualidad es un estilo de vida aprendido, producido por las circunstancias en la vida que llevan a elegir la homosexualidad. Esta no es una posición muy popular hoy en día, especialmente en muchas universidades y entre los miembros de la Asociación Americana de Psiquiatría, que antes veía la homosexualidad como una patología que necesitaba tratamiento. Satinover muestra que la razón que esta organización cambió su posición no fue debido a la ciencia sino a la política.28

En este momento, no hay consenso sobre esta pregunta. El libro de Satinover es una denuncia de la motivación de ser políticamente aceptable que mueve tantas organizaciones profesionales, incluso que mueve el movimiento homosexual. Buscan la legitimidad, y manipulan la evidencia y la investigación de tal manera que la logren. Otros investigadores serios, algunos que son cristianos evangélicos, todavía sostienen que la genética tiene algún rol en la causa de la homosexualidad.29 Hay un punto importante que debemos recordar: aunque hubiera un rol de la genética en causar la homosexualidad, la Biblia todavía la condena, y el poder de Dios es suficiente para superarla, sea lo que sea su causa.

La homosexualidad y la iglesia

Durante las últimas décadas, el debate sobre la homosexualidad ha impactado profundamente la iglesia de Cristo. Un repaso de algunos de los temas prominentes demuestra la complejidad del debate para el cristianismo. Permítame mencionar algunos eventos:

El movimiento de la Metropolitan Community Church (Iglesia comunitaria metropolitana) está creciendo en los Estados Unidos. Reclamando ser evangélica, esta «denominación» lee la Biblia, enseña la Biblia, y defiende el estilo de vida homosexual como totalmente bíblico. Hice un resumen de algunas de sus interpretaciones de pasajes sobre la homosexualidad anteriormente en este capítulo. Un grupo similar es Evangelicals Concerned [Evangélicos interesados], con su centro en New York.

La mayoría de iglesias grandes tradicionales están luchando sobre la decisión de ordenar homosexuales practicantes para el ministerio. Produce conflicto en muchas denominaciones, incluso divisiones, cuando no se resuelve. Otras están discutiendo el asunto de matrimonios del mismo sexo. ¿Los pastores deben administrar tales ceremonias? Las denominaciones como la United Methodist Church [La Iglesia Metodista Unida] están profundamente divididas sobre esta pregunta.

Dos «evangélicos», Letha Scanzoni y Virginia Mollenkott, publicaron un libro en 1978 que sacudió el mundo evangélico. Se llama Is the Homosexual My Neighbor? [¿Es mi prójimo el homosexual?], y su respuesta es que ¡Sí!30

Los temas de discusión sobre la homosexualidad son masivos y abarcan mucho. Pero la pregunta fundamental todavía es ¿qué ha dicho Dios? Este capítulo sostiene que la ordenanza de la creación no da lugar al estilo de vida homosexual. Es un pecado y debe ser enfrentado como tal.

Cómo confrontar y discipular al homosexual

En el año 1985, Don Baker publicó un libro, Beyond Rejection [Más allá del rechazo], que relata la historia de Jerry, quien luchaba con la homosexualidad desde su niñez, durante el seminario, y en su matrimonio. Provee una perspectiva de las dificultades en esta lucha, y también de la esperanza que se encuentra en Jesucristo. Basado en el equilibrio de este libro, quisiera sugerir varios puntos de acción para enfrentar la realidad homosexual en nuestra cultura:

¡Recuerde que para la cultura homosexual, los evangélicos somos el enemigo! Ya que la Biblia habla tan claramente sobre este tema, y los evangélicos reflejan esta verdad, no hay lugar para acomodos o discusión. La paciencia, el amor, y la compasión son necesarios al desarrollar relaciones.

Recuerde que la homosexualidad es un pecado. Ese es el punto de la parte anterior de este capítulo. Pero no es el «peor» pecado. La gracia de Dios es completamente suficiente para ayudarlos con esta atadura. Aunque es escandaloso, este pecado no es tanto peor que otros.

El amor incondicional es un requisito absoluto en el ministerio con los que están esclavizados a este pecado. La compasión, la empatía, la paciencia, y el compromiso sobre largo tiempo son requisitos necesarios. La realidad es que muchos volverán a caer en el mismo estilo de vida, aun después de convertirse a Cristo. Por eso las organizaciones como Exodus International [Éxodo Internacional] son tan importantes. Un grupo de apoyo para animar y para pedir que se rinda cuentas es clave para el ministerio de esta organización.

El arrepentimiento siempre debe ser la meta. Tienen que romper con su pasado y con su estilo de vida. No hay término medio en esto. Aquí también Exodus International es clave para ministrar al homosexual.31

No hay ninguna señal que este debate vaya a calmarse en esta guerra cultural en la civilización occidental. De alguna manera la iglesia de Cristo debe poder declarar por un lado que este estilo de vida es moralmente y éticamente malo, mientras por otro lado extiende la mano de amor, aceptación y compasión. Solamente Dios, obrando por su Espíritu Santo que capacita la iglesia, puede lograr esta tarea difícil y aparentemente imposible.


Gerald Nyenhuis and James P. Eckman, Ética Cristiana (Miami, FL: Editorial Unilit, 2002), 251–259.
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ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com


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